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Los operadores aliancistas desembarcan en el Senado

Antes de que terminara el debate en Diputados, el Presidente le había pedido a Genoud un diagnóstico sobre el futuro de la ley. Ya hubo diálogos con Eduardo Menem, Yoma y Cafiero. El oficialismo piensa que, a cambio de complacer ciertos pedidos de las provincias, la reforma será aprobada.

El Presidente tiene línea directa con sus operadores


Por José Natanson
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En el recinto de Diputados se sucedían interminablemente los oradores. Cerca de allí, en su amplio despacho de la presidencia provisional del Senado, José Genoud recibía un llamado de Fernando de la Rúa. El Presidente buscaba un diagnóstico de primera mano sobre el futuro de la ley de reforma laboral en la Cámara alta, en donde el PJ tiene amplia mayoría.

  --Van a hacer un poco de ruido, una especie de catarsis interna. Van a intentar negociar compromisos para las provincias. Pero yo calculo que en 20 días la ley va a estar lista --dijo el senador mendocino.

  El jueves, aunque el PJ finalmente votó en contra, la Alianza, con el apoyo de los partidos provinciales y el cavallismo logró aprobar holgadamente la ley laboral en Diputados. Pero la situación en el Senado es diferente: el justicialismo controla cómodamente la cámara y, como si fuera poco, está inmerso en una interna cambiante y compleja que complica cualquier negociación (ver nota aparte). La experiencia de la ley tributaria es elocuente: a pesar del apoyo inicial de los gobernadores peronistas, los senadores se revelaron y recién aprobaron la iniciativa una vez que el Gobierno se dignó a negociar con cada uno de ellos. La preocupación de la Alianza tiene un fundamento sólido, ya que si el justicialismo decide rechazar la ley en el Senado, De la Rúa deberá esperar hasta el año que viene para insistir con la iniciativa.

  Por eso, en el Gobierno ya iniciaron los contactos con los senadores del PJ. El jueves, mientras se desarrollaba el debate en Diputados, Eduardo Menem se reunió reservadamente con dos legisladores radicales en un despacho del Senado.

  --Menos mal que ya acordaron con la CGT. Ahora puedo votarla tranquila --dijo sonriendo el hermano del ex presidente.

  Las posiciones de los legisladores justicialistas suelen modificarse casi a diario, por lo que los operadores de la Alianza tienen dificultad para realizar un mapa político de la bancada rival. Pero lo cierto es que Eduardo Menem lidera el sector más dialoguista, en el que también militan otros senadores como Carlos Corach y Eduardo Bauzá. Según especulan en la Alianza, las dificultades podrían venir de otros legisladores, como Héctor Maya y Augusto Alasino, más renuentes a apoyar al oficialismo.

  El martes pasado, en el Salón Gris, Carlos "Chacho" Alvarez, Alberto Flamarique y Pedro Del Piero se reunieron con Antonio Cafiero, un legislador que suele oscilar entre los dos bandos, para invitarlo al acto de presentación de la reforma laboral que se concretaría al día siguiente en la Casa de Gobierno. Aunque el veterano dirigente se negó a participar, los operadores de la Alianza se llevaron una promesa.

  --No vamos a poner palos en la rueda --aseguró Cafiero.

  Los cortocircuitos entre los dos jefes políticos de la Alianza en el Senado, Genoud y Chacho Alvarez, se remontan al conflicto por la designación de Rodolfo Barra en la Auditoría. Sin embargo, los choques habituales entre los dos dirigentes se diluyen cuando, como ahora, prima la necesidad de dialogar con el PJ. Es que, según el diagnóstico del oficialismo, el PJ se prepara para atacar y negociar con dos estrategias convergentes.

  * La primera tiene que ver con el posicionamiento público. "Muchos senadores justicialistas carecen de un respaldo político firme. Van a tratar de posicionarse haciendo pirotecnia verbal y de ganar escenario", aseguró una fuente del bloque oficialista. 

  * La segunda es económica. Para apoyar la ley, la CGT obtuvo el compromiso del Gobierno de no tocar los aportes sindicales. En la bancada de la Alianza aseguran que se trata de un mal precedente y creen que los senadores del PJ intentarán negociar aportes, planes y fondos para sus provincias a cambio de su apoyo. En rigor, eso ya está ocurriendo: Jorge Yoma, que inicialmente se había opuesto, modificó su postura luego de  asegurarse que el Gobierno no modificaría los fondos extraordinarios que gira a La Rioja.

  A pesar de las previsiones, los jefes de la Alianza están convencidos de que los senadores justicialistas se moverán en sintonía con el ánimo dialoguista que exhiben sus principales dirigentes y terminarán aprobando la ley. La preocupación pasa entonces por los aspectos de la norma que podría intentar modificar el PJ. Los operadores aliancistas creen que la resistencia podría centrarse en dos ejes --la prevalencia de los convenios marco y la participación de los sindicatos nacionales en las negociaciones por empresa-- y aseguran que no están dispuestos a ceder en esos puntos. "Si lo hacemos, la ley deja de tener contenido", señalan.

 

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