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INGLATERRA Y ARGENTINA EN UN EMPATE TRISTE, ABURRIDO Y FINAL
Buena razón para cerrar Wembley

El clásico que cerró el histórico Wembley fue un fiasco. Inglaterra y Argentina jugaron un partido aburrido, sin emociones ni calidad futbolera. Por primera vez en la historia no se hicieron goles. Los de Bielsa fueron excesivamente cautelosos e inofensivos.

Beckham patea y la barrera argentina salta. El disparo saldrá junto al palo derecho de Cavallero. Fue en el primer tiempo, cuando Inglaterra monologaba en campo argentino. Después fue más parejo.

t.gif (862 bytes) Muy poco y muy feo. Inglaterra y Argentina empataron ayer en Wembley, en un partido amistoso que tenía todos los ingredientes de los grandes clásicos del fútbol mundial �incluso sentido de revancha�, pero que al final resultó decepcionante. Por primera vez entre Inglaterra y Argentina no hubo goles: en los diez clásicos anteriores que habían disputado por lo menos la habían metido adentro. Ayer, ni eso. Argentina, que nunca había ganado en el viejo Wembley, que será demolido este año, dejó pasar la última oportunidad que le quedaba.
Inglaterra, que en el balance no jugó nada bien, intentó de salida cumplir su papel pero fue de más a menos, se fue desinflando a lo largo del partido. Arrancó atacando por los costados como siempre, tiró pelotas al área y Shearer y el grandote Heskey ganaron las veces suficientes como para sacar ventaja, sobre todo en el primer tiempo. Después ya no: Ayala y Chamot ajustaron las marcas y les costó llegar; sólo Cole inquietó una vez. Argentina fue mucho menos ambiciosa que Inglaterra: salió a esperar con cinco en el fondo, tres en el medio, Ortega de enganche y Batistuta solo arriba. Retroceso, marca y pelotazos. Eso fue todo en el primer tiempo. En el segundo, marcó mejor en el medio, controló algo el trámite y tuvo tres llegadas: dos tiros de Kily González y una pifiada a cinco metros del arco de Hernán Crespo, que había sustituido a Batistuta. Eso fue todo. Muy mezquino.
Inglaterra le ganó el dominio del partido a Argentina desde el principio. David Beckham, el fino centrocampista del Manchester, comenzó a mover la pelota y la primera oportunidad llegó a los 10 cuando el corner del rubio fue conectado por Shearer �le ganó fácil a Ayala� de cabeza y apenas afuera, con Cavallero de espectador. Si Beckham, con Dennis Wise, manejaba el medio, el fornido delantero del Leicester Emile Heskey -debutante y de lo mejor del partido� tenía a mal traer a la defensa argentina, sobre todo a Roberto Sensini, que acabaría siendo sustituido por Mauricio Pochettino en el minuto 35. Y fue precisamente Heskey, después de una mandada con caño incluido a Sensini por izquierda, el que centreó para Shearer, que no pudo concretar, acaso tocado por Chamot. Era penal al minuto 20 sin que Argentina hubiera hecho nada todavía, pero el árbitro alemán Markus Merk no señaló nada. Era el minuto 20 y Argentina no había existido hasta ese momento. Precisamente, el primer tiro de los de Bielsa llegó al minuto siguiente con un remate de Simeone desde la izquierda que atajó Seaman.
Mientras Inglaterra dominaba, Argentina dejaba librada la posibilidad de crear algo a Juan Sebastián Verón, que trataba de apoyarse en Ariel Ortega, más incisivo, y en el aislado Batistuta. Pero sin soltar a los laterales �ni Zanetti ni Arruabarrena pasaron casi nunca al ataque� no había forma de crear peligro. Mientras, Inglaterra tendría dos nuevas oportunidades antes del descanso, con un tiro libre de Beckham en el minuto 26, que pasó rozando el poste, y una corrida de Heskey en el 43 cuyo centro no encontró rematador.
Argentina mejoró de arranque en el segundo tiempo con un tiro de Kily González y parándose unos metros más adelante controló el trámite. Inglaterra se desdibujó, maniatada en el medio, pero los de Bielsa no se soltaron en ataque. Así, lo mejor estuvo en otro tiro de Kily de afuera que se fue cerca del palo en la mejor jugada colectiva, y un centro de Ortega que bajó Vivas para Crespo �ambos ingresados en el segundo� y el de Parma no pudo conectar. Muy poco y muy feo. Exactamente eso.

