Por Facundo Martínez
En
un partido que no fue demasiado bueno, Boca consiguió tres puntos
fundamentales para sus