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Página/12 Por
Eduardo Febbro
Médicos Del Mundo confirma así
las exacciones denunciadas por numerosos refugiados sobrevivientes de una
guerra que el ex presidente ruso Boris Yeltsin y el actual presidente
interino Vladimir Putin organizaron bajo la indulgente mirada de
occidente. MDM pone de relieve la "inacción del mundo
occidental" frente a lo que su presidente, Jacky Mamou, considera
como "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad". El
informe da cuenta de ejecuciones sumarias de los habitantes de Grozny, la
capital, y de las localidades vecinas, cometidas por las tropas federales
en el curso de su avance hacia Grozny. Más aún, la ONG francesa confirma
la existencia de torturas sistemáticas contra los civiles detenidos en
los ya famosos "campos de filtración" de supuestamente
chechenos que huían de las zonas de combate.
En esta entrevista con Página/12,
Jacky Mamou, presidente de Médicos Del Mundo, describe los mecanismos del
horror ruso al tiempo que manifiesta su asombro por la "timidez"
de las reacciones occidentales.
--¿Qué
aporta de nuevo el informe de Médicos Del Mundo?
--Hemos recogido testimonios de
heridos y de refugiados que nos permitió componer un cuadro detallado de
la situación. Lo que se desprende de eso es la existencia de una política
sistemática de represión de los civiles con bombardeos constantes de la
población, de las ciudades, contra los edificios y los hospitales. Estos
han sido arrasados sin miramientos por las
bombas. En segundo lugar, los sobrevivientes hablan de torturas, malos
tratos, secuestros y ejecuciones sin juicio alguno. Las tropas federales
rusas crearon campos de filtración donde se comete toda clase de
atrocidades. Y no hablemos de lo que los rusos hacen para dejar a la gente
salir de esos campos. Tenemos muchos testimonios de personas que, a través
de sus familias, tuvieron que pagar para poder salir de los campos. Según
nuestras evaluaciones, hay entre 120.000 y 150.000 personas que carecen de
cuidados mínimos mientras que los desplazados ascienden a más de
250.000. No hay dudas de que se puede hablar hoy de crímenes de guerra.
Es un escándalo que Rusia, un país miembro del Consejo de Seguridad de
la ONU que firmó además las convenciones de Ginebra y sus protocolos
sobre la protección de las poblaciones civiles y el respeto de los
derechos humanos, haya cometido tales violaciones. Es gravísimo porque el
carácter masivo y sistemático de esta política de represión nos lleva
a evocar claramente la figura de crímenes contra la humanidad. Cabe
resaltar aquí que Moscú también firmó el texto en el que se declara
que esos crímenes son imprescriptibles.
--¿Qué
piensa de la reacción de los grandes gobiernos occidentales?
--Estos hechos apenas
suscitaron reacciones de parte de la comunidad internacional, en
particular de las Naciones Unidas. Rusia, en tanto que país miembro del
Consejo de seguridad de la ONU, está violando los derechos humanos más
elementales sin que nadie reaccione. Moscú ha reconocido la amplitud de
los destrozos causados... pero nada más. Mire lo que está ocurriendo
actualmente en Grozny, ciudad que los rusos mantienen "cerrada"
hasta el 1º de abril. Hay en esta ciudad unas 40.000 personas, entre las
cuales existe un gran número de heridos. Es preciso actuar con urgencia.
Por eso nosotros pedimos el libre acceso a Chechenia de las organizaciones
internacionales así como el cierre inmediato de los campos de filtración,
donde las personas detenidas se ven sometidas a ejecuciones sumarias. Los
occidentales declaran que están "inquietos" y
"preocupados". Pero eso, en lenguaje diplomático, significa:
"Adelante, pueden seguir con su trabajo, pero háganlo con un poco más
de decencia". ¿Quiere un detalle más? El Club de Londres disminuyó
la deuda rusa y el Club de París se apresta a hacer lo mismo. Si traemos
a la memoria los grandes principios humanitarios que rigieron en la guerra
de Kosovo, lo menos que puede decirse es que la geometría y la geografía
son variables. No existe ninguna voluntad política. Cualquier medida
capaz de molestar al gobierno ruso es inmediatamente descartada.
--¿Hay
algún punto de comparación con la guerra en Bosnia-Herzegovina o en
Kosovo? --A
mí no me gusta este tipo de comparación porque las situaciones son muy
distintas. En Kosovo, por ejemplo, había dos comunidades, no es igual.
Ahora, de lo que estamos hablando es de una elevada cantidad de
testimonios convergentes y que se acumulan con otros testimonios y
documentos realizados por varias ONGs. El problema es que la masificación
de los malos tratos, de las ejecuciones y de las distorsiones graves a las
leyes mínimas de la guerra nos llevan a hablar en Chechenia de crímenes
contra la humanidad. Y cuando se llega a emplear este término, estamos
hablando de una responsabilidad colectiva internacional. --¿Qué
pide Médicos Del Mundo? --La medida más inmediata es abrir Grozny, que está cerrada a toda presencia extranjera. Es preciso que Grozny tenga acceso a la ayuda humanitaria, que el personal humanitario pueda trabajar en la capital. De manera general, pedimos lo mismo para toda la república, principalmente en las regiones del sur que están siendo bombardeadas actualmente por Moscú. También exigimos el cierre definitivo de los campos de filtración montados por las tropas federales de Moscú. Por último, llamamos a la comunidad internacional, en particular a la Unión Europea, para que reaccione de una forma más adaptada de como lo hizo hasta hoy. Es escandaloso. En vez de exigir que se ponga fin a la guerra y pedir la negociación, la comunidad internacional parece decir "prosigan, pero de manera más moderada". Hay por lo tanto una responsabilidad colectiva internacional de parte de los jefes de Estado. Todos conocen el trabajo de las ONGs. La historia está esperando una reacción a la medida de los crímenes cometidos por Moscú en Chechenia.
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