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Sobran las drogas en todos lados
menos donde realmente hacen falta

El informe de la ONU señaló que muchos enfermos terminales no acceden a drogas para mitigar el dolor. Cuadro del consumo.

Gastón Mazieres, experto en adicciones, en la presentación del informe.
A su lado, Lorenzo Cortese, quien dio datos de la Argentina.


t.gif (862 bytes) "Hay que aprovechar los beneficios de la mundialización para asegurar que haya estupefacientes a disposición de quienes los necesitan": esta declaración no proviene de un cartel de narcotraficantes sino, al revés, de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de las Naciones Unidas, que encabezó su informe anual deplorando que 10 millones de enfermos terminales de cáncer en el mundo no tengan acceso a la morfina u otros opiáceos que aliviarían su sufrimiento. Al mismo tiempo, claro está, la JIFE monitorea la lucha contra el tráfico ilegal de drogas, que sigue creciendo, aunque de maneras diferentes en cada punto del planeta: en Estados Unidos prevalecen las anfetaminas y la medicación; en Europa, aunque las anfetaminas están en aumento, ha crecido la aceptación social de la marihuana, favorecida por un creciente cultivo casero. "Lo que pasa en Europa tenderá a suceder en la Argentina", según un experto.

  "Es motivo de gran preocupación para la JIFE que las personas que más necesitan las drogas, como las que sufren dolor en las etapas terminales del cáncer, no tienen acceso a sustancias de reconocidas propiedades analgésicas, como la morfina y otros opiáceos." El 30 por ciento de los pacientes en esa condición no recibe alivio para el dolor, y el problema concierne en especial a los países pobres: de los 15 millones de enfermos graves de cáncer que hay en el mundo, diez millones pertenecen a los países menos desarrollados. Para enfrentar esto, la JIFE "invita a los programas internacionales de ayuda a que donen drogas esenciales a países que no están en condiciones de obtenerlas en el mercado". El problema también existe en la Argentina, por temor o falta de información de los médicos; sin embargo el experto en adicciones Gastón Mazieres --quien participó en la presentación en la Argentina del informe-- observó que "aquí la situación no es tan grave, ya que hay buen acceso a drogas sintéticas que cumplen esa función".

  También "preocupa mucho a la junta la sobremedicación que tiene lugar en muchos países desarrollados, influenciada por las prácticas de comercialización de las compañías farmacéuticas". La entidad puntualiza diferencias entre Estados Unidos --donde prevalecen los psicoestimulantes anfetamínicos-- y Europa, con alto consumo de benzodiazepinas (ansiolíticos).

  Además, como anticipó ayer Página/12, el consumo de marihuana y otros derivados de la cannabis aumentó a nivel mundial. La JIFE observa en Europa "una explosión del cultivo de cannabis en interiores, facilitada por la venta de semillas y accesorios en las 'tiendas de cáñamo' y en la Internet, sumada a una actitud tolerante respecto de la sustancia", y "está apareciendo cannabis cada vez más potente". Sólo en Suiza hay cultivos comerciales de cannabis que producen más de 100 toneladas al año.

  De todos modos, en la "Unión Europea el aumento del uso indebido de estimulantes de tipo anfetamina ha sido más pronunciado que el de otras sustancias incluida la cannabis", según el informe. Mazieres advirtió que "lo que ya está pasando en Europa es muy posible que tienda a suceder en la Argentina", que en el informe fue señalado especialmente como país de tránsito de drogas ilícitas.

  La JIFE informó haber tenido buenos resultados en la Operación Púrpura, destinada a cortar el tráfico de sustancias que se usan en la elaboración de drogas ilegales, como el permanganato de potasio para la cocaína. Lorenzo Cortese, secretario de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico, admitió que "la Argentina es un país productor y exportador de estos precursores químicos", y anunció que "la Secretaría propondrá un sistema de control sobre los exportadores, subrayando que "en este momento no tenemos reclamos de la ONU".

  El informe da cuenta también del ingreso en la Argentina de una cantidad de hojas de coca estimada en 600.000 kilos anuales, pero esto responde al tradicional "coqueo" y al mate de coca habitual en el noroeste. Según Cortese, "preocupa, en cambio, el reciente decomiso de pasta base, cuyo grado de elaboración es próximo al del clorhidrato de cocaína, además de ser en sí misma muy tóxica".

 


 

POR PROTECCION A VENDEDORES
Policías investigados

El jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, admitió que policías de las comisarías 7ª y 8ª, con jurisdicción en el barrio de Once, son investigados por hechos de corrupción, en los que habrían actuado en complicidad con vendedores ambulantes clandestinos. Simultáneamente, el subsecretario de Gobierno porteño, Jorge Enríquez, reconoció también que un listado de inspectores municipales es investigado por la Justicia por participar en los mismos hechos.

  El caso, que dio a conocer el diario La Nación, estalló el 14 de febrero pasado, luego de que la oficial de la fiscalía 7, Mirta Carrizo, detectara cómo dos policías vestidos de civil alertaban a los vendedores ambulantes ubicados en la esquina de Pueyrredón y Rivadavia sobre un operativo de inspectores que estaba por iniciarse. Carrizo comprobó que inmediatamente los vendedores levantaban sus puestos, escondían las mercaderías en dos locales cercanos y, media hora después de finalizado el procedimiento, volvían a instalarse en el mismo lugar. Por otro lado, los fiscales Luis Cevasco, María del Carmen Giocco y Verónica Andrade presentaron una denuncia al juez en lo penal económico Guillermo Tiscornia, luego de observar la existencia de mercaderías "de dudosa procedencia en poder de personal de la comisaría 7ª".

  Santos aseguró que la Superintendencia de Asuntos Internos de la Policía Federal "investiga los casos presentados, pero no sólo analizamos la situación de dos comisarías sino de la institución en general, desde el jefe de Policía hasta el último de sus integrantes". También el subsecretario Enríquez señaló que el Gobierno de la Ciudad "no ampara casos de corrupción bajo ningún punto de vista: Ya se han hecho 2700 sumarios, muchos de ellos a inspectores de distintas áreas del Gobierno".

 

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