Por Diego Schurman
La
interna de la CGT desembarcó ayer en el justicialismo. La cúpula
sindical logró un abierto respaldo de Carlos Menem a la reforma laboral,
fortaleciendo su postura �acuerdista� con el Gobierno. Pero en la
misma jornada, el ala combativa liderada por Hugo Moyano tendió redes con
los justicialistas opositores al proyecto y avanzó en la confección de
una jornada de protesta �podría ser un paro con movilización� para
el día en que la iniciativa se discuta en el Senado.
Menem recibió al grupo de los �gordos�, como se conoce a los
dirigentes gremiales que hegemonizan la conducción de la CGT, gracias a
una gestión del gastronómico Luis Barrionuevo.
El encuentro no fue otra cosa que una demostración de fuerza en dos
direcciones:
Hacia los senadores del PJ, que aún
estudian si discutir la norma o aprobarla tal como salió de Diputados,
pese a que bloque del PJ la haya votado en contra.
Hacia el ala rebelde del
sindicalismo, que marchó a Plaza de Mayo para repudiar la reforma laboral
de la misma manera que lo hizo durante la gestión menemista.
Además del grupo de dirigentes gremiales encabezados por el titular de la
CGT, Rodolfo Daer, en la reunión estuvieron el presidente de la comisión
laboral del Senado, Alberto Tell, Jorge Yoma, Eduardo Bauzá y Carlos
Corach. En los últimos días, este último mantuvo contactos telefónicos
con el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, para garantizarle que el
proyecto logrará la aprobación en la Cámara alta, donde el PJ mantiene
la mayoría.
�Nos reunimos con Alfonsín y con Menem, jefes del radicalismo y del PJ.
Son los dos mayores representantes del campo popular y ambos aprobaron
nuestra gestión a favor de una reforma laboral. Más no se puede pedir. Y
esto es un mensaje para los senadores que se hacen los difíciles para
después cobrar en ventanilla �dijo a Página/12 uno de los
sindicalistas que participó del encuentro.
Sin embargo, Moyano quiere aprovechar la atomización en el PJ �se dio
el lujo de recomendar a Menem que �se vuelva a Anillaco y se deje de
molestar�� y ayer mismo se puso a trabajar para lograr un frente
contrario a la reforma y que, a la vez, lo posicione su carrera hacia la
conducción de la CGT. Anoche mantuvo una cena con el jefe de la bancada
de Diputados, Humberto Roggero. Al asado también fueron invitados los
legisladores duhaldistas Eduardo Camaño y José María Díaz Bancalari.
No fue la única demostración de fuerza del sindicalista camionero.
También reunió al sector rebelde �los dirigentes de los gremios del
transporte nucleados en el MTA, los de las 62 Organizaciones de Lorenzo
Miguel y los mecánicos de José Rodríguez, entre otros� para ratificar
el congreso del 16 de marzo, en la cancha de Ferro, que debe renovar la
autoridades de la CGT.
Los �gordos� habían decidido suspender hasta nuevo aviso ese congreso
para descomprimir la interna sindical y ganar tiempo para buscar un
candidato que le dé pelea a Moyano. Daer le quitó respaldo al camionero
después que éste acusara a la actual cúpula de la CGT de �entregar�
a los trabajadores a cambio de prebendas, como el manejo de los fondos de
las obras sociales y participación en el PAMI. �Yo no soy ningún hijo
de puta ni tampoco un traidor�, se quejó Daer para defender su
integridad. �Yo no dije que era un hijo de puta. Mis viejos son muy
viejitos y sería un mal nacido si me expresara de esa forma�,
respondió Moyano.
Hoy los �gordos�, en un plenario de secretarios generales que dejará
de lado al sector combativo, podría rever la suspensión del congreso
para redoblar su apuesta. Esto es, apelando a una supuesta superioridad
numérica de congresales, estarían dispuestos a desafiar a los rebeldes
con un candidato propio �se habla de Rubén Pereyra, titular del gremio
dondehoy se hará la reunión de los �gordos�� y dirimir en una
votación quién es el que dirige la batuta.
Este idea le pertenece a Barrionuevo. Sin embargo, dentro de la propia
conducción de la CGT existen voces a favor de una salida consensuada con
los dirigentes combativos �de hecho hay recurrentes diálogos entre
Moyano y Pereyra� y esto significa bajar los niveles de la disputa. No
parece descabellado. De hecho, el propio camionero no descartó la
alternativa de compartir una mesa con Daer. �Si se unió Beliz con
Cavallo, después de decirse todo lo que se dijeron por qué no nos vamos
a unir nosotros.�
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