Por Fernando Almirón
Fernando
De la Rúa leyó su discurso ante una Asamblea Legislativa tan moderada
como las palabras presidenciales. Los oficialistas aplaudieron, salvo el
puñado de diputados que se opone al proyecto de Reforma laboral que
prefirió no sumarse al resto de su bloque. Los peronistas se mostraron
distraídos y apenas si batieron las palmas acompañando las diatribas
contra los narcotraficantes. Sólo aliancistas críticos como Enrique
Martínez y opositores elogiosos como Carlos Menem o Carlos Ruckauf
rompieron con la tradición de las declaraciones previsibles al finalizar
la ceremonia. A continuación, las principales frases.
Raúl
Alfonsín, ex presidente de la Nación y titular de la UCR: �Me pareció
muy bueno el discurso pronunciado por el doctor De la Rúa, me gustó
mucho, porque fue muy bueno y sincero�.
Humberto
Roggero, jefe del bloque de diputados justicialistas: �Fue un discurso
efectista, mediático, de campaña. Tranquilo, pero bien armado. Creo que
fue aconsejado por sus asesores para mostrar una imagen de firmeza ante la
opinión pública. Sin embargo, no hubo anuncios importantes; nosotros
esperábamos más respuestas e ideas�.
Carlos Ruckauf
(PJ), gobernador de la provincia de Buenos Aires: �No voy a entrar en el
juego de siempre, en el que los oficialistas lo alaban y los opositores lo
critican. Desarrolló una serie de muestras de buena intención, que es
lógico con tan poco tiempo de gobierno y al que todos debemos ayudar a
lograr�.
Carlos Menem
(PJ), ex presidente de la Nación: �Fue un discurso muy bueno y acorde
al momento que vive el país�.
Enrique
Martínez, diputado del Frepaso: �El Presidente incursionó en un
discurso esencialmente mediático, lleno de consignas. En un estilo nuevo
que se verá si le da resultados. En cuanto a la Reforma laboral debo
decir con dolor, no aportó datos que cambien mi rechazo a la norma�.
Antonio
Cafiero, senador del PJ: �Me hubiera gustado que el Presidente precisara
medidas concretas, porque este tipo de discurso ya lo escuchamos del
anterior gobierno�.
Carlos �Chacho�
Alvarez, vicepresidente de la Nación: �Anunció los objetivos del
Gobierno para que la Argentina vuelva a crecer, porque estamos en un país
recesivo, que no es competitivo. Sólo el crecimiento nos dará empleo�.
Pedro Del
Piero, senador del Frepaso: �Fue un gran discurso, valiente, con agenda
política pero con fuerte conexión con la sociedad. Esa es una gran
virtud, porque ayuda a comprometer a los legisladores con la gente�.
Alberto
Flamarique, ministro de Trabajo: �Fue un discurso muy positivo porque
abordó objetivos fundamentales del gobierno, entre ellos la Reforma
laboral, en la que debemos avanzar a través del consenso y el diálogo�.
Eduardo
Camaño (PJ), vicepresidente de la Cámara de Diputados: �Es la primera
vez que coincido con el 90 por ciento de un discurso presidencial ante la
Asamblea Legislativa�.
Leopoldo
Moreau, senador de la UCR: �Fue un mensaje realista, que tuvo
definiciones contundentes sobre los temas centrales que importan a la
gente, como la evasión, el contrabando, el narcotráfico, la corrupción
y la delincuencia�.
Silencios que
hablan: Aunque evitaron hacer declaraciones las legisladoras aliancistas
Alicia Castro, Marcela Bordenave y Elisa Carrió (quienes se opusieron a
la Reforma laboral impulsada por el Ejecutivo) fueron parcas con sus
aplausos y sólo celebraron las afirmaciones del Presidente referidas a la
lucha contra la evasión y a la necesidad de políticas activas para
impulsar el crecimiento económico y el empleo.
LA GENTE DE LA CALLE, SIN
FERVOR NI INFORMACION
�¿Por qué no pasa el bondi?�
Por F. A.
