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--Van a hacer un poco de ruido,
una especie de catarsis interna. Van a intentar negociar compromisos para
las provincias. Pero yo calculo que en 20 días la ley va a estar lista
--dijo el senador mendocino.
El jueves, aunque el PJ
finalmente votó en contra, la Alianza, con el apoyo de los partidos
provinciales y el cavallismo logró aprobar holgadamente la ley laboral en
Diputados. Pero la situación en el Senado es diferente: el justicialismo
controla cómodamente la cámara y, como si fuera poco, está inmerso en
una interna cambiante y compleja que complica cualquier negociación (ver
nota aparte). La experiencia de la ley tributaria es elocuente: a pesar
del apoyo inicial de los gobernadores peronistas, los senadores se
revelaron y recién aprobaron la iniciativa una vez que el Gobierno se
dignó a negociar con cada uno de ellos. La preocupación de la Alianza
tiene un fundamento sólido, ya que si el justicialismo decide rechazar la
ley en el Senado, De la Rúa deberá esperar hasta el año que viene para
insistir con la iniciativa.
Por eso, en el Gobierno ya
iniciaron los contactos con los senadores del PJ. El jueves, mientras se
desarrollaba el debate en Diputados, Eduardo Menem se reunió
reservadamente con dos legisladores radicales en un despacho del Senado.
--Menos mal que ya acordaron
con la CGT. Ahora puedo votarla tranquila --dijo sonriendo el hermano del
ex presidente.
Las posiciones de los
legisladores justicialistas suelen modificarse casi a diario, por lo que
los operadores de la Alianza tienen dificultad para realizar un mapa político
de la bancada rival. Pero lo cierto es que Eduardo Menem lidera el sector
más dialoguista, en el que también militan otros senadores como Carlos
Corach y Eduardo Bauzá. Según especulan en la Alianza, las dificultades
podrían venir de otros legisladores, como Héctor Maya y Augusto Alasino,
más renuentes a apoyar al oficialismo.
El martes pasado, en el Salón
Gris, Carlos "Chacho" Alvarez, Alberto Flamarique y Pedro Del
Piero se reunieron con Antonio Cafiero, un legislador que suele oscilar
entre los dos bandos, para invitarlo al acto de presentación de la
reforma laboral que se concretaría al día siguiente en la Casa de
Gobierno. Aunque el veterano dirigente se negó a participar, los
operadores de la Alianza se llevaron una promesa.
--No vamos a poner palos en la
rueda --aseguró Cafiero.
Los cortocircuitos entre los
dos jefes políticos de la Alianza en el Senado, Genoud y Chacho Alvarez,
se remontan al conflicto por la designación de Rodolfo Barra en la
Auditoría. Sin embargo, los choques habituales entre los dos dirigentes
se diluyen cuando, como ahora, prima la necesidad de dialogar con el PJ.
Es que, según el diagnóstico del oficialismo, el PJ se prepara para
atacar y negociar con dos estrategias convergentes.
* La primera tiene que ver con
el posicionamiento público. "Muchos senadores justicialistas carecen
de un respaldo político firme. Van a tratar de posicionarse haciendo
pirotecnia verbal y de ganar escenario", aseguró una fuente del
bloque oficialista.
* La segunda es económica. Para apoyar la ley, la CGT obtuvo el
compromiso del Gobierno de no tocar los aportes sindicales. En la bancada
de la Alianza aseguran que se trata de un mal precedente y creen que los
senadores del PJ intentarán negociar aportes, planes y fondos para sus
provincias a cambio de su apoyo. En rigor, eso ya está ocurriendo: Jorge
Yoma, que inicialmente se había opuesto, modificó su postura luego de
asegurarse que el Gobierno no modificaría los fondos
extraordinarios que gira a La Rioja. A pesar de las previsiones, los jefes de la Alianza están convencidos de que los senadores justicialistas se moverán en sintonía con el ánimo dialoguista que exhiben sus principales dirigentes y terminarán aprobando la ley. La preocupación pasa entonces por los aspectos de la norma que podría intentar modificar el PJ. Los operadores aliancistas creen que la resistencia podría centrarse en dos ejes --la prevalencia de los convenios marco y la participación de los sindicatos nacionales en las negociaciones por empresa-- y aseguran que no están dispuestos a ceder en esos puntos. "Si lo hacemos, la ley deja de tener contenido", señalan.
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