Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


"Los gaúchos somos diferentes, no formamos parte del sol y la playa"


Hay otro Brasil musical, y Vitor Ramil lo representa con su "estética del frío", que   mostrará en el "5º Porto Alegre en Buenos Aires".

En el repertorio de Vitor Ramil se lucen las milongas.


Por María Belén Luaces
t.gif (862 bytes) 
Vitor Ramil tiene 36 años y nació en el estado de Porto Alegre, al sur de Brasil, donde el gaúcho payador empieza a confundirse con las playas del país turísticamente "más alegre del mundo". Frente al conflicto de sentirse o no brasileño, optó por inventar su propia estética artística, que reivindica la cultura gaúcha del sur, pero no desprecia a la "fiesta" del Brasil. La llamó "estética del frío", y además inventó una ciudad, Satolep ("Pelotas" al revés) donde se situó para escribirles a los gaúchos y también a la vida urbana moderna, al pasado que deja huellas, a su familia y a él mismo. La milonga se convirtió en su "música matriz" y desde allí escribe versos largos, llanos y profundos, como el escenario que lo rodea. El próximo sábado actuará en el Centro Cultural San Martín, con entrada gratuita, en el marco del "5º Porto Alegre en Buenos Aires".

  Es memorioso, recuerda su infancia con "saudade", como dice él. "Mi padre es uruguayo y con mi madre tenían el hábito de arrastrar la alfombra al centro de la sala para bailar tangos, mientras los hijos dábamos vueltas alrededor. Además íbamos todos los inviernos a Montevideo, a comer parrilladas", cuenta en la entrevista con Página/12. Brasil, Uruguay y Argentina conforman un triángulo cultural que lo seduce: "Mi padre era introspectivo, pero también muy emotivo y cuando empezaba a cantar un tango, no llegaba al segundo compás que ya tenía que parar porque se ponía a llorar, la imagen que me quedó del tango es la de una música que hace llorar, una música fuerte, profunda. Descubrí ese sentimiento muy temprano, pero es curioso que mi contacto con la milonga en el plano artístico haya empezado recién cuando Mercedes Sosa se hizo conocida en Brasil. Yo me sentía muy identificado con la música que hacía, que para mí se relacionaba con el sur y compuse mi primera milonga inspirada en ella, que luego la grabó, para mí fue el puntapié inicial de mi búsqueda actual".

   Esa búsqueda hoy está enfocada hacia la Argentina. En diciembre del año pasado actuó en el Festival Internacional de Tango junto a Pedro Aznar y se animó a presentarse a un público mayoritariamente nuevo, con sus milongas cantadas en castellano. Ahora las está grabando bajo la producción de Aznar, en lo que será su sexto disco. "Es difícil para los músicos del sur de Brasil llegar al resto del país, porque tenemos muchas diferencias. Lo de estética del frío se me ocurrió cuando yo vivía en Río. Era junio, estaba en mi casa de Copacabana, con mis shorts, mis chinelas y mi absurda costumbre de tomar mate caliente con cuarenta grados de calor. Estaba allí sudando y mirando el noticiero y pasaron las imágenes de un Carnaval fuera de época en Bahía. En la tele apareció un camión con música arriba del capote y mucha gente sambando detrás, por el medio de la calle, bailando y sudando y pensé, 'bueno, yo jamás estaría allí, no saldría atrás de ese camión, no es parte de mí'. Y pegada a esa noticia apareció la llegada del frío en el sur y lo comentaron como si viniera del extranjero, mostraban las imágenes del campo congelado, los autos con helada en los vidrios y yo inmediatamente me identifiqué con aquel escenario y me sentí en exilio, en mi propio país, en la ciudad donde vivía hacía seis años. Ahí yo pensé en que hay una estética tropical, del calor, de la calle, de la fiesta, que representa a casi todos los estados brasileños, pero no al sur. Nosotros somos diferentes, el gaúcho no es parte del sol y la playa. Ahí fue donde yo pensé: 'Nosotros necesitamos de una estética del frío, necesitamos tener claridad sobre nuestra identidad, precisamos de un arte que hable de nosotros con convicción'".

