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Para investigar un atentado hacen pruebas caligráficas en las paredes

La iglesia donde, el domingo 20, estalló un explosivo. Allí habían pintado el número del Diablo, 666

La policía cree que el atentado contra una iglesia en Santa Teresita no fue obra de un grupo satánico sino más bien una interna política. Ahora analizan pintadas para compararlas con el "666" que apareció en la iglesia. 


Por Raúl Kollmann
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Investigadores de la Policía Bonaerense están realizando pruebas caligráficas en las paredes de Santa Teresita. Tratan de determinar si en las pintadas políticas hay una grafía similar a la que se utilizó para pintar el número del anticristo o del Diablo, el 666, que apareció en la iglesia Santa Teresita del Niño Jesús días antes de que le pusieran una extraña y poderosa bomba, el domingo 20. Es que los policías bonaerenses están convencidos de que el ataque al templo no fue producto de un grupo neonazi ni de una secta satánica, sino de una interna política entre el radicalismo y el justicialismo de la zona. En el marco de esa durísima interna, se produjo hace unos meses la profanación de la tumba del padre del intendente del Partido de la Costa, Guillermo Magadán (UCR). En la población, sin embargo, hay otra hipótesis que consideran más firme: el sacerdote de la Iglesia, Elías Cabero, es de la corriente carismática y despierta amores y odios. Parece que sus sermones contra la droga son muy fuertes y el atentado podría ser también una represalia de los traficantes de la zona que, por otra parte, siempre han tenido cobertura policial.

    Aproximadamente a la 1.45 del domingo 20 detonó frente a la puerta de la iglesia un artefacto que inicialmente calificaron de "casero". Destruyó la puerta del templo, rajó el techo, hizo añicos los vitrales y varios bancos de madera y hasta afectó a comercios de enfrente. Por su efecto y los elementos utilizados, la bomba no fue construida ni colocada por un improvisado. El artefacto tenía 200 gramos de trotyl, que es un explosivo más bien militar y difícil de conseguir. Además, el mecanismo de relojería requiere de cierta experiencia, sobre todo en la colocación. O sea que los posibles responsables integran una banda de matones, con o sin uniforme.

     El gobierno provincial destinó a la investigación a uno de sus hombres de confianza, el comisario inspector Oscar Troncoso, quien trabaja en el mayor de los hermetismos. Pese a todo, trascendió que la pesquisa se orienta hacia la furibunda interna política existente en la zona, en base a los siguentes elementos:

* Antes de las elecciones del año pasado, la bóveda familiar del entonces candidato y ahora intendente fue abierta por desconocidos en plena noche, en el cementerio de General Lavalle. Sacaron los féretros de algunos de los familiares, incluyendo al padre de Magadán, y hasta hacharon varios ataúdes.

* Todas las miradas acusatorias se dirigieron hacia el intendente del Partido de la Costa y candidato del PJ, Juan de Jesús, un hombre muy cuestionado y acusado judicialmente por distintas maniobras.

* A su vez, la gente del PJ acusó a los radicales de una autoprofanación para mejorar sus posibilidades electorales --terminaron ganando la intendencia--, aunque también se le achacó el ataque a la bóveda a alguno de los dos sectores enfrentados del propio radicalismo. Dentro de la lista también había una interna infernal entre el inminente secretario de Gobierno municipal, Jorge Grande, y el secretario de Turismo, Gustavo Melones.

  "Esto es un chiquero. El que tiene mentalidad para hacer semejante profanación, también tiene mentalidad para poner el explosivo en la puerta de la iglesia", reflexionaba anoche uno de los investigadores. La hipótesis sería que con la bomba se intentó el caos municipal. Por ahora, la pista que se está tratando de recorrer parte de la inscripción del número 666, símbolo del Diablo, que -�contrariamente a lo que se dijo en un principio-� fue pintada cinco o seis días antes del atentado. "Como no hay antecedentes en esta zona ni de pintadas nazis ni de grupos de esa orientación, suponemos que esto lo pintaron para distraer." Convencidos de que la clave está en la feroz interna política del municipio, los oficiales de la Bonaerense resolvieron comparar el estilo del 666 con todas las pintadas políticas de la zona. O sea que se trata de una prueba caligráfica para ver si de esa forma pescan a la agrupación que está detrás de la bomba.

