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GRAN BRETAÑA LIBERARIA HOY A PINOCHET DESPUES DE 16 MESES
Con dos ruedas de la silla en el avión

Invocando �razones humanitarias�, el ministro del Interior Jack Straw devolvería al ex dictador a Chile tras una saga de 16 meses.

Pinochet en camino a su último examen médico.
Es el que puede depositarlo en Santiago mañana. 


Página/12 en Gran Bretaña
Por Marcelo Justo desde Londres

t.gif (862 bytes) El drama puede estar a punto de terminar. A las 8 de la mañana hora local (5 hora argentina), el ministro del Interior británico Jack Straw anunciará su decisión final sobre si deja en libertad al general César Augusto Pinochet. A más de 16 meses del arresto del ex dictador, todo parece indicar que el ministro Straw suspenderá el proceso de extradición a España por razones de salud, basándose en el examen médico que se le hizo el pasado 5 de enero.
Los cuatro países que solicitan su extradición pueden apelar la decisión del ministro, pero a pesar de que cuestionan el informe médico, España, Francia y Suiza han dado claras indicaciones de que aceptarán el veredicto británico, aunque la Cancillería francesa recordó ayer que aún estaba pendiente de respuesta un pedido de examen médico independiente de Pinochet por el juez Roger le Loire. El último de los mosqueteros, Bélgica, insinuó ayer que veía altamente improbable un recurso judicial. �El margen que tenemos es muy estrecho. Somos además conscientes de que Pinochet se puede negar a que se le practique un nuevo examen médico�, señaló un portavoz de la Cancillería belga. Anoche, ni siquiera Amnistía Internacional, la organización que encabeza el histórico intento de someter a un ex jefe de Estado a la Justicia por violaciones a los derechos humanos, había decidido si apelaría la decisión de Straw. �Todo depende de los argumentos que use y de la posición de los cuatro países demandantes�, indicó Amnistía en un comunicado de prensa.
En una escueta respuesta por escrito a una pregunta parlamentaria, el ministro del Interior indicó ayer que esperaba �tomar una decisión en el caso del senador Pinochet a las ocho de la mañana� y que daría a conocer �todas las razones� de la misma. El ministro deberá confirmar o desechar la decisión �preliminar� que anunció el pasado 11 de enero de suspender el proceso de extradición, y tendrá que responder en sus fundamentos a los cuestionamientos que le hacen los cuatro países que quieren llevar a Pinochet ante la Justicia. España, Bélgica, Francia y Suiza coincidieron en que el examen médico que se le practicó no es fiable porque carecía de las salvaguardias necesarias para afirmar que Pinochet �no puede ser sometido a juicio�. Los tres primeros países solicitaron que se le haga un nuevo examen con sus propios especialistas, mientras que Suiza sostiene que la Convención de Extradición Europea obliga a Gran Bretaña a hacer efectiva la extradición, sin tener en cuenta el estado de salud del acusado. 
El examen médico, realizado por cuatro especialistas elegidos por el gobierno británico, halló hace casi dos meses que el general tenía una lesión cerebral como consecuencia de dos derrames del pasado setiembre que le afectaron la memoria, la comprensión y la posibilidad de expresarse. En su momento, el ministro Straw señaló al Parlamento que los cuatro especialistas habían llegado a una conclusión �unánime e inequívoca� de que el general no estaba en condiciones de �ser sometido a juicio�. En la ley de extradición británica, el ministro del Interior tiene la última palabra y puede suspender el proceso judicial si, como señala el artículo 12, inciso A, autorizar su continuación podría resultar �injusto o cruel�, como sería el caso de alguien que sufre demencia senil. El viernes pasado, el canciller chileno Gabriel Valdés señaló que su homólogo francés Hubert Vedrine le había asegurado que Francia no apelaría la decisión británica porque respetaba el derecho de ese país, reconocía las atribuciones especiales que le otorgaba al ministro del Interior y tenía en cuenta el proceso democrático chileno. En términos similares se han manifestado España y Suiza, aunque no se pueden descartar recursos de última instancia de la Justicia de estos países. En el supuesto de que Straw confirme su decisión, el caso pasa a manos del director del Servicio Fiscal de la Corona, David Calvert-Smith, quien debe constatar que no existen cargos contra el dictador en Gran Bretaña, que por la Convención contra la Tortura incorporada en 1988 (también vigente en la Argentina, Chile, y los cuatro países demandantes) está obligada a enjuiciarlo si existen denuncias en su contra por cargos de tortura. Esta vía es fundamentalmente una formalidad, en tanto que la misma ley británica contempla que no se someterá a alguien a juicio si no es de �interés público� que así sea: la injusticia o crueldad de enjuiciar a un anciano con demencia senil invalidaría esta vía. El otro camino posible para impedir la liberación del general es que alguno de los países o las organizaciones de derechos humanos presente un pedido de apelación a la decisión de Straw ante la Alta Corte de Justicia. 
El factor tiempo será fundamental. El anuncio es a las ocho, y los tribunales británicos abren dos horas más tarde, con lo que habría un tiempo en el que el general estaría �técnicamente� libre, a menos que, en su fundamento, el ministro del Interior especifique que la suspensión del proceso de extradición sólo entrará en vigor una vez que se agoten todas las instancias legales: sea el Servicio Fiscal de la corona o cualquier otra apelación. Jack Straw tiene razones para adoptar esta posición puntillosamente legalista. Es el camino que siguió hasta el momento y puede impedir que todo el proceso, por momentos inextricable pero relativamente transparente, descienda a una carrera francamente indigna y farsesca entre los allegados del general, que procurarán trasladar a un postrado demente senil a toda velocidad a la base aérea de Brize Norton, a 30 kilómetros de Londres, donde aguarda el Boeing 707 de la fuerza aérea chilena, y los abogados que deberán llegar al tribunal a tiempo para presentar un interdicto cautelar a fin de mantener el arresto domiciliario hasta que no se resuelva el recurso.

