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Rechazan el proyecto del  gobierno para Yacyretá

La represa hidroeléctrica de Yacyretá podría ampliar su capacidad operativa subiendo la cota.

El Banco Mundial no avalará la propuesta oficial para mantener en manos de la entidad binacional (EBY) el manejo y las obras de  ampliación de la central. "La EBY demostró ser ineficaz", señalan.


Por Cledis Candelaresi
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Si los gobiernos de Argentina y Paraguay no reestructuran drásticamente y refuerzan los controles sobre la Entidad Binacional Yacyertá, el Banco Mundial no avalará la decisión del gobierno de Fernando de la Rúa de aumentar la capacidad operativa de la represa, subiendo el nivel del embalse de los 76 metros actuales a 83. La entidad acusa a la EBY de "ineficiente", aunque, a su juicio, aún no existen "evidencias" de que haya existido corrupción. En diálogo con Página/12, el funcionario encargado de fiscalizar el proyecto en Buenos Aires, Manuel Sevilla, advirtió que aquel aval es imprescindible mientras se deba a la entidad alrededor de 1000 millones de dólares, prestados para la megacentral.

  --¿Es recomendable subir la cota a 83?

  --Creo que sí, aunque antes hay que resolver varias cuestiones. En términos de costos, el impacto es menor. El gobierno argentino estima que las obras necesarias le demandarán unos 700 millones, de los cuales 500 corresponden a reubicación de viviendas. Pero muchas de esas relocalizaciones están pendientes y tienen que hacerse de cualquier modo, aunque no se suba la cota de la represa. Además, si dejara la obra como está, la EBY corre el serio riesgo de enfrentar juicios por muchos millones de aquellas personas con propiedades en los terrenos que se previeron inundar desde el comienzo del proyecto. Esos propietarios pueden argumentar que, como existía la posibilidad de que tuvieran que trasladarse, no se hicieron mejoras a su propiedad y postergaron emprendimientos económicos que hubieran sido rentables.

  --¿Quien y cómo deberían hacerse las obras que faltan?

  --Una opción es privatizar, y que las empresas privadas se cobren con la energía marginal (con la que se genere por subir la cota) o, directamente, cediéndoles la administración de la central. Para esto hay que crear condiciones que hagan atractivo el negocio para los privados, garantizándoles que no van a tener ningún problema legal con los habitantes del lugar. El otro camino, que es el que le gusta al gobierno argentino, consiste en que lo haga la EBY, con un fideicomiso bancario. Pero no creo que esto sea aconsejable sin antes hacerle a la Entidad una cirugía mayor.

  --¿Por qué no es aconsejable?

  --Porque creo que si las cosas quedan en manos de la EBY no hay garantías de que no vuelva a haber atrasos en las obras y, por lo tanto, sobrecostos, como hasta ahora.

  --¿Esas faltas fueron por ineficiencia o por corrupción?

  --Ineficiencias, seguro que las hubo. Corrupción, no podemos afirmar. A pesar de que muchos hicieron públicas sus sospechas, nadie presentó ninguna evidencia en ese sentido. Ni siquiera el ex presidente, Carlos Menem, que en una oportunidad se refirió al proyecto como el monumento a la corrupción, presentó jamás una prueba de esto.

  --¿Y el Banco no hizo por sí mismo algo para constatar si, efectivamente, hubo corrupción o no?

  --El Banco hizo una serie de auditorías contables y financieras y jamás encontró nada. Claro que para probar a través de una auditoría contable una maniobra de corrupción, ésta debería haber sido muy grosera. En las grandes contrataciones los ilícitos suelen concretarse con mecanismos más sofisticados.

  --Entonces, ¿qué se le reprocha a la EBY?

  --Hubo enormes atrasos en la ejecución de las obras e incumplimientos de planes, especialmente los ligados al aspecto social del emprendimiento. La EBY tiene una estructura burocrática y un mecanismo de toma de decisiones que la hace absolutamente ineficaz. Tanto la compra de turbinas como la contratación de un trabajador requieren el consentimiento del Consejo de Administración y Comité Directivo. Todas las decisiones se toman en Buenos Aires o en Asunción, después de una larga cadena de consultas. Si se le quiere asignar la responsabilidad de contratar y administrar una nueva obra, hay que reformular la entidad. La EBY, tal cual está, no sirve. Su reingeniería es para el Banco una condición imprescindible para encarar el proyecto de elevar la cota a 83.

