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A las 15 una torta de
chocolate torcida en un ciclo de cocina es una catástrofe. Doce horas
después, la masa que se inclina sobre el mantel se convierte en escultura
surrealista. Bajo la lucidez del insomnio, todos los géneros televisivos
se vuelven su propia parodia. "Tomemos al gato con seriedad. No le
demos la espalda porque es un gato" y otras leyes por el estilo rigen
el universo de "Vida, perros y algo más", un programa de temática
indefinida que integra la grilla de Metro, señal exclusiva de Multicanal.
Allí mascotas varias muestran sus destrezas los sábados a las 17, ante
la mirada siempre atónita de conductores e invitados, generalmente
especialistas en conducta canina. Una gran dosis de energía felina anima
también cada emisión de "Agenda parapsicológica" --sábados a
las 15 y repeticiones por Argentinísima satelital--, un ciclo que
funciona como vidriera de mentalistas para enganchar posibles clientes.
Entre una vela tricolor encendida y un helecho, la profesora Lilian Grey
expone su versión del secreto profesional relatando una tras otra, casi
sin detenerse a respirar, las angustias de sus clientes.
Un zapping minucioso
descubre otras rarezas. La industria del espectáculo es un surtidor
permanente de ciclos extraños. "Hielo y limón", por ejemplo.
Al magazine conducido por Mónica de Alzaga le bastó con asistir y
celebrar los eventos más snob de Buenos Aires para sumar una legión de
espectadores. De ahí a la televisión abierta y a la masividad, sólo
hubo un paso. Una cosa parecida ocurrió con "El angel de la
medianoche", el desconcertante, y filofascista, programa de Baby
Etchecopar. Ambos están ahora en la grilla de América. En "Show
up" (sábados a las 15 por TVA), Teresa Garbesi se toma todo mucho más
en serio que su rubia colega. La ex modelo no sabe de límites de producción:
si las estrellas internacionales resultan inaccesibles, no importa. Teresa
convoca al piso a algún periodista argentino que haya tenido al menos un
minuto de acceso a las celebridades. ¿Cómo es Richard Gere? ¿Es simpático
Mickey Rourke? indaga, y sonríe embelesada ante los pequeños secretos de
sus ídolos. Es, sin duda, en Utilísima satelital, donde los límites de lo razonable se vuelven más difusos, hasta disolverse. "Vuelta y vuelta", los sábados a las 13.30, pero también y mucho mejor, a las 5.30, es una experiencia difícil de describir. A modo de muestra bastará decir que las conductoras se dedican a actividades tan provechosas como apretar un globo entre las rodillas (vestidas con remeras rayadas y sobre una alfombra de piel de cebra, algo así como los "nunca lo haga" en cualquier manual de televisión) o envolver queso para el freezer. La competencia es dura, sin embargo las palmas se las lleva "Técnica de barra", un ciclo de ¿gimnasia? en el que Verónica Lercari asegura cada dos minutos que con las "tetitas para arriba" la vida de todas será mucho mejor.
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