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LIONEL JOSPIN, CRITICADO AL VOLVER DE MEDIO ORIENTE
La gaffe de los 1000 días

El premier francés cumplió ayer mil días en el poder. Luego de sus declaraciones en Israel, que desataron la ira de los palestinos,  el presidente Jacques Chirac le lanzó una reprimenda pública.

Página/12
En Francia   

Por Eduardo Febbro 
Desde París
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El jefe del gobierno francés Lionel Jospin sopló las primeras mil velitas de su mandato quemándose las pestañas. Luego de más de tres años de una gestión política sin sobresaltos mayores en el cuadrilátero que comparte con el presidente conservador Jacques Chirac, Jospin quedó marcado con un incidente de fuertes repercusiones nacionales e internacionales. Una frase "justa" pero "diplomáticamente" inadecuada, pronunciada por Jospin en el curso del viaje que este fin de semana realizó a Israel y los territorios autónomos palestinos, corrió como pólvora encendida por la región desencadenando una respuesta más que hiriente de los palestinos radicales, cuyas pedradas alcanzaron a Jospin en la cabeza. Jospin, abriéndose de la tradicional política proárabe de Francia para la región, calificó de "terroristas" los ataques del grupo integrista Hezbollah contra la zona ocupada por Israel en el sur del Líbano. Ataques que se repitieron ayer, y que fueron respondidos por Israel mientras, en su reunión de gabinete semanal, el gobierno israelí resolvió que abandonará el sur del Líbano, con o sin acuerdo con Siria, en el mes de julio.

  El mundo árabe creyó percibir en la frase de Jospin el inicio de una inclinación de la política francesa a favor de Israel. Ayer el grupo Hezbollah invitó al pueblo francés y al presidente Jacques Chirac a "sancionar" al primer ministro, al tiempo que miles de libaneses y palestinos manifestaban en Sidón --sur del Líbano--, Nablus y Cisjordania contra Jospin. Como un problema siempre viene acompañado de otro, el jefe del gobierno se encontró a su arribo a París con un reprimenda pública de su adversario y presidente, quien se postuló como verdadero "amo y señor" de la política exterior de Francia.

  El episodio más notorio de este incidente fue el masivo ataque a palazos, patadas y pedradas que sufrió Lionel Jospin cuando salió de las oficinas de la Autoridad Nacional Palestina y cayó en las fauces de 60 "estudiantes" de la Universidad de Bir-Zeit, sin que un solo policía se interpusiera para protegerlo. Herido en la cabeza así como también varios miembros de su delegación, Jospin se refugió en su auto. El vehículo permaneció inmovilizado durante varios minutos en medio de una multitud que arrojó sobre él todo cuanto estaba a su alcance.

  El premier no quiso más que señalar al verdadero culpable del actual bloqueo del proceso de paz, es decir Siria, país que manipula a su antojo al grupo Hezbollah en momentos en que el Estado hebreo se apresta a retirarse del sur del Líbano. Pero la aventura de Medio Oriente es como pan bendito para la derecha en el marco de la compleja situación de política interior francesa caracterizada por la "cohabitación" entre un presidente conservador y un premier socialista. Aunque aún goza de un excepcional nivel de popularidad, Lionel Jospin sufrió este fin de semana su primera crisis. Todo, hasta ahora, le había salido bien: el empleo para los jóvenes, el plan para los suburbios, descenso del paro y la famosa semana laboral de 35 horas sin pérdida de salario.

  Pero Chirac pudo al fin comprobar que su estrategia puede ser adecuada: "esperar el error del otro y golpear en el momento oportuno", según definió él mismo el "método" de la cohabitación política. La semana parece serle favorable a Chirac, con la ola de protestas sociales que amenazan al gobierno socialista. Los hospitales y la educación nacional están en pie de huelga mientras que la ley sobre las 35 horas choca con la oposición de los cinco millones de funcionarios franceses.

 

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