   Esas ideas fueron plasmadas en su último CD, Ramilonga, un mapa de esa pampa que intenta describir, con el agregado de ciertas dosis que incluyen "la sofisticación de la bossa nova y el sentimiento profundo del tango. Empecé a buscar todas las cosas que en realidad me formaron. Es un viaje muy personal, no pretendo que las personas que viven en el sur escuchen sólo milongas, pero para mí trabajar dentro de la estética del frío es una necesidad, de tener un concepto claro, para luego poder escribir casi confesionalmente. Para mí fue muy importante venir a Buenos Aires, porque estoy transitando estas dos culturas y el disco que estoy grabando con Pedro va a ser como una síntesis de todo eso".

  En Ramilonga Vitor sacó el género gaúcho del formato puramente regional. Grabó con instrumentos aborígenes y entre los acordes de guitarras criollas se pueden escuchar sonidos de sitar y de tabla. "La milonga es una música profunda, llana como la pampa, que se parece a nuestro escenario; pero la pampa también tiene cosas aquí y allá. Por eso quise dárselas al disco, y ahora estamos trabajando de la misma manera. Ayer grabamos una guitarra muy limpia, hoy pondremos una cosa aquí, un efecto allá, todo trabajado de una forma muy minuciosa, muy sutil. El sitar me pareció un instrumento que tenía mucho que ver con la milonga, tiene un sonido muy amplio, que favorece la reflexión. Cuando canto me emociono mucho, es una música que me hace llorar, va al fondo de las personas. Yo tengo una relación muy personal con la composición, siempre hablo de cosas que viví, que sufro, es casi como un ejercicio confesional".

  Lleva casi dos décadas en la música profesional y grabó su primer álbum Estrela, Estrela a los 18 años, con composiciones que había escrito entre los 14 y los 17. El arreglador de ese disco fue Egberto Gismonti, y sus productores, Kleiton y Kledir Ramil, sus hermanos y prestigiosos músicos de Brasil. Después de ese álbum llegaron el ecléctico y maravilloso A Paixao de V segundo ele próprio, luego Tango, el disco de un Ramil ya maduro. En 1996 grabó A Beça, donde logró un acercamiento musical al Brasil de que había renegado en sus anteriores trabajos; y en 1997 descubrió Ramilonga, A estética do frío, donde plasmó el eje a través del cual pasaría su música de allí en adelante. También se ha dedicado a la literatura. Su primer libro se llama Pequod, donde utiliza las mismas herramientas para contar la historia de una familia de Satolep. Cuenta Vitor que "Satolep nació por la necesidad de hacer entrar Pelotas en una canción que estaba escribiendo sobre la ciudad. Pero no cabía en el ritmo y tuve la idea de invertir la palabra, cosa que cayó bien y se llenó de sentido porque es una concepción muy al revés de la ciudad donde nací. Satolep es una ironía, una ciudad a la que le busco mucho el pasado, un pasado muy rico, de hoteles muy lindos que ahora no existen más. A veces creo que Satolep es la búsqueda de una Pelotas que fue o que podría haber sido. Y es también la sugestión para mi música, una ciudad planeada con calles estrechas que se cruzan todas, muy largas, bien al sur del mundo, con una niebla muy fuerte, que busca captar el escenario de la ciudad y el campo. Satolep está entre esos dos lugares". Vitor comenzó otra novela, Satolep, pero aún no le encontró un final. "Por el momento estoy dedicado sólo a la música, porque siento que tiene una cierta urgencia, no me imagino a los sesenta años, haciendo shows todo el tiempo, con la misma energía y fascinación que tengo ahora. Y en cambio me parece que con la literatura es distinto, que cuanto más pasa el tiempo, más buen escritor te podés volver". A Vitor le encantan los tangos de principios de siglo. En un álbum realizado entre Buenos Aires y Porto Alegre, con músicos de allí y de aquí, se dio el gusto de grabar "Melodía de arrabal" y "Yira Yira". En su próximo disco quiere registrar "Tinta roja" y "Percal". "Además --agrega-- tengo compuestos dos discos de milongas, listos para grabar y muchas otras canciones terminadas. Y tengo escrito también mucho repertorio para el Barón de Satolep (su alter ego, jorobado, con el que sube al escenario), y quiero grabar todo esto porque son canciones muy fuertes que hablan de este momento mío y tengo que registrarlas".

 

PRINCIPAL