Por M. G.
El
gobierno argentino se comprometió a diseñar una solución para los
presos de La Tablada y presentarla a la Organización de los Estados
Americanos en un plazo que puede ir de los tres a los siete meses, pero en
ningún caso incluirá al jefe del MTP Enrique Gorriarán Merlo. Esa fue
la conclusión de la audiencia de ayer en la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, en Washington.
�Queremos actuar de manera responsable�, dijo el número dos de la
embajada argentina en la OEA, Juan José Arcuri, para justificar el plazo.
�Lo vamos a hacer por respeto a la Comisión, con la que el Gobierno
desea mantener una buena relación; por respeto a los derechos humanos y
por la entidad del tema�, dijo.
El 23 de enero de 1989 los sentenciados coparon violentamente el
Regimiento III de Infantería de La Tablada con la idea, según explicaron
luego, de que la población creyera estar delante de un nuevo
levantamiento carapintada y ocupara las calles. El Ejército, al mando de
Francisco Gassino, recuperó el cuartel usando fuerza desproporcionada
para el poder de fuego de los copadores. Tras cotejar la causa y denuncias
posteriores, en 1997 la CIDH consideró probado que �nueve de los
atacantes que sobrevivieron fueron capturados por los militares que
recuperaron el cuartel�, que �todos los sobrevivientes fueron
torturados por agentes del Estado argentino� y que �hubo deficiencias
notorias en la investigación de los hechos�.
Además, criticó al Estado argentino porque no permitió apelar la
sentencia a los 20 condenados.
La CIDH reclamó a la Argentina que aplique el Pacto de San José de Costa
Rica, según el cual es obligatorio conceder la apelación, pero el
gobierno de Carlos Menem dilató la respuesta.
Un alto funcionario de la Cancillería que pidió reserva de su nombre
dijo que �si no se aplica una lógica de confrontación que puede dañar
una solución razonable en el futuro, si no se prejuzga sobre la voluntad
del Gobierno, el tema se va a solucionar�.
�¿Cuando usted dice �confrontación� habla de pedir la liberación
de Gorriarán Merlo? �preguntó este diario.
El funcionario asintió.
También explicó que ayer el Gobierno no tenía a mano ningún
instrumento legal para prometer una solución segura.
�Los dos proyectos de ley presentados, uno por (el diputado del Frepaso)
Ramón Torres Molina y otro por Raúl Granillo Ocampo, estuvieron dos
años sin ser tratados, y entonces caducaron para el trámite
parlamentario.
Torres Molina proponía abrir el recurso de casación para los condenados.
Entonces, como no habría una sentencia firme, deberían ser puestos en
libertad aplicando el beneficio de considerar doble cada año pasado en
prisión.
EL ENJUICIAMIENTO A VICTOR
BRUSA
�Desgraciado accidente�
Por V. G.
Las
Madres de Plaza de Mayo se hicieron presentes con sus pañuelos blancos en
la sala de audiencias en la que se juzgó a las juntas militares. Fue
ayer, al empezar el Jurado de Enjuiciamiento contra el suspendido juez
federal de Santa Fe, Víctor Hermes Brusa, quien podría convertirse en el
primer magistrado destituido a través de este procedimiento. Brusa fue
señalado por siete ex detenidos desaparecidos como partícipe de las
torturas que recibieron cuando estaban secuestrados. Sin embargo, el cargo
del juez está en peligro por otro hecho. Hace más de dos años un hombre
canoso atropelló con una lancha a un nadador y huyó sin atenderlo.
Varios testigos reconocieron en Brusa al conductor.
�Estoy aquí por un desgraciado accidente ocurrido en Santa Fe�,
empezó su descargo Brusa después de que se leyera la acusación elevada
por la Comisión de Acusación del Consejo y el escrito presentado por la
defensa del magistrado, conducida por su hermano, Horacio Brusa. El juez
santafesino negó haber sido el conductor de la lancha que el 8 de
noviembre de 1997 atropelló a Miguel Pedernera, quien fue rescatado con
una fractura de cráneo. También rechazó las acusaciones que lo señalan
como cómplice de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante
la última dictadura militar, tal como consta en el Nunca Más. �Mi
defensa va a demostrar la infamia que ahí se dice�, afirmó. Brusa
está procesado por el juez español Baltasar Garzón en el juicio por
genocidio, torturas y terrorismo.
En octubre del �99, cuando la Comisión de Acusación del Consejo
presentó el dictamen sobre Brusa, estimó que no era posible pedir su
destitución directamente por su complicidad en las desapariciones de
personas porque este hecho ya había sido tenido en cuenta por el Senado
cuando lo nombró juez en 1992. Pero la participación del magistrado en
interrogatorios ilegales se consideraron definitorias �de un perfil
cuestionable que, sumado a su presunta mala conducta, determinarían para
el juez un desprestigio tal que le impediría continuar en la
administración pública�.
Para probar la novedosa tesis de desprestigio está previsto que se
presenten hasta el 17 de marzo más de 130 testigos para hablar a favor y
en contra de la imagen de Brusa. De cualquier manera, miembros del Consejo
de la Magistratura consideraron que la tesis del desprestigio es demasiado
osada para prosperar, porque algunos jueces consideran que se les podría
volver en contra fácilmente. De esta manera, el accidente en la laguna es
el hecho que más compromete al acusado.
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