  --¿Cree que es necesario reforzar controles sobre la Entidad?

  --Definitivamente, sí. Especialmente si se planea que ejecute una obra millonaria y tenga responsabilidad sobre el futuro de Posadas y Encarnación. Claramente en la EBY hubo deficiencias en los mecanismos de planificación y supervisión y no siempre se contrató a las personas más apropiadas. Y, tal vez, no siempre los criterios para definir las contrataciones fueron estrictamente técnicos.

  --Eriday, contratista civil de la obra, reclama unos 1500 millones a la EBY por distintos conceptos, que el gobierno argentino hasta ahora rechazó. ¿Qué opina el Banco de dirimir este conflicto en un arbitraje?

  --El Banco no intervino ni va a intervenir en este tema. Pero creo que el camino más rápido y menos costoso sería la negociación directa de las partes. Lo que sí puedo decirle es que, mientras esté esa demanda pendiente, a los gobiernos les costará mucho conseguir más fondos para hacer nuevas obras, ya que cualquiera verá aquella demanda como un riesgo imponderable. ¿Qué banco prestaría a una entidad que, además de muchas deudas, tiene una demanda multimillonaria?

  --El Banco Mundial, por ejemplo.

  --No. Nosotros no tenemos en estudio prestar más fondos para Yacyretá ni los gobiernos nos han pedido recursos para esto.

  --¿Argentina y Paraguay están obligadas a acatar las recomendaciones del Banco? Porque los gobiernos están dispuestos a avanzar con las obras nuevas de la represa sin convocar al sector privado, tal como recomiendan ustedes...

  --Si primero saldan la deuda pendiente con el Banco, pueden hacer lo que consideren más apropiado. Pero mientras tanto, necesitan la "no objeción" del Banco que otorgó, aproximadamente, alrededor del 10 por ciento de los créditos, unos 1000 millones. Y una cantidad similar invirtió el BID.

  --¿Cree que los gobiernos podrían hacer caso omiso a las exigencias de los contratos de préstamo firmados con el BM y el BID?

  --Ni consideramos esa alternativa. Las relaciones con el gobierno argentino siempre fueron buenas. Yo creo que va a solicitar el aval del Banco y, seguro, vamos a entrar en un período de discusión. De todos modos, el Banco está preocupado.

  --¿Qué le preocupa al Banco?

  --Antes de pensar en elevar la cota a 83 metros hay que solucionar una serie de problemas que, a juicio del Banco, aún no fueron bien considerados. No basta con hacer una planta de líquidos cloacales si no se garantiza que todos los habitantes de las ciudades próximas a Yacyretá se conectarán a la red antes de que la zona anegada se agrande. En lugares como Encarnación (Paraguay), cada familia necesita entre 2000 y 3000 dólares para conectarse, y para muchos ni siquiera es importante hacerlo.

 

Una entidad cuestionada

  Una de las primeras decisiones del ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo, es continuar con las obras necesarias para subir la cota de Yacyretá, tal como se previó desde su diseño. Quizás a menos de 83 metros, pero siempre asignándole a la EBY la responsabilidad de ejecutar las tareas necesarias para ello, y no convocando a una empresa privada, según sugiere el Banco Mundial. Manuel Sevilla, representante de la entidad, hace otras recomendaciones a los gobiernos de Argentina y Paraguay.

  "En primer lugar, mejorar drásticamente la capacidad operativa de la EBY y sus vínculos con organizaciones civiles y gobiernos locales. Esta relación comenzó a mejorar. Pero en el pasado, la Entidad actuó como la dueña de la pelota, con absoluta independencia y sin coordinar nada con las instituciones del lugar. Sin embargo, son éstas las que luego deben asumir responsabilidades derivadas del proyecto. Un ejemplo: se está pescando con dinamita en la orilla paraguaya a escasos 100 ó 200 metros del vertedero. Algo peligrosísimo, que las autoridades no supieron controlar."

 

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