Por Cristian Alarcón
Sin
perder tiempo, apenas sancionada la ley de reforma del Código Procesal
bonaerense, que restringe las excarcelaciones y da más poder a la
policía, el procurador general de la Suprema Corte, Eduardo De La Cruz,
tiene entre manos un renovado proyecto de cambios. En una entrevista con
Página/12, el procurador se dice convencido de que con lo votado el
miércoles a la madrugada en la Cámara de Diputados provincial �no hay
muchas esperanzas de mejorar la seguridad�. De La Cruz considera además
que el aumento de presos generado por el endurecimiento del Código
provocará �problemas (en las cárceles y comisarías), sobre todo en
algunos lugares del conurbano�. Quizás por eso su urgencia por �instalar
un nuevo debate�. De La Cruz planteará esta semana, con un proyecto de
ley, la necesidad de crear policías locales y de darle mayor
independencia a los fiscales, atados a �trámites absurdos�.
�Usted ha sido un testigo privilegiado de la última reforma al Código.
¿Cómo evalúa el impacto concreto de la reforma?
�Si bien el de las excarcelaciones es un tema ríspido, es un tema menor
en la resolución de la seguridad. El endurecimiento de ninguna manera es
una panacea. Ya ha habido leyes de excarcelaciones duras y no ha habido
grandes cambios en esos momentos.
�Quiere decir que, más allá de la discusión, la reforma no es útil.
�La ley de excarcelaciones es como aumentar o disminuir las penas de los
delitos: inciden en la cantidad de gente presa pero no en la situación de
inseguridad, no alcanzará a llenar las expectativas de la gente. Con esta
dureza no hay muchas esperanzas de mejorar la seguridad.
�¿El crecimiento de la cantidad de presos no sería gatillar el sistema
penitenciario que ya está colapsando?
�Eso es un problema que hay que resolver rápidamente, porque no hay
lugar en las comisarías para tener presos. Tengo la esperanza de que el
Poder Ejecutivo lo tenga claro y acelere los trabajos.
�Conociéndose el nivel de saturación de las cárceles es difícil
imaginar las consecuencias si defraudan sus esperanzas.
�Yo tampoco puedo imaginarlo. Pero va a haber problemas, sobre todo en
algunos lugares del conurbano. Por lo pronto se está trabajando mucho en
General Alvear para terminar una cárcel para 2000 reclusos y han iniciado
una reparación de muchos calabozos destrozados por motines de mucho
tiempo, y se sumarían 700 celdas.
�¿El planteo de nuevas reformas va a profundizar el debate entre la
mano dura y los que quieren otras salidas?
�Se va a plantear el debate seguridad o libertad. La verdad es que eso
excede la realidad, no es así como se resuelve este tema. Debemos dejar
de discutir si somos duros o blandos, en esto hay que ser audaz para
pensar en creación de organismos para un procedimiento eficaz para los
delitos menores. Lo que pasa es que cuando se quiere restaurar lo viejo,
sin modificar verdaderamente, se habla de mano dura y de guerra al delito,
cuando acá no hay ninguna guerra.
�Puede que esto no mejore la seguridad pero es el discurso elegido por
el gobernador.
�Es cierto que hay necesidad de responder a un clamor de la gente que se
siente insegura, ante eso se exceden en el lenguaje los que proponen
medidas. Por eso tenemos que evitar el discurso en esto. La situación no
mejorará si no avanzamos en reformas profundas. Deben ser políticas
permanentes, no cambiantes y espasmódicas. Si no avanzamos parcelando el
campo del delito, para que actúen distintos jueces y fiscales, y
distintas policías, según la envergadura del hecho, no vamos a mejorar.
�¿Cómo plantea descentralizar a la policía?
�Hoy el fiscal investiga desde el gran homicidio al robo de gallinas.
Para que una Justicia sea democrática hay que actuar por franjas.
Procesos breves con fiscales, jueces o policías locales o regionales que
atiendanal orden urbano, que prevengan el delito menor. Así vamos romper
con la organización militar que existe en las fuerzas de seguridad.
�¿Qué rol jugaría entonces la Bonaerense?
�Debe ser achicada, especializada y estar para las grandes bandas y no
para los delitos menores. Para ello tiene que haber policías por ciudades
o por condado. Esto es así en Estados Unidos, en Inglaterra. Lo que pasa
es que en el continente nunca fue así porque la policía funcionaba para
el Ejecutivo, esta era la policía del gobernador. Una policía armada
para reprimir, ajena a la voluntad ciudadana.
�Cuando uno de los grandes problemas fundamentales ha sido la
financiación de la reforma, ¿cómo resolverán ese tema?
�Las policías locales serán policías que deberán pagar los vecinos.
Porque si no tenemos plata apaguemos la radio y vámonos, no podemos estar
contentando a la gente con modificaciones que no tienen recursos.
�Los fiscales, que tendrían menos trabajo con esa descentralización,
se quejan también de que no tienen libertad para actuar.
�El Código plantea la investigación penal preparatoria como un juicio
de investigación penal y ahí están las grandes trabas. El fiscal que
realiza la investigación tiene que estar pidiendo siempre al juez de
garantías autorización para todo y es un exceso.
�¿Usted dice que es un exceso de garantías?
�No es un exceso de garantismo sino un exceso de trámite. No se pueden
investigar los juicios con estos trámites absurdos.
OTRO PRESO RECAPTURADO EN
MISIONES
El error de tomar agua
Habían pasado
veinte minutos de las seis de la mañana de ayer cuando la sed traicionó
a Daniel Alberto Díaz quien, dispuesto a saciar su garganta, abandonó su
escondite, un monte de pinos, en busca de agua. Para su sorpresa no lo
esperaba un espejo natural, sino un grupo de policías fuertemente armados
que de inmediato procedieron a detenerlo. La policía misionera recapturó
ayer de esa manera a otro de los evadidos el martes último del penal de
Eldorado, en Misiones.
Entre los hombres que continúan en libertad se encuentra Alberto �El
Rengo� Díaz, el cabecilla del motín, quien nació en la zona y conoce
cada metro de tierra a la perfección. Con la captura de ayer, el número
de prófugos que continúa internado en la selva misionera intentando
llegar a Brasil se redujo a seis. El gobierno misionero, por su parte,
ordenó que se profundizara el rastrillaje en la zona en el marco de la
política de desgaste que se viene llevando a cabo para intentar quebrar
la resistencia de los prófugos.
Con la detención de Díaz, se elevó a siete el número de recapturados
tras la espectacular fuga del martes último, de la Unidad Penal 3 de
Eldorado. Al igual que sus pares, hallados el miércoles, Díaz se
encontraba �en perfecto estado de salud�, según informaron fuentes
del Servicio Penitenciario local. La policía provincial informó que los
presos fueron descubiertos por efectivos del Grupo de Operaciones
Especiales (GOE) cerca del lugar donde el martes abandonaron la combi del
Servicio Penitenciario provincial.
|