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Las afirmaciones sobre el sexo
espacial fueron publicadas por el escritor francés de divulgación científica
Pierre Kohler en su libro La misión final: Mir. La aventura humana, que
se conoció el miércoles pasado en París. El texto cita un
"documento confidencial" con la referencia "NASA
12-571-3570", acerca de una experiencia que se habría realizado en
uno de los cuatro vuelos que, en 1996, efectuaron trasbordadores
norteamericanos con mujeres a bordo. Según Kohler, "el objetivo era
establecer las maneras más efectivas de tener sexo en el espacio. Los
experimentos se vinculan con la previsión de misiones con parejas de
esposos en la Estación Espacial Internacional, que actualmente se está
ensamblando en órbita. Los científicos necesitan saber en qué medida
son posibles las relaciones sexuales en ausencia de gravedad".
Pero la NASA acaba de
desmentirlo en forma tajante: "Nosotros terminantemente negamos que
haya existido tal experimento", dijo su vocero Brian Welch, quien
destacó que Kohler jamás trabajó para ese organismo. Welch opinó que
la versión de Kohler es "lujuriosa" y que se basa en
"chismes que circularon hace unos años por Internet".
Kohler replicó que "el
tema es tabú, tanto en la NASA como en el centro de control de misiones
orbitales ruso, pero las cópulas cósmicas tuvieron lugar".
Según el libro de Kohler,
antes del experimento habían sido testeadas --por simulación computada--
veinte posiciones sexuales, lo cual permitió seleccionar las diez más
adecuadas para la ausencia de gravedad. Sobre esa base, ya en órbita, un
astronauta y una astronauta "hicieron la prueba en condiciones de
gravedad cero. Los resultados fueron grabados en video pero las imágenes
eran de tal naturaleza que incluso en el interior de la NASA se dio a
conocer una versión censurada".
De las diez posiciones sexuales
testeadas, sólo cuatro pudieron concretarse sin "asistencia mecánica",
ya que las otras necesitaron un cinturón elástico especial y un tubo
inflable parecido a una bolsa de dormir para dos. Según Kohler, "uno
de los principales hallazgos del experimento fue que la clásica posición
'del misionero', con la mujer abajo y el hombre arriba, que en la tierra
es tan fácil porque la gravedad lo empuja a uno hacia abajo, en el
espacio es simplemente imposible".
Ya hace más de un año, Página/12
había interrogado a Kathryn Clark, jefa de proyectos científicos de la
Estación Espacial Internacional, en la NASA, sobre la factibilidad del
sexo en el espacio: "No hay planes en ese sentido para los próximos
años --contestó textualmente--. Fíjense que las cabinas son tan pequeñas
que, si dos se ponen a jugar, tendrían que jugar todos...".
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