 

 

�Nos faltó profundidad�

Si bien resaltó la solidez y el empeño que demostró su equipo, el técnico de la Selección Argentina, Marcelo Bielsa, reconoció que para redondear una buena actuación al conjunto argentino le faltó profundidad y cambio de ritmo en el ataque.
�No me gustó cuando el equipo tocaba hacia los costados y no tenía profundidad. Dispusimos de varias chances para lastimar al rival y no lo logramos a pesar de tener muchos jugadores aptos para conseguirlo�, fue la principal crítica del entrenador argentino, que admitió que ésa es su mayor preocupación a un mes del comienzo de las eliminatorias. �Esa dificultad es una característica de los últimos partidos, pero todavía no se puede hacer un análisis definitivo. Debemos mejorar el manejo de la pelota en los últimos metros del campo de juego. Nos faltó profundidad, coordinación y cambio de ritmo en el ataque para poder desequilibrar�, opinó Bielsa.
En cuanto a las virtudes, el entrenador destacó la solidez que tuvo su equipo. �Lo más positivo fue la solidez que ofreció el equipo, aunque hay que aceptar que nos faltó dar el final a la posesión de balón, que en la segunda parte fue nuestra. El equipo fue sólido, aunque debió haber generando situaciones de gol más claras�, remarcó Bielsa.

 

Apenas un Kili y muy pocos pancitos

Cavallero: Arrancó inseguro en el juego aéreo y también falló con los pies, en especial en el rechazo corto que le dejó a Shearer. En la segunda parte levantó aunque casi no tuvo trabajo.
Sensini: Flojísimo. Perdió siempre en el mano con Heskey y nunca fue una salida clara por su sector. Por eso lo sacaron en el primer tiempo.
Ayala: Empezó atrapado en la inseguridad de toda la última línea, pero con el correr de los minutos se asentó y se movió con solvencia. Sin brillar cumplió con su tarea y se transformó en uno de los mejores.
Chamot: Se movió por el sector izquierdo de la defensa y pasó varios sobresaltos cuando Argentina era dominada. Con el ingreso de Pochettino pasó a marcar por la derecha y levantó su nivel, aunque abusó del golpe.
Zanetti: Se dedicó más a cuidar el lateral (sin mucho éxito) que a progresar en ofensiva. Se paró casi como cuatro y nunca se soltó. Cuando entró Vivas pasó a la izquierda, pero no cambió demasiado.
Simeone: Aportó sacrificio y capacidad de quite cuando el equipo no tenía la pelota. Le faltó algo de claridad para utilizarla cuando la recuperó.
Arruabarrena: No desentonó en su retorno. Como Zanetti, volvió más de lo que fue, pero cuando subió lo hizo con criterio. Lo amonestaron por un foul muy violento a Beckham y se retiró lesionado.
Verón: Mostró su peor cara. Displicente, impreciso y sin compromiso con el partido. Pretendió jugar a un toque pero nunca encontró a sus compañeros. De lo peor en un equipo mediocre.
Ortega: En actitud, la contracara de Verón. Intentó manejar la pelota y gambetear, pero le faltaron socios. De a poco se fue diluyendo, con lo que desdibujo su imagen. Lo amonestaron por simular groseramente un penal.
González: Sin ser sobresaliente, su tarea fue de las mejores del equipo. Fue eficiente tapando la subida de Beckham y llegó bien al ataque. Con dos zurdazos estuvo cerca de conseguir el gol.
Batistuta: Demasiado poco para lo que se espera de él. Por más que intentó nunca pudo despegarse de la marca y no contó con chances para convertir. Con la pelota estuvo impreciso, por lo que fue reemplazado por Crespo.
Pochettino: Su ingreso sirvió para mejorar en el fondo, pero no fue eficiente en el control de la pelota. Casi siempre dividió.
Crespo: Tan opaco como Batistuta. Tuvo una pelota servida pero la pifió como un principiante en la chance más clara de todo el partido.
Vivas: En el rato en que jugó, su subida por sorpresa creó peligro. Le sirvió de cabeza un gol a Crespo y apareció otra vez pero cabeceó mal.

 

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