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La programación se abrirá con
los grupos Malayerba, de Ecuador (conducido por Arístides Vargas) e
Itinerante, de Venezuela. Ambos ofrecerán funciones del 1º al 5 de
marzo. Escrita por el propio Vargas, Pluma es una narración de campesinos
adaptados a la realidad de las grandes ciudades. De este modo, el autor
reemplaza el paisaje bucólico característico del cuento folklórico en
que se basa, para desarrollar la acción en un barrio populoso y marginal.
Pluma es el nombre del protagonista, un joven que se resiste a obedecer
las reglas de un mundo liderado por el mercantilismo y las apariencias. La
puesta reúne danza, música y acrobacia, además de un despliegue
escenográfico importante. Por su parte, los venezolanos traerán uno de
sus montajes más exitosos, La secreta obscenidad de cada día, del
chileno Marco Antonio de la Parra. La obra pone juntos a dos personajes
que representan sendas figuras clave del siglo XX, Carlos Marx y Sigmund
Freud, resumidos en una versión decadente y devaluada. Con un gran
sentido del humor y la ironía, los personajes pasan revista a sus
respectivos proyectos de interpretación de la realidad, y analizan el
destino que jugaron sus teorías en la historia del pensamiento.
Entre el 8 y el 12 de marzo, el grupo ecuatoriano ofrecerá otro de
sus espectáculos, Nuestra Señora de las Nubes, mientras que el grupo
Galiano 108, de Cuba, estrenará Santa Cecilia, de Abilio Estévez,
unipersonal interpretado por Vivian Acosta y dirigido por José González.
Dedicado a la investigación del ritual en la cultura afrocubana, el grupo
fue fundado hace diez años en La Habana (su nombre no es más que la
dirección donde trabaja). Por otra parte, el segundo espectáculo que
traerán los ecuatorianos representa
un pronunciamiento en contra de la discriminación de cualquier
signo.
Los encargados de cerrar el
encuentro serán dos grupos españoles que concretarán sus funciones
entre el 15 y el 19 de marzo. Se trata del UROC (conducido por Juan
Margallo) y el Teatro de la Huella. El primero presentará Clasyclós,
integrado por textos de Lope de Rueda, Tirso de Molina, Calderón de la
Barca, Cervantes y Quevedo, entre otros. "Nuestros clásicos son
aburridos, antiguos, pesados, agudos, divertidos y profundos",
plantea Margallo sobre su montaje, "lo que ocurre es que hay que
escoger: hay textos que están más en su punto ahora que cuando salieron
de la pluma de sus autores".
El Teatro de la Huella estrenará
una puesta de la obra del valenciano José Sanchís Sinisterra, Ñaque o
de piojos y actores. Radicados en España desde hace algunos años, los
actores platenses que integran el grupo trabajan juntos desde 1976 y se
definen partidarios de "la austeridad y la economía dramática, el
riesgo y la investigación". Ñaque... presenta a Solano y Ríos, dos
actores errantes del Siglo de Oro. La narración de los infortunios de
estos comediantes constituye un retrato posible del oficio de los actores,
"vestigios de un tiempo remoto, remedos de un juego de ficciones,
sombras de un arte ilusorio".
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