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En la AFIP están seguros de
que algunas grandes cadenas se valen de la informática para pagar menos
impuestos de los que deberían. El problema no es menor: en conjunto,
venden por unos 13.000 millones de pesos anuales. El mecanismo utilizado
por algunas grandes cadenas de supermercados para evadir sería el
siguiente: desde la caja central de un determinado hipermercado se activa
un programa de computación que sirve para falsear el monto real de la
facturación del local. Eso significa que, en un determinado momento del día,
desde la caja central se envía "la orden" de que las ventas de
las distintas cajas se hagan "en negro". O sea, que no queden
registradas en la contabilidad central de ese hipermercado.
Cuando en un operativo los
inspectores llegan a ese hipermercado y contrastan las cuentas de la caja
central con los montos de las ventas declaradas en forma oficial, no se
encuentran diferencias. En los libros contables, las grandes tiendas
declaran exactamente los montos expendidos por la caja central. En la AFIP
reconocen que distinto sería el panorama si pudieran cotejar las facturas
emitidas por las cajas individuales. Pero admiten que no tienen el
personal suficiente para llevarlo a cabo. Hay muchos hipermercados que
poseen medio centenar de cajas, o aun más.
La AFIP ya denunció ante la
Justicia casos de contabilidad "trucha". El más notable fue el
de la empresa de sistemas contables Bejerman, que está denunciada de
proveer programas de computación para evadir impuestos y allí mismo se
descubrió un desfase de 1,8 millón de pesos entre la declaración jurada
y lo verdaderamente facturado.
La lucha contra la evasión es
uno de los pilares sobre el que está apoyado el Gobierno de Fernando de
la Rúa. Al Congreso ya se remitió un proyecto de ley antievasión, que
entre otros puntos prevé fuertes castigos a los ilícitos que pudieran
cometer las tabacaleras y las refinerías de petróleo. En el Gobierno, la
instalación de las "cajas negras" en las cadenas de
supermercados es vista como vital para liquidar el fraude fiscal en ese
sector.
Los controladores son
inviolables y para los sabuesos, muy fáciles de inspeccionar: notebook en
mano, el inspector la conecta a la caja por intermedio de un cable y
"chupa" la información que luego es contrastada con las
declaraciones juradas. Un dato es revelador de la eficacia de los
controladores fiscales. A diario, los inspectores de la AFIP detectan que
en el 95 por ciento de los comercios que todavía no cuentan con
"cajas negras" se hallan diferencias entre lo declarado en los
libros y la facturación real. En cambio, ese porcentaje cae al 20 (uno de
cada cinco) en aquellos negocios que sí poseen controladores. "El
medio más idóneo para combatir la evasión de los grandes contribuyentes
es a través de las bases informáticas. Con los controladores fiscales y
otros sistemas como el ACL (que absorbe información de las computadoras)
estamos dando pasos importantes para disminuir el fraude", señaló a
Página/12 Jaime
Mecikovsky, director de Fiscalización de la AFIP. Durante el mes pasado, la AFIP inspeccionó a 6635 locales de venta al público de la Capital, el Gran Buenos Aires y el sur de la provincia de Buenos Aires que tenían instaladas "cajas negras". De ese total, al 20,1 por ciento (1333) se le encontró diferencias entre lo declarado y lo efectivamente facturado, dando lugar a un ajuste fiscal de 6,5 millones de pesos. En los autoservicios se detectó el mayor nivel de evasión: uno de cada cuatro no pagaba sus impuestos, y el ajuste reclamado fue por 1.025.000 pesos.
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