Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


VICTOR DE GENNARO, TITULAR DE CTA
"Escudarse en el teorema de Baglini es de mediocres"

El sindicalista criticó a aquellos legisladores de la Alianza que históricamente se opusieron a la flexibilización laboral, pero que --adeptos a una lógica de poder-- hoy la votarían.


Por Diego Schurman
t.gif (862 bytes) 
El radical Raúl Baglini le puso nombre. Pero el teorema es tan viejo como el poder mismo. Y dice algo así: cuando alguien accede al poder automáticamente enfría sus críticas y se vuelve más conservador. Sin dar nombres, Víctor De Gennaro no tuvo empacho en criticar a aquellos dirigentes de la Alianza que durante el menemismo lo acompañaron en sus críticas a leyes de flexibilización laboral, pero que ahora, con cargos legislativos, se muestran dispuestos a votarlas en el Congreso. "Deben pelear por los principios con los cuales llegaron a sus cargos sino son unos mediocres", disparó el titular de la Central de Trabajadores Argentinos.

  --¿Por qué, a su entender, hay que rechazar la reforma laboral?

  --Este proyecto legaliza por primera vez que un convenio contemple peores condiciones de trabajo y salariales que el piso legal, que la Ley de Contrato de Trabajo. Es lamentable que voten esto y lo hemos dicho con toda claridad: diez años de menemismo han demostrado que estas políticas son un fracaso, no resuelven la desocupación.

  --Y la CTA ¿qué propone para terminar con la desocupación?

  --Cambiar el modelo. ¿Para qué volver a bajar los aportes patronales, volver a discutir la precariedad del empleo y no discutir la apertura indiscriminada de la economía, el tremendo negocio del capital financiero, el aumento de los servicios públicos privatizados?

  --¿Por qué cree que es eso?

  --Acá no hay desocupación porque falta trabajo. Acá sobra trabajo. El 32 por ciento de la clase trabajadora trabaja más de 10, 12 o 14 horas por día. O sea, que sobra trabajo. En las diez empresas más grandes del país, si se cumplieran las ocho horas, habría 38 mil puestos de trabajos nuevos. Si en las quinientas empresas se cumplieran las ocho horas, habría 116 mil puestos de trabajo más. Y, si se cumpliera realmente la Ley de Trabajo, habría 900 mil puestos de trabajo nuevos. Hay trabajo de sobra.

¿Por qué hay desocupación? Porque tienen que permitir que ganen cada vez más los grupos económicos.

  --¿Usted dice que la flexibilización es para satisfacer las demandas de los grandes grupos?

  --En los últimos años aumentaron la productividad un 54 por ciento con las leyes de flexibilización y con este modelo económico. Aumentaron su tasa de ganancia un 69 por ciento, pero la masa salarial de los trabajadores de esas empresas aumentó nada más que el 6 por ciento y se perdieron 63 mil puesto de trabajo. Son datos oficiales. Es verso que apretando a los trabajadores se crea trabajo. Hay desocupación, porque hay que mantener la tasa de ganancia de los vivos que hoy aplauden en el mundo lo que está pasando en la política económica en la Argentina. Son los grupos económicos: Techint, Pérez Companc, Soros, Benetton.

  --¿Para usted parte de la solución es, como dijo Hugo Moyano, terminar con la convertibilidad?

  --Nosotros perdimos con la hiperinflación porque se transferían riquezas de los más o los menos. Cuando nos pusieron la convertibilidad fue mágico: de un día para el otro no aumentó más nada. Parece que los tipos que generaban la hiperinflación encontraron el negocio en otro lado. Los laburantes de nuestro país perdimos con la hiperinflación y con la convertibilidad. El problema no es el instrumento, el problema es para qué. Yo creo que es ajuste o democracia. O shock de confianza a los mercados o shock distributivo. Hay que elegir y acá se está eligiendo el shock de confianza a los mercados.

  --No me respondió si hay que salir de la convertibilidad.

  --Porque no se trata de discutir solamente un tipo de cambio, sino la política económica general.

  --¿Los ayuda o los perjudica que Moyano sea el titular de la CGT desde marzo?

  --Es un compañero con quien hemos estado en la Marcha Federal, en los paros generales y ojalá se expliciten políticas cada vez más claras de parte de los trabajadores. La CGT fue una herramienta del modelo, estuvo hegemonizada por los sindicatos empresarios y que haya expresiones diferentes sería para nosotros muy bueno.

  --El ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, dice que los sindicalistas defienden sus intereses.

  --La mayoría de los dirigentes sindicales rechazamos esta ley porque somos representantes fieles de los trabajadores. Que haya alguno que rechace por otra cosa que lo diga, que diga quiénes son, sería bueno que el Gobierno aclare. Este verso de que hay una sola clase de sindicalistas. Nos corren con "guarda que los sindicalistas están mal vistos por la sociedad". Yo me siento orgulloso de ser sindicalista elegido por los trabajadores por voto directo y representando a mis compañeros. Los dirigentes sindicales que se convierten en empresarios porque ya no quieren ser trabajadores, allá ellos.

  --Está de acuerdo, como se planteó alguna vez, en hacer una consulta popular para saber qué piensa la gente respecto de la reforma

  --Por supuesto. Las dos veces que Menem habló de re-reelección fueron las dos veces que lo amenazaron con consultas populares en la provincia de Buenos Aires y De la Rúa en la Capital Federal y tuvo que recular. El año pasado, el 72 por ciento de los encuestados decía que estaba en contra de la reforma laboral. Ahora, si tienen que elegir entre Daer y De la Rúa, ya perdió Daer hace años.

  --¿Hacen lo mismo Menem y De la Rúa en materia laboral?

  --Este gobierno es nuevo y tiene que demostrar que ambiciona cambios diferentes. Menem es inigualable. Ha sido nefasto para el país. También dependen las circunstancias. Yo creo en las buenas intenciones.

  --Hablar de buenas intenciones con esta reforma suena ingenuo.

  --Yo no dije eso. Este debate del Parlamento es una lástima porque tendría que ser sobre el desempleo y no por las propuestas del Banco Mundial. Estamos ocupados por el enemigo económica, política, cultural y mediáticamente. El Banco Mundial le manda a cada ministro lo que tiene que hacer y ahora, hasta a nosotros. En vez de convocar a los argentinos, convocan al Banco Mundial. Pero tampoco hay que ser reduccionista: la gente votó por el Chau Menem. Nosotros no discutimos la política conspirativamente.

  --¿Y qué opina de los actuales legisladores de la Alianza que el año pasado rechazaban cualquier propuesta de flexibilización y ahora la votan?

  --Yo no creo que sea válido el teorema de Baglini, es un verso para justificar a los mediocres. Esconderse en el teorema de Baglini es aceptar la mediocridad que cuanto más cerca de capacidad de decisión, de poder, tiene que hacer lo que le solicitan los poderosos. La no mediocridad es tratar de seguir defendiendo, aun en circunstancias difíciles, el interés por el que uno llegó a ocupar un cargo.

 

PRINCIPAL