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EL PROCURADOR CRITICA LA LEY IMPULSADA POR RUCKAUF
�Esto no mejora la seguridad�

Eduardo De La Cruz, procurador de la Suprema Corte provincial, aseguró que la reforma al Código no disminuirá los índices de la delincuencia. �Ya hubo leyes duras y no hubo cambios�, dijo.

Eduardo De La Cruz quiere descentralizar la policía y que la Bonaerense se ocupe de grandes asuntos.
�Si bien el de las excarcelaciones es un tema ríspido, es menor en la resolución de la seguridad.�


Por Cristian Alarcón

t.gif (862 bytes) Sin perder tiempo, apenas sancionada la ley de reforma del Código Procesal bonaerense, que restringe las excarcelaciones y da más poder a la policía, el procurador general de la Suprema Corte, Eduardo De La Cruz, tiene entre manos un renovado proyecto de cambios. En una entrevista con Página/12, el procurador se dice convencido de que con lo votado el miércoles a la madrugada en la Cámara de Diputados provincial �no hay muchas esperanzas de mejorar la seguridad�. De La Cruz considera además que el aumento de presos generado por el endurecimiento del Código provocará �problemas (en las cárceles y comisarías), sobre todo en algunos lugares del conurbano�. Quizás por eso su urgencia por �instalar un nuevo debate�. De La Cruz planteará esta semana, con un proyecto de ley, la necesidad de crear policías locales y de darle mayor independencia a los fiscales, atados a �trámites absurdos�.
�Usted ha sido un testigo privilegiado de la última reforma al Código.
¿Cómo evalúa el impacto concreto de la reforma?
�Si bien el de las excarcelaciones es un tema ríspido, es un tema menor en la resolución de la seguridad. El endurecimiento de ninguna manera es una panacea. Ya ha habido leyes de excarcelaciones duras y no ha habido grandes cambios en esos momentos.
�Quiere decir que, más allá de la discusión, la reforma no es útil.
�La ley de excarcelaciones es como aumentar o disminuir las penas de los delitos: inciden en la cantidad de gente presa pero no en la situación de inseguridad, no alcanzará a llenar las expectativas de la gente. Con esta dureza no hay muchas esperanzas de mejorar la seguridad.
�¿El crecimiento de la cantidad de presos no sería gatillar el sistema penitenciario que ya está colapsando?
�Eso es un problema que hay que resolver rápidamente, porque no hay lugar en las comisarías para tener presos. Tengo la esperanza de que el Poder Ejecutivo lo tenga claro y acelere los trabajos.
�Conociéndose el nivel de saturación de las cárceles es difícil imaginar las consecuencias si defraudan sus esperanzas.
�Yo tampoco puedo imaginarlo. Pero va a haber problemas, sobre todo en algunos lugares del conurbano. Por lo pronto se está trabajando mucho en General Alvear para terminar una cárcel para 2000 reclusos y han iniciado una reparación de muchos calabozos destrozados por motines de mucho tiempo, y se sumarían 700 celdas.
�¿El planteo de nuevas reformas va a profundizar el debate entre la mano dura y los que quieren otras salidas?
�Se va a plantear el debate seguridad o libertad. La verdad es que eso excede la realidad, no es así como se resuelve este tema. Debemos dejar de discutir si somos duros o blandos, en esto hay que ser audaz para pensar en creación de organismos para un procedimiento eficaz para los delitos menores. Lo que pasa es que cuando se quiere restaurar lo viejo, sin modificar verdaderamente, se habla de mano dura y de guerra al delito, cuando acá no hay ninguna guerra.
�Puede que esto no mejore la seguridad pero es el discurso elegido por el gobernador.
�Es cierto que hay necesidad de responder a un clamor de la gente que se siente insegura, ante eso se exceden en el lenguaje los que proponen medidas. Por eso tenemos que evitar el discurso en esto. La situación no mejorará si no avanzamos en reformas profundas. Deben ser políticas permanentes, no cambiantes y espasmódicas. Si no avanzamos parcelando el campo del delito, para que actúen distintos jueces y fiscales, y distintas policías, según la envergadura del hecho, no vamos a mejorar.
�¿Cómo plantea descentralizar a la policía?
�Hoy el fiscal investiga desde el gran homicidio al robo de gallinas. Para que una Justicia sea democrática hay que actuar por franjas. Procesos breves con fiscales, jueces o policías locales o regionales que atiendanal orden urbano, que prevengan el delito menor. Así vamos romper con la organización militar que existe en las fuerzas de seguridad.
�¿Qué rol jugaría entonces la Bonaerense?
�Debe ser achicada, especializada y estar para las grandes bandas y no para los delitos menores. Para ello tiene que haber policías por ciudades o por condado. Esto es así en Estados Unidos, en Inglaterra. Lo que pasa es que en el continente nunca fue así porque la policía funcionaba para el Ejecutivo, esta era la policía del gobernador. Una policía armada para reprimir, ajena a la voluntad ciudadana.
�Cuando uno de los grandes problemas fundamentales ha sido la financiación de la reforma, ¿cómo resolverán ese tema?
�Las policías locales serán policías que deberán pagar los vecinos. Porque si no tenemos plata apaguemos la radio y vámonos, no podemos estar contentando a la gente con modificaciones que no tienen recursos.
�Los fiscales, que tendrían menos trabajo con esa descentralización, se quejan también de que no tienen libertad para actuar.
�El Código plantea la investigación penal preparatoria como un juicio de investigación penal y ahí están las grandes trabas. El fiscal que realiza la investigación tiene que estar pidiendo siempre al juez de garantías autorización para todo y es un exceso.
�¿Usted dice que es un exceso de garantías?
�No es un exceso de garantismo sino un exceso de trámite. No se pueden investigar los juicios con estos trámites absurdos.

 


 

OTRO PRESO RECAPTURADO EN MISIONES
El error de tomar agua

Habían pasado veinte minutos de las seis de la mañana de ayer cuando la sed traicionó a Daniel Alberto Díaz quien, dispuesto a saciar su garganta, abandonó su escondite, un monte de pinos, en busca de agua. Para su sorpresa no lo esperaba un espejo natural, sino un grupo de policías fuertemente armados que de inmediato procedieron a detenerlo. La policía misionera recapturó ayer de esa manera a otro de los evadidos el martes último del penal de Eldorado, en Misiones.
Entre los hombres que continúan en libertad se encuentra Alberto �El Rengo� Díaz, el cabecilla del motín, quien nació en la zona y conoce cada metro de tierra a la perfección. Con la captura de ayer, el número de prófugos que continúa internado en la selva misionera intentando llegar a Brasil se redujo a seis. El gobierno misionero, por su parte, ordenó que se profundizara el rastrillaje en la zona en el marco de la política de desgaste que se viene llevando a cabo para intentar quebrar la resistencia de los prófugos.
Con la detención de Díaz, se elevó a siete el número de recapturados tras la espectacular fuga del martes último, de la Unidad Penal 3 de Eldorado. Al igual que sus pares, hallados el miércoles, Díaz se encontraba �en perfecto estado de salud�, según informaron fuentes del Servicio Penitenciario local. La policía provincial informó que los presos fueron descubiertos por efectivos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) cerca del lugar donde el martes abandonaron la combi del Servicio Penitenciario provincial.

 

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