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"Cuando se conversa entre
amigos no hay plazos sino objetivos", fue la diplomática expresión
del secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray, para justificar la
falta de soluciones a algunos conflictos. El funcionario recibió ayer a
su par brasileño, Marcos Pratini de Moraes. Ambos gobiernos mostraron
voluntad política para acercar posiciones. Sin embargo, no es la primera
vez que los países hacen gestos de esa naturaleza y luego, ante
situaciones coyunturales conflictivas, terminan por desconocer acuerdos
previos.
En esta oportunidad los
anuncios fueron tres. 1. Se acordó firmar un acuerdo "sanitario
agropecuario", consistente en reconocer como válidos los exámenes
sanitarios que realicen los organismos específicos de cada país. De ese
modo, los gobiernos no podrán trabar las importaciones con la excusa de
que deben hacer nuevas inspecciones a las mercaderías, como ocurre en la
actualidad y que da lugar a la imposición de barreras paraarancelarias. 2. Se resolvió implementar un mejor sistema de
logística de intercambio comercial entre privados, que evite el ingreso
de productos importados a un país en coincidencia con el período en el
cual los productores de ese país están levantando sus cosechas. 3. Se convino impulsar la realización de un
marketing común de productos alimenticios bajo la marca Mercosur.
En cuanto a las negociaciones
por los conflictos más urgentes, la Argentina consiguió que Brasil no
imponga cupos para las importaciones de arroz. El país vecino había
amenazado con limitar a 100 mil toneladas al año las compras de arroz a
la Argentina y Uruguay, cuando en la actualidad el país vecino exporta a
Brasil 450 mil toneladas y la Argentina, 200 mil. Berhongaray también anunció que Brasil accedió a elevar el Arancel Externo Común para la importación de cerdos del 15 al 35 por ciento. En cambio, las partes no pudieron resolver la controversias por pollos, lácteos y miel.
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