  En los corrillos políticos y en la población la versión que se considera más fidedigna es otra. El padre Cabero, fiel al estilo de los carismáticos, realizaba encendidos discursos contra la droga y la corrupción e incluso intervino en algunos casos de chicos adictos. Cabero despierta el fanatismo de un sector de los asistentes a la iglesia y un cierto rechazo de otra franja de los feligreses. 

  En ese marco, las mayores sospechas están puestas en los distribuidores de drogas de Santa Teresita y en la vinculación de oficiales policiales con esa mafia. Se sabe que el propio comisario Troncoso evalúa seriamente esta hipótesis, teniendo en cuenta que varios de los personajes que aparecieron en el caso Cabezas dominan la zona e incluso viven por allí. Entre ellos, el llamado Patrón de la Costa, el ex oficial Juan Carlos Salvá --una especie de ahijado de quien fuera jefe de la Bonaerense, Pedro Klodczyk--, que habita en un exquisito chalé del no menos exquisito Barrio Golf. También, anda por allí otro ex oficial echado de la fuerza por el caso Cabezas, José Luis Dorgan, y varios hombres vinculados a la política que, más de una vez, fueron acusados de la relación que tienen con la noche y las drogas. En Santa Teresita se produjo, además, el famoso crimen del nutriero, en el que policías mataron a un cazador por una cuestión de coimas y fue allí también donde asesinaron en forma bastante misteriosa a una prostituta de la zona.

    Como se ve, la bomba contra la iglesia --un hecho que no registra antecedentes en la Argentina de los últimos años-� esconde detrás una historia oscura. Política, profanación de tumbas, distribución de drogas, policías: esas son las hipótesis. No es poco para un pueblo tranquilo.

 

SE REUNE EL CONSEJO DE SEGURIDAD
Buscando el equilibrio

"Queremos superar la división entre mano dura y mano blanda. Creemos que es posible encontrar un punto de equilibrio". Con ese objetivo, Fernando de la Rúa abrirá hoy, en la residencia de Olivos, la primera reunión del Consejo Federal de Seguridad Interior desde que asumió la presidencia. Será también la primera ocasión en que asistirán representantes de todos los distritos del país.

  El gobierno nacional busca obtener consenso amplio para desarrollar un plan de trabajo a mediano o largo plazo entre la Nación y las provincias que permita a hacer frente a uno de los temas más álgidos para la sociedad: cómo combatir la inseguridad. En el temario se tratarán temas tan diversos como los piratas del asfalto, la seguridad bancaria, el contrabando, el narcotráfico, un proyecto de modificación del Código Penal para castigar con mayor dureza los delitos con armas, el desarme de la población, el Régimen Penal juvenil, la Triple Frontera, y el desarrollo de mapas y estadísticas del delito.

  La reunión del Consejo tendrá un fuerte condimento político: la sesión se abrirá a pocos días de que el gobernador bonaerense Carlos Ruckauf lograra modificar el Código Procesal Penal en la provincia, otorgando mayores poderes y atribuciones a la policía. Será la primera vez que contará con la participación bonaerense, el mayor distrito del país cuya integración al cuerpo fue anunciada días atrás por Ruckauf. También asistirán como veedores la provincia de Córdoba y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En conclusión, nunca antes en su historia el Consejo contó con representantes de todos los distritos del país.

  La importancia que otorgó el Poder Ejecutivo a esta reunión se trasunta en las invitaciones que cursó De la Rúa a todos los gobernadores del país. La apertura estará a cargo del Presidente, y tendrá lugar a las 9.30 de hoy, en la residencia de Olivos. Acto seguido, tomarán la palabra los gobernadores provinciales. Por la tarde, el ministro de Interior, Federico Storani, y de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Gil Lavedra, oficiarán la reapertura, para continuar los ministros provinciales.

 

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