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Una tormenta eléctrica fulminó a dos bañistas en Mar del Plata

Un chico de 15 años hacía surf en Playa Grande. Una turista caminaba en la arena de La Serena. Ambos murieron por un rayo.


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"Empezó la tormenta y después vimos un rayo fulminante que le cayó a Javier." Quien cuenta aquello es un instructor de surf de Mar del Plata. Javier es un chico de 15 años que hasta ayer se entrenaba para el campeonato de "body boarding" que se juega en la costa. Poco después de las cinco de la tarde, montaba una de esas olas que en los días de tormenta suelen ser las más seductoras para la tribu del surf. Pero Javier murió entre las olas alcanzado por la ilógica descarga de un rayo. No fue el único. Después de diez años sin antecedentes de este tipo en la ciudad, un segundo rayo fulminó a una joven que hacía cinco días veraneaba en La Serena. Soledad Gómez tenía 20 años, el martes cumplía 21.

  En la costa, sobre la playa donde el piberío más joven de Mar del Plata se junta a surfear, nadie entendía nada. Nadie. A las cinco de la tarde, sabían que el Servicio Meteorológico había dictado un alerta. Esa información habitualmente se comenta entre los deportistas antes de montar las olas. Pero en Mar del Plata ayer la tormenta se preveía como diluvio cortito, fuertísimo pero corto. Por eso nadie se movió de la playa. "En la tormenta de la semana pasada --cuenta el entrenador-- les dije a los chicos que salieran del agua, por las dudas." Ese recaudo en Playa Grande fue silenciado. Eran varios junto a Javier los que seguían en el agua cuando había comenzado la lluvia. Defensa Civil informó el horario preciso en que cayó el rayo: 17.10. Le dio a Javier.

  A quince kilómetros de allí, Soledad acababa de pasar el rato de lluvia metida en el agua. Afuera, en la arena, estaba una hermana, su cuñado y su novio. Sus padres prefirieron seguir en la casa donde descansaban desde hacía cinco días. La familia vive en General Pacheco, en la provincia de Buenos Aires. Cuando el rayo pegaba en la tabla de Javier, la chica salía del agua. Caminó un poco sobre la arena mojada, en la orilla, y se detuvo. Tenía una tobillera de metal en el pie. "El rayo hizo la descarga sobre el metal porque tenía el tobillo izquierdo quemado", explicó a este diario un oficial de Policía.

  Guillermo Valotto, jefe de Defensa Civil marplatense, aseguró que no ocurría un accidente como el de ayer desde finales de la década del `80. "En aquel momento --dice--, un rayo mató a un jugador de fútbol."

  La playa donde murió Soledad está alejada del centro. Para intentar salvarla, desde el balneario se llamó a una ambulancia. Diez minutos después se iniciaron, en vano, las rehabilitaciones.

  Al otro lado del faro, hacia el centro de la ciudad, los amigos de Javier lo buscaban en el agua. Los guardavidas de la playa también estaban adentro. Javier los conocía desde hacía tiempo, era de Mar del Plata y ésa era la playa donde paraba cada día. En octubre había, incluso, formalizado contactos con los entrenadores de la escuela de surf de esa playa. "Javier participó del intercolegial y yo lo conocí ahí", vuelve a contar el entrenador. El hombre fue uno de los que estuvo mar adentro, rastreando a diez metros de la costa el cuerpo extraviado de Javier. Buscaron un rato, todos: "Habíamos visto cómo se daba vuelta --dijo--, pero después no lo vimos más: lo buscamos hasta que apareció al lado de nosotros." Estaba ya muerto. 

  En la playa La Serena, hacia el sur, oficiales de la comisaría quinta tomaron declaración a una hermana de Soledad. "Creo que el rayo me pasó a mí también muy cerca, pero la mató a ella", dijo.

  La intromisión de los dos rayos en Mar del Plata fue observada con sesgo de pánico. "Es increíble", dijo un guardavidas y la definición, breve, parece resumir lo que se escuchó a lo largo del día en cada playa, en cada lugar. Incluso entre autoridades y policías.

 

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