 

 

Claves 

Pese a zafar por razones humanitarias, el caso Pinochet sienta precedentes internacionales contra violadores de derechos humanos.
  Cuando el ex dictador fue arrestado en Londres hace 16 meses no había ninguna causa abierta contra él en Chile; hoy hay 57.
  Pero para juzgarlo en Chile habría que desaforarlo de su inmunidad como senador, lo que dependería de la Corte Suprema de Justicia. Pinochet también puede tratar 
de que lo juzguen los militares, quienes lo absolverían.

 

EL GOBIERNO QUIERE QUE SE NOTE LO MENOS POSIBLE
Perfil de un regreso sin gloria

The Guardian de Gran Bretaña
Por Jonathan Franklin Desde Santiago

El espectáculo de una multitud haciendo ondear banderas mientras espera en el aeropuerto de Santiago no es la imagen que el gobierno de Chile quiere ver proyectada alrededor del mundo. Si pudiera hacer entrar al general Pinochet disimuladamente y en medio de la noche en alguna base aérea lejos de Santiago, elegiría esa opción.
El gobierno socialista de Ricardo Lagos ha optado por un compromiso, haciendo que aterrice en Santiago pero sin bandas militares, guardia de honor, festejos ni banderas. No va a estar festejando el hecho como una gran victoria diplomática ni como el regreso triunfal de un héroe. Pinochet va a regresar a un país dividido sobre sus acciones, y que en general quiere que el asunto se entierre lo antes posible. Uno de sus partidarios en Santiago reveló anoche que incluso los militares quieren mantener el asunto en perfil bajo. El embajador chileno en Londres, Pablo Cabrera, admitió anoche que no podría evitarse que algunos pinochetistas se dieran cita para un acto emotivo de flamear de banderas, pero que eso no contaría con respaldo del gobierno. �El gobierno no está planeando nada. Pinochet podrá ser recibido por algunos de sus allegados, pero el gobierno no está planeando nada. Por el contrario, esperamos que todo sea lo más silencioso posible.�
Pinochetistas y antipinochetistas planean actos en todo Chile. La derechista UDI (Unión Demócrata Independiente), planea una recepción, según su senador Andrés Chaswick. Partidarios de Pinochet en el extremo norte del país proyectan una caravana automovilística de recepción en Iquique. La coalición de derechos humanos, parientes de los desaparecidos, el Partido Comunista y otros grupos de izquierda se concentrarán en la Plaza de la Constitución, junto al Palacio de la Moneda, donde el presidente Allende se suicidó mientras los militares bombardeaban el edificio en 1973.
Si Pinochet sale del Reino Unido hoy a bordo del avión de la fuerza aérea chilena alrededor del mediodía, se espera que llegue a Santiago mañana poco antes del mediodía. De acuerdo con su línea de evitar la publicidad del hecho, la Embajada chilena en Londres estaba rechazando ayer todos los pedidos de los medios para acompañar al general en su regreso en el avión. Apenas llegue a Santiago, se espera que lo lleven directamente al Hospital Militar. El Hospital se encuentra bajo fuerte vigilancia.
Allí se ha habilitado un segundo piso especialmente provisto para recibirlo, al que se conoce como la �Suite Pinochet�, y que se encuentra diseñado para suministrar los mejores cuidados médicos que puede recibir un oficial, incluyendo mucamas, un mayordomo y un cocinero. El hospital se divide en unidades diferentes, divididas según rangos militares. El desplazamiento entre los respectivos pisos es difícil, porque los ascensores se descomponen con frecuencia. El hospital fue construido en 1912, y como las mejoras han sido parciales, secciones del edificio sufren regularmente de cortes de electricidad.
Las opiniones sobre el estado de salud de Pinochet siguen siendo divergentes. Fuentes del gobierno insisten en que su estructura mental es frágil, mientras uno de sus partidarios niega que el senador sea �una ruina ambulante. No está al borde de la muerte. No está gagá�.

 

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