Un cambio sin aviso
previo en la escenografía cotidiana de la Avenida de Mayo sorprendió a
los que a esa hora llegaban o iban hacia sus trabajos. La inauguración
del período ordinario de sesiones en el Parlamento, una ceremonia que
contempla el traslado del Presidente de la Nación desde la Casa Rosada
hasta el Congreso en un auto custodiado por el Regimiento de Granaderos a
Caballo, no contó con el acompañamiento de la gente que se mostró
indiferente a la primera presentación de Fernando de la Rúa ante la
Asamblea Legislativa.
Algunos se empecinaron en esperar en vano la llegada el colectivo 86 de
las 8.04, o el 64 de �las y cinco� en sus habituales paradas. Mientras
los 320 efectivos del Regimiento de Granaderos a Caballo, al mando del
coronel Julio Tornero, se estacionaban a la altura de San José sobre la
avenida que une la Casa Rosada con el Congreso a la espera del auto
presidencial, los desconcertados porteños se preguntaban entre sí: �¿Qué
pasa? ¿qué se festeja?� �¿Hay desfile?� o, más terrenales, �¿Por
qué no viene el bondi?�.
La mayoría de los que transitaban la mañana de ayer en esta parte de la
ciudad ignoraba que el presidente De la Rúa estaba a punto de trasladarse
hasta el Parlamento para inaugurar el 118º período ordinario de
sesiones. Tradicionalmente la ceremonia se llevaba a cabo los 1º de Mayo,
cuando la ciudad estaba desierta. Pero había gente agolpada en las
veredas agitando banderitas con los colores patrios al paso del jefe de
Estado. Los vecinos se asomaban a los balcones agitando pañuelos y
arrojando papelitos desde las alturas. Los militantes desplegaban
pancartas, entonando estribillos de aliento a sus gobernantes.
Ayer, primero de marzo, fecha impuesta por la Constitución del �94, no
hubo nada de eso. Ni aglomeraciones, ni banderitas, ni cánticos. Sólo
curiosos espontáneos que demoraron su marcha para �ver qué pasaba�,
y algunos fastidiados por el inesperado �al menos para ellos� corte de
tránsito que los obligaría a dar explicaciones por llegar tarde a sus
trabajos.
Los punteros barriales no movilizaron a sus militantes hasta la esquina
del Congreso y las gradas superiores del recinto, desde las que en los
primeros años de gobierno de Carlos Menem solían partir los más
fervorosos aplausos y exclamaciones de aprobación, se mantuvieron
desiertas durante todo el discurso presidencial. Su salida del Palacio
estuvo rodeada por las mismas ausencias que muchos prefieren definir como
austeridad. Un par de horas después, el despliegue policial que originó
el robo relámpago a la sucursal del Banco Quilmes ubicado a poco más de
una cuadra del Congreso, atrajo a más público que la tradicional
ceremonia.
OTRAS APERTURAS DE SESIONES
Corriéndose al interior
Además del inicio
de las sesiones ordinarias del Congreso nacional que inauguró Fernando de
la Rúa y del duro discurso que pronunció Carlos Ruckauf para dar
comienzo a la asamblea bonaerense (ver pág. 19), se inauguraron las
asambleas provinciales de Chubut, Tierra del Fuego, Chaco, Córdoba, Río
Negro. Todos los mandatarios provinciales se centraron en la crítica
situación financiera de sus provincias.
José Luis Lizurume, gobernador radical de Chubut, aprovechó el mensaje
legislativo para pedir al gobierno nacional un trato preferencial a la
provincia, ya que aseguró que �si no contamos con la férrea decisión
del poder federal de fortalecer la integración, no cambiará la tendencia
a la agudización de los problemas estructurales�. Por su parte, Carlos
Manfredotti, desde Tierra del Fuego, estuvo un tanto más esperanzado. �Nuestra
propuesta de contención del gasto para contener el endeudamiento
provincial fue tomada como ejemplo por el gabinete económico y por el
propio presidente Fernando de la Rúa�, señaló y elogió el lento pero
persistente salvataje que va recuperando las cuentas de la provincia.
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