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Página/12 Por
Eduardo Febbro
"Fue un error",
reconoció el portavoz de la Oficina Europea de Patentes, Rainer
Osterwalder, quien además aclaró que "otorgar patentes sobre los
seres humanos no constituye una práctica habitual de nuestro
organismo". Sin embargo, la patente EP 695 351 es un hecho, incluso
si ésta viola abiertamente tanto el derecho alemán como las
disposiciones europeas en la materia, que no permiten la reproducción
humana por medio de clonación ni el patentamiento de embriones humanos
con fines industriales o comerciales. Osterwalder explicó que hubo una
falta de atención de los tres especialistas que dieron el visto bueno al
producto, cuyo propietario es la empresa australiana Stem Cell Sciences.
En lo concreto, Greenpeace alegó
el lunes que la patente EP 695 351 permite la extracción de células
embrionarias para poder modificar sus estructuras genéticas y mediante
esos procedimientos dar lugar luego a la formación de órganos, y hasta
la creación de seres humanos manipulados genéticamente.
La patente, si bien pertenece a
Stem Cell Sciences, es el resultado de las investigaciones llevadas a cabo
en la Universidad de Edimburgo, la patria de la oveja Dolly, es decir Gran
Bretaña. Stephan Flothmann, miembro de Greenpeace, arguye con razón que
"sólo las invenciones pueden ser protegidas con patentes".
Ahora bien, los "organismos vivos y sus partes no son
invenciones". Para Cristoph Then, un experto en cuestiones genéticas,
"este hecho nos muestra los peligros que acarrean las producciones
humanas realizadas en laboratorios que luego son patentadas como
propiedades exclusivas".
Aparentemente, el
"error" se produjo en la página 235 del documento oficial de la
patente. Allí se hace referencia explícita al término "células
animales", el cual abarca a todas las células animales, en especial
los mamíferos, incluido el hombre. El portavoz de la Oficina Europea de
Patentes aduce ahora que lo único que faltó agregar en el texto de la
patente es la acotación "no se puede aplicar a los seres
humanos". Sin embargo, Stephan Flothmann asegura que el proceso
descripto en dicha patente se refiere a las alteraciones "de las células
de huevos humanos y esperma". Los inventores de la patente EP 695 351 --Aislamiento, selección y propagación de las células animales transgénicas-- son los profesores Austin Smith, de la Universidad de Edimburgo, y Peter Mountford, jefe del departamento científico de la compañía australiana Stem Cell Sciences. Ambos se negaron a todo comentario. Jobs Wibbelmann, un especialista alemán de patentes, declaró que, "en general, cuando se patenta un material genéticamente modificado, no suele haber muchos problemas". Aquí, con todo, la polémica surge a partir de la directiva europea sobre invenciones biotecnológicas. Adoptada en 1998, ésta estipula que "el cuerpo humano, en todos las etapas de su formación y desarrollo, así como un simple descubrimiento de una de sus partes, incluida la secuencia parcial de un gen, no puede constituir invenciones patentables". Pero esta patente existe y su propiedad es irreversible, a no ser que alguien presente un recurso legal y se considere que deba ser revocada. Ayer, Greenpeace Alemania anunció oficialmente que la formación ecologista está dispuesta a presentar dicho recurso. EL
PATENTAMIENTO FRENA LOS AVANCES MÉDICOS The
Guardian Por
Julian Borger
Es tan grande la amenaza a la
investigación médica que un grupo de médicos y científicos
norteamericanos emitieron una protesta diciendo: "El uso de patentes
o costos de licencias exorbitantes para evitar que los médicos y los
laboratorios clínicos lleven a cabo exámenes genéticos limita el acceso
al servicio médico, pone en peligro la calidad de la atención médica y
aumenta irrazonablemente su costo".
