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CINCO IMPUTADOS POR COMPLICIDAD CON EL ATENTADO
La causa AMIA pasó a juicio oral


El armador de autos truchos Carlos Telleldín y cuatro policías serán los protagonistas del primer juicio oral por el atentado a la AMIA, que analizará lo ocurrido hasta ocho días antes de la explosión. Temen que signifique, de hecho, el cierre de la investigación

 

El juez Juan José Galeano en las escalinatas del edificio de Comodoro Py


Por Raúl Kollmann
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Con cinco imputados por complicidad con el atentado --un armador de autos truchos y cuatro policías--, el juez Juan José Galeano firmó la resolución por la que se eleva a juicio oral una parte de la causa AMIA. Hoy se hará el sorteo para determinar qué tribunal va a presidir las sesiones y dictar sentencia, pero se abre un período de pruebas que seguramente va durar casi hasta fin de año e incluso hasta el 2001. En verdad, no se sabe ni dónde se armó la camioneta ni quién aportó los explosivos y, menos todavía, quién condujo el vehículo hasta la puerta de la mutual judía. Lo que se llevará a juicio oral será todo lo ocurrido hasta ocho días antes del atentado, momento en el que supuestamente la camioneta fue entregada por el armador de autos Carlos Telleldín a efectivos de la Policía Bonaerense. El Enano, como le dicen a Telleldín, sostiene que él después no supo más nada del vehículo y los policías aseguran que Telleldín miente y que nunca les entregó la camioneta. En resumen, lo que se busca es saber cómo llegó la Trafic a manos de los terroristas que volaron la AMIA. El gran peligro es que este juicio oral signifique, de hecho, el cierre de la investigación.

  Para el juez Juan José Galeano y los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, los que fueron parte de la trama del atentado son el armador de autos Telleldín, los ex comisarios Juan José Ribelli, Raúl Ibarra, Anastasio Leal y el oficial Mario Barreiro.

* En el caso del Enano, lo más concreto es que tuvo en su poder la camioneta que estalló frente a la AMIA. El magistrado y los fiscales sostienen además que conocía para qué se iba a utilizar el vehículo ya que --según los testimonios a los que dan validez-- Telleldín supo el mismo día del ataque que en él se había utilizado la Trafic. También Galeano cree que el Enano reforzó la camioneta para que pudiera cargar con el peso del explosivo.

* Respecto de los policías, el juez sostiene que está demostrado que tuvieron la camioneta en su poder el domingo 10 de julio, ocho días antes del atentado. También está probado que los uniformados extorsionaban a Telleldín, es decir que le sacaban dinero a cambio de permitirle continuar con sus negocios ilícitos. En ese marco, Telleldín les habría entregado la camioneta como parte de pago de la extorsión. Las pruebas que tiene Galeano son fundamentalmente el testimonio de Telleldín y de dos integrantes de su banda, un estudio sobre los 10 celulares que utilizaba Ribelli, el blanqueo por parte de este comisario de dos millones y medio de pesos al día siguiente del atentado y también los dichos de algunos vecinos de Telleldín que demuestran que había un operativo policial el día que el Enano entregó la Trafic.

  Desde el principio, la colaboración de Telleldín y los policías bonaerenses con la investigación fue escasa. El Enano tardó un año en declarar la historia de la entrega a los policías y encima ahora sostiene que le pagaron por hacer esa declaración. Los policías nunca colaboraron -�Ribelli fue detenido casi dos años después del atentado--, y, es más, hubo increíbles maniobras de la Bonaerense para distraer la investigación. De todas maneras, lo más grave es que en general las pruebas son débiles porque la pesquisa fue más que lenta. A ello contribuyó la evidente falta de voluntad política para llevar adelante la investigación, al punto que hubo momentos en que apenas se encargaban de la pesquisa unas 15 o 20 personas, cuando en el atentado de Oklahoma, en Estados Unidos, hubo 5000 investigadores y tras los ataques contra las embajadas norteamericanas, el FBI llevó a Africa 1500 hombres para esclarecerlos. En la Argentina se creó una fuerza de 100 investigadores en diciembre de 1997, recién tres años y medio después de la explosión en la AMIA.

 

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