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PRIMERA REUNION A PLENO DEL CONSEJO FEDERAL DE SEGURIDAD
Todos juntos por leyes más duras

Salvo el de Córdoba, todos los gobernadores cumplieron con la invitación de De la Rúa a Olivos

De la Rúa y los gobernadores de casi todo el país coincidieron en que impulsarán el endurecimiento para las excarcelaciones.


Por Horacio Cecchi
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El endurecimiento de las penas y los regímenes de excarcelación, la corrupción policial, y el trabajo conjunto de la Federal y la Bonaerense en zonas del conurbano bonaerense y los bordes de la Capital fueron las propuestas más salientes de la reunión del Consejo Federal de Seguridad Interior, realizada ayer en la quinta de Olivos. El encuentro, inaugurado por el presidente Fernando de la Rúa, contó con una nutrida participación de gobernadores, ministros y representantes del área, y fue el escenario de consensos, logros y una divergencia: por primera vez, todos los distritos del país estuvieron representados; también fue la primera ocasión en la que participaron miembros invitados de la Legislatura; incluso hubo ánimo y espacio para lanzar la promesa presidencial de presentar en junio el primer mapa nacional del delito. La divergencia corrió por cuenta del gobernador Carlos Ruckauf, que había coincidido prácticamente en todo con De la Rúa, menos en un punto: a la propuesta de "desarmar a la población" lanzada por De la Rúa, el gobernador respondió al estilo far west: "La gente no puede quedar inerme", dijo.

  A las 9.30, Fernando de la Rúa estrenó la reunión del Consejo que se diferenciaba llamativamente de las ediciones anteriores: tenía participación plena. Todas las provincias, salvo Córdoba, estuvieron representadas por sus jefes de gobierno. También, en la segunda línea se notaba un lleno total: ministros del área, jefes policiales de la Federal y provinciales, secretarios, subsecretarios y, por primera vez, tres legisladores nacionales invitados: Horacio Jaunarena, presidente de la Comisión de Seguridad de Diputados; Carlos Corach, que esta vez participó como presidente de la C.S. del Senado; y Beatriz Raijer, titular de la Bicameral Fiscalizadora de las Fuerzas de Seguridad e Inteligencia.

  La invitación a los legisladores no había sido en vano. En su discurso, De la Rúa instó a los parlamentarios a agilizar el trámite de las leyes que aumentan las penas por delitos con armas de fuego, y el endurecimiento del régimen de excarcelación. En ese aspecto, su discurso contó con un consenso generalizado. Todos los representantes, a su turno, coincidieron con él. También instó a "combatir la corrupción policial allí donde aparezca, como modo de recuperar la confianza de la ciudadanía". La propuesta tiene como eje la creación o rejerarquización de las oficinas de asuntos internos y mayores controles sobre el servicio policial, y la creación de mecanismos de participación ciudadana barriales, municipales o provinciales, para fijar prioridades y efectuar un seguimiento de la gestión de los uniformados.

  A su turno, el jefe de gobierno porteño, Enrique Olivera, coincidió en el tema. Su planteo fue el de controlar la corrupción tomando como modelo las comisiones de control estadounidenses sobre la policía. Antes que él, Ruckauf arrojó flores al Presidente, encomiándolo por la organización del encuentro. Después, el gobernador bonaerense planteó el trabajo en conjunto entre la Policía Federal y las Departamentales de Aldo Rico, especialmente en la zona en que el conurbano y los límites de la ciudad se transforman en tierra de nadie. "Es una buena y necesaria coincidencia", señaló a Página/12 un allegado al gobierno porteño. "Pero antes hay varios pasos que cumplir. Para que sea posible, la ciudad tiene que tener su propia policía. El acuerdo se va a firmar en abril. Hace falta determinar qué tipo de seguridad se quiere. Y recién después se podrá establecer un plan en conjunto."

  Cada uno de los representantes provinciales, a su turno, delineó los problemas delictivos locales. Pero el que más marcó el acento fue Ruckauf. Fue después de escuchar a De la Rúa. "Hay que disminuir el nivel de armamento entre la población. Tengo la impresión de que estamos en un colchón de armas", había dicho el Presidente. Ruckauf no desperdició la ocasión para insertar la propuesta de seguridad que lo llevó a la Gobernación: "Es un tema controvertido y controvertible. Me parece bien que se desarme a los delincuentes, pero no me parece que desarmemos a la población y la dejemos inerme".

 

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