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 Ni
Estados Unidos, ni Israel, ni los países de la Unión Europea (UE) se
tomaron demasiado en serio la renuncia del neonazi Joerg Haider a la
presidencia de su Partido de la Libertad (FPOE), aliado de los
conservadores en el gobierno de Austria. Las posiciones variaron desde el
tibio reconocimiento de un avance hasta las abiertas denuncias de una �táctica�
de Haider para preparar el terreno de su candidatura a canciller en las
próximas elecciones. Luego de las innumerables críticas que lanzó hace
apenas una semana contra la UE, y de su anulado viaje a Bruselas hace dos
semanas, Haider dijo que �voy a dar una alegría a la Comisión Europea�
asistiendo, en su calidad de gobernador del estado de Carintia, a la
reunión regular del Comité de Regiones del organismo. Además, Haider
parece haber iniciado una ola de renuncias: ayer, el ministro de Justicia,
Michael Krueger, también FPOE, dimitió por �agotamiento laboral�.�La cuestión esencial no es la persona, sino la naturaleza de un partido político en el poder�, opinó el presidente de turno de la UE, el premier portugués Antonio Guterres. �Haider dice que sigue teniendo la ambición de ser canciller y el Partido Liberal sigue siendo un partido extremista que permanece en el gobierno�, se dijo en el Foreign Office británico. La portavoz de la Cancillería francesa, Anne Gazeau-Secret, estimó que la posición de su país no cambiará. Y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, Andreas Michalis, dijo que su gobierno comparte el escepticismo de los demás países de la UE. El canciller belga Louis Michel aclaró que la presión de la Unión Europea sobre Austria debe continuar. La canciller sueca, Anna Lindh, aseguró que �la renuncia de Haider es un paso en la buena dirección, que demuestra que la presión fue efectiva�. �Lo veo como un signo de que las críticas externas realmente han tenido impacto en la política austríaca�, se felicitó el canciller danés, Niels Helveg Petersen. En la escala del optimismo, el ganador fue el canciller italiano Lamberto Dini, quien aclaró que ahora puede estudiarse la posibilidad de restablecer �relaciones normales� con Viena. El premier austríaco conservador, Wolfgang Schuessel, le devolvió el convite. �Es una oferta seria para aliviar la presión contra el gobierno. La Unión Europea debería considerarlo�, afirmó. Estados Unidos e Israel se sumaron al coro escéptico. El canciller israelí, David Levy, aseguró ayer que la renuncia de Haider puede ser �una táctica� y que su país no cambiará de actitud mientras el político austríaco sea el principal portavoz del FPOE. �No sé si la medida cambiará algo en Austria�, expresó el presidente norteamericano, Bill Clinton. El secretario del Departamento de Estado norteamericano, James Rubin, aclaró que la medida �no modifica nuestra preocupación de que el Partido de la Libertad forme parte del gobierno austríaco�. En Austria no parecen otorgarle demasiada efectividad a la renuncia de Haider. Para muchos, se trata de una medida para distanciarse de un gobierno que prepara un ajuste, cuyo peso sería letal para su propia candidatura a canciller. �Haider será como Charles de Gaulle, que se retiró a la soledad de su casa, para algún día volver al gobierno como salvador de la patria�, sintetizó ayer el diario Kronen Zeitung.
ETA ATACO A DOS SOCIALISTAS
VASCOS
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