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The
Guardian Por
Martin Kettle
Después del gran triunfo de
Bush en Carolina del Sur el sábado, los sondeos en el industrial estado
norteño de Michigan muestran a McCain, senador por Arizona, con sólo dos
puntos de ventaja por encima del gobernador de Texas. Esto contrasta con
una encuesta de la semana pasada de Detroit News, que le daba una
abrumadora ventaja del 43 por ciento por encima del 34 por ciento de su
adversario. La victoria de hoy en Michigan y en la otra primaria en su
estado natal de Arizona son cruciales para McCain, quien, desde su derrota
en Carolina del Sur, adoptó en su campaña un tono más agresivo para
cosechar votos en el gran estado del Medio Oeste. Todos los 6,7 millones
de votantes de Michigan pueden votar hoy. Y es un electorado mucho mayor
que el de cualquier otra primaria presidencial, hasta ahora.
Denunciando a Bush por el
estilo de la campaña combativa y personalizada que llevó adelante en
Carolina del Sur, McCain le dijo ayer a una multitud de más de 1000
votantes en Traverse City, Michigan, que debían "rechazar ese estilo
de campaña negativa, rechazar esos argumentos personalizados, rechazar la
vía sucia y escabrosa para llegar a la presidencia, y preferir la elevada
y honorable". McCain está tratando de reconstruir el apoyo a su
candidatura entre los republicanos medios, ese electorado partidario
tradicional que le dio a Bush una ventaja de casi 3-1 en Carolina del Sur.
"Soy un republicano conservador y estoy orgulloso de serlo",
repitió ayer en varias paradas de su campaña. McCain volará a Arizona
esta noche para esperar desde allí los resultados de las primarias de
hoy. Al menos ahí está seguro: las encuestas indican que en Arizona
tiene 20 puntos de ventaja.
Si Bush Jr. hizo una excelente
elección en Carolina del Sur, esto se debió a la derecha conservadora
cristiana. La Coalición Cristiana es especialmente útil a la hora de
movilizarse y movilizar, particularmente disciplinada a la hora de votar.
No es que piensen que, entre McCain y Bush Jr., uno es mejor cristiano que
el otro. La clave de su apoyo a Bush se debe a las medidas anticorrupción
que McCain preconiza en la utilización de los aportes a las campañas
partidarias. De esta manera --y las coaliciones cristianas lo saben muy
bien--, la presión que cada lobby podría hacer sobre las decisiones de
gobierno se vería severamente restringida. En la elección que en 1994
renovó el Congreso norteamericano, la coalición cristiana consiguió
para su partido la mayoría en la cámara de representantes. Fue la
llamada "revolución conservadora", que llevó al liderazgo al
congresista Newt Gingrich, quien después perdería su influencia una vez
fracasado el impeachment promovido a causa del Sexgate contra el
presidente demócrata Bill Clinton. Esta vez, la derecha cristiana apuesta
a que será capaz de darle la victoria al gobernador de Texas, Bush Jr.
También cuenta con que después podrá cobrarle esa victoria. No era algo
con lo que contara Bush, que gustaba presentarse como "conservador
compasivo" y campeón de la minoría hispana.
La campaña presidencial
norteamericana todavía tiene sus sorpresas, y ayer sucedieron en el seno
del minoritario partido verde norteamericano. Ralph Nader, un conocido
activista independiente, defensor de los derechos del consumidor, anunció
que nuevamente buscará la nominación presidencial del partido Verde.
Nader, de 65 años, obtuvo un poco menos del 1 por ciento de los votos
cuando se postuló por los Verdes en la carrera presidencial de 1996. Traducción:
Celita Doyhambéhère.
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