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El Gobierno, que daba por
sentada la media sanción en Diputados gracias a la mayoría que ostenta
en la Cámara baja a la que sumó el apoyo de los cavallistas y los
provinciales, inició hace quince días una estrategia de seducción sobre
los legisladores del PJ en la Cámara alta.
Como parte de esta estrategia,
el presidente Fernando de la Rúa se reunió la semana pasada con la mayoría
de la bancada opositora, que llegó a la Casa Rosada de la mano de su
jefe, el entrerriano Augusto Alasino.
Durante ese encuentro los senadores aprovecharon la puerta abierta
del gobierno nacional para desgranar ante el Presidente una serie de
demandas relacionadas con sus respectivas provincias.
Alasino salió triunfante del
encuentro que había sido duramente criticado por los menemistas riojanos
Yoma y Eduardo Menem. Tanto Menem como Yoma están enfrentados con Alasino
que cuenta con el apoyo de más de la mitad de la bancada. En la interna
de los senadores del PJ se disputan la interlocución del cuerpo con el
Gobierno y el control de la bancada por la que batallan menemistas,
duhaldistas, gobernadores de las principales provincias e
"independientes", si es que los hay en el Senado, el único
bastión de poder que sigue en manos del PJ después de la derrota
electoral de octubre. Tiene 38 bancas sobre un total de 72 (67 ocupadas y
5 vacantes). Todo indica que la reforma laboral pondrá al rojo los termómetros
de la interna. La Alianza aprovechará las luchas intestinas
para sancionar la norma y están dispuestos a abonar las
contradicciones entre los legisladores del PJ.
Alberto Flamarique afirmó ayer
que estaba dispuesto a concurrir al Senado para explicar el proyecto ante
el bloque del PJ que cuenta con mayoría propia. Y le recordó a Alasino
su compromiso ante De la Rúa de tratar el proyecto. El ministro del
Interior, Federico Storani, cree por su parte que la norma será
sancionada "a fines de marzo", pero estimó que podría sufrir
"modificaciones en el Senado y volver a Diputados". Si esto
ocurre, seguramente será ratificado el texto votado por la Cámara baja
el jueves 24 y se dejarán de lado las modificaciones agregadas por los
senadores. En realidad Storani les señaló una salida elegante a los
legisladores de la oposición.
Según Alberto Tell, presidente de la Comisión de Trabajo y
Previsión Social, "acá hay tres opciones: votar la norma tal como
llegó de Diputados, introducir modificaciones, o rechazar el proyecto con
lo que la reforma quedaría cajoneada durante todo este año".
Consultado por Página/12,
Tell señaló que "no podemos anticipar qué actitud tomará el
bloque hasta que no hagamos nuestras propias rondas de consultas cuando se
trate en la comisión". El senador jujeño aseguró que entre los
consultados figurarán los jefes de la CGT, el MTA de Moyano, los
representantes de las pymes, de las grandes empresas y funcionarios del
Gobierno. Respecto de la posición de su bloque, Tell dijo que aún no hay
acuerdo entre sus miembros y que la semana entrante comenzará el debate
interno. Y agregó: "Yo creo que vamos a estar dentro de los plazos,
es decir que habrá un pronunciamiento antes de fines de abril".
El juego de los senadores
justicialistas se pronostica desconcertante y al ritmo de los favores que
puedan lograr a cambio con el Gobierno. "Si negociaron con la CGT, cómo
no lo van a hacer con nosotros". La caja del Estado nacional funciona
como polvo mágico sobre los legisladores de las provincias más pobres,
como el caso de La Rioja donde su senador, Yoma, antes opositor acérrimo
de la norma ahora se muestra entusiasmado con darle un rápido trámite de
aprobación en la Cámara alta. Alasino, por su parte, que en un principio había manifestado la necesidad de "acompañar" al Ejecutivo, ahora amenaza con rechazar la norma. Una posición extrema que muchos estiman oportuna para ponerse en el centro de la escena en las negociaciones que terminarán por satisfacer al Gobierno.
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