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La recolección de basura en la
Capital Federal está dividida en cinco áreas. En cuatro de ellas operan
empresas privadas: Solurban, Ecohábitat, Cliba y AEBA. La quinta está en
manos del propio gobierno porteño. Las prestatarias deben terminar su
servicio entre las 6 y las 7 de la mañana. A esa hora, sólo se había
recogido la mitad de los residuos. El barrido recién fue completado a las
14.
Las compañías reconocieron
las demoras, pero sostuvieron que hicieron todos los esfuerzos por
reanudar su servicio a partir de la medianoche. Gabriela Ananía, gerenta
de Relaciones Institucionales de Cliba, señaló a este diario que "a
partir de la cero hora se volvió a operar. Al mediodía se terminó de
normalizar el barrido. Además, en ningún momento se dejó de prestar el
servicio de recolección de residuos hospitalarios". Por su parte, el
responsable de Relaciones Institucionales de Solurban, Jorge Solari,
admitió que hubo "un retraso, pero dentro de los plazos legales se
terminó con la recolección".
A media tarde, los máximos
representantes del área de Mantenimiento Urbano del gobierno porteño se
reunieron con el secretario de Obras y Servicios Públicos de la ciudad,
Abel Fatala, para analizar las sanciones que les podrían corresponder a
las empresas por el atraso en la recolección de residuos. De acuerdo con
lo informado por Fatala a Página/12,
a las empresas "se les aplicaría un apercibimiento y un puntaje en
contra de la calificación" como concesionarias del servicio, ya que
de acuerdo con el informe elaborado por los inspectores municipales, la
recolección de basura sufrió un retraso superior a las siete horas.
Fatala advirtió que "los
inconvenientes podrían haber sido muy serios" porque un parte
meteorológico alertaba sobre la posibilidad de que durante el día la
ciudad sufriera una "emergencia hidráulica. Si hubiera habido
precipitaciones, se hubiera producido un anegamiento" en las zonas más
críticas por el taponamiento de los sumideros, estimó el secretario.
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