De acuerdo con la encuesta,
llevada a cabo por investigadores de California y Pennsylvania, la mitad
de los laboratorios encuestados dijo que habían dejado de trabajar en el
desarrollo de procedimientos de diagnóstico porque sabían que una
patente había obtenido la licencia o que era inminente. Algunos de los
investigadores científicos que fueron los pioneros en aislar e
identificar alteraciones genéticas relacionadas con graves enfermedades
ahora dicen que la investigación y la difusión de las ideas está
detenida por el temor a demandas judiciales por parte de aquellos que
poseen la licencia de las patentes. "Estuve en conferencias en las
que los abogados de las patentes se dirigían a nosotros para decirnos que
no les mostráramos a nuestros colegas nuestras notas, o que pensáramos
dos veces antes de entregar un resumen en una reunión," dijo
Jonathan King, un investigador genético del Instituto de Tecnología de
Massachusetts.
El patentamiento de datos genéticos data de un fallo de la Suprema
Corte de 1980, que permitió hacerlo con algunos organismos que se
encuentran en la naturaleza. Pero el otorgamiento de tales patentes sólo
comenzó hace pocos años, después de una serie de descubrimientos para
descifrar códigos genéticos. La encuesta de los directores de
laboratorios de Estados Unidos ofrece la mayor evidencia hasta ahora de
que "la fiebre del gen" para obtener patentes sobre el código
humano genético está comenzando a inhibir la investigación.
Varios laboratorios recibieron
cartas de una corporación de Massachusetts llamada Athena Diagnostics,
que les informaban que había "adquirido los derechos exclusivos para
ciertos exámenes en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer tardía.
Estos exámenes están cubiertos por la patente de Estados Unidos número
5.508.167 y se adjunta una copia", dice la carta. Los exámenes en
cualquier otro lado infringirían esa patente, pero Athena haría los exámenes
ella misma por el precio publicitado de 195 dólares por espécimen. Eso
es más del doble del precio que previamente cobraban algunos laboratorios
médicos universitarios. Traducción:
Celita Doyhambéhère EXPERIMENTACION
EN LA FACULTAD DE VETERINARIA
La reproducción de
ganado de alto valor genético podría dejar de ser una utopía en los
campos argentinos si continúan desarrollándose con éxito estudios y
pruebas de fecundación in vitro en la Facultad de Veterinaria de la
Universidad de Buenos Aires como paso previo a la clonación.
"Acabamos de poner a punto la técnica de fecundación y ya tenemos
un número considerable de embriones en laboratorio, pero es prematuro en
esta etapa de experimentación hablar de tiempos, porque los plazos de
investigación y desarrollo en ciencia no son los mismos que los del
mercado", señaló a Página/12 el investigador Pablo Cetica, quien
no descartó que en un futuro no muy lejano la Argentina produzca su
primer ternero clonado.
Guiados por el exclusivo objetivo de la experimentación científica,
investigadores de la cátedra de química biológica de la UBA desde hace
tres años vienen formándose e investigando en las últimas técnicas de
biotecnología de la reproducción. A tal fin han firmado un convenio con
la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA), por el cual los
hombres de laboratorio de la UBA reciben equipos y subsidios para llevar a
buen puerto su proyecto.
"Desde que firmamos el acuerdo hemos recibido la visita de dos
investigadores japoneses que han viajado a supervisar lo realizado y sobre
todo a capacitarnos. Hasta el momento estamos trabajando en la producción
de embriones in vitro, que es una de las aplicaciones que permite la
biotecnología además de la clonación", explica Cetica.
Según contó el investigador en esta primera etapa el proceso se
inicia con la extracción de óvulos pertenecientes a vacas de muy buena
calidad genética, lo que equivale a decir animales que producen buena
carne o abundante leche, a los que en el laboratorio se los insemina con
semen, conservado en frío, de excelente calidad; para una vez inseminado
in vitro transferírselo a vacas de inferior calidad, obteniendo terneros
de alto valor genético. "Hasta el momento logramos poner a punto la técnica de fecundación. El proceso de transferencia de los embriones fecundados se haría, en un futuro próximo, si es que aparecen los interesados que suministren los campos y los animales que permitan poner a prueba dicho proceso", asegura Cetica, quien considera prematuro todavía hablar de clonación. "En el '98 por el convenio con Japón hemos recibido la tecnología para tal fin, pero recién a mediados de este año nos visitará otro especialista en técnicas de manipulación embrionaria para capacitarnos, y entonces sí probablemente ingresar en una nueva etapa de la manipulación."
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