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"La gente, el amor, el
agradecimiento... es algo maravilloso", le dijo la Negra a Página/12
después del concierto, de vuelta en la habitación del hotel. "De
todas maneras, la televisión, que es lo único que sí llega a todas
partes, ha unificado algunas costumbres. Hoy el público formoseño es muy
parecido al porteño, o al tucumano." Dentro del ciclo de recitales
gratuitos Argentina en Vivo, organizado por la Secretaría de Cultura de
la Nación, el show de Mercedes convocó a una multitud que se acercó de
a poco al anfiteatro. Las tribunas empezaron a llenarse recién a partir
de las 21, media hora antes de la aparición en escena de la cantante. Las
familias y los grupos de amigos se sentaban en las gradas con el termo y
el tereré, frente a un horizonte sin edificios, una luna ocre, y de
espaldas al río Pilcomayo, frontera natural con el Paraguay.
"Ojos de cielo" abrió
la noche y la ovación, aunque antes la cosa había empezado a calentarse
con la versión a todo volumen del Himno Nacional según Charly García.
Después, algunos clásicos que se potencian en la voz de Mercedes:
"Agitando pañuelos", "Esa musiquita", el tango de
Eladia Blázquez "Corazón al Sur" (recibido con cierta
frialdad, acaso por la distancia cultural con el tango), "Como la
cigarra", "María María" y "Antiguo dueño de las
flechas", una canción toba (en Formosa los tobas sobreviven como
pueden en el barrio Namqom, sin más ayuda que una provisión diaria para
el almuerzo) que emocionó al público. "No la cantaba hacía muchísimo",
explicó Mercedes a este diario. "Pero es una belleza. Hace un tiempo
grabé 'Ñaré Bainolec' (canción toba sagrada) sin pedirles permiso a
los tobas. Y pagué por eso. Después me enfermé, y creo que fue un
castigo. Zito Zegovia murió, con todos sus músicos, después de grabar
esa canción", agregó. La gente seguía llegando aún en la mitad del show, entre calles empapeladas con carteles que decían "Malditas Contrataciones Intendente" (referidos a una medida de Gabriel Hernández, que asumió hace dos meses), mientras otros optaban por probar suerte por los 15 mil dólares en el festival de cachaca. Aunque la garganta de Mercedes no estaba en su mejor noche, el público seguía respondiendo frenéticamente al final de cada tema. La tucumana bailaba sobre el escenario, se quejaba de los "bichitos chiquitos pero molestos", abrazaba imaginariamente "uno por uno" a los espectadores y levantaba la temperatura con "Hablando a tu corazón" y "De mí", dos de Charly García. Un repertorio impecable, una intérprete maravillosa y un público encantado en una provincia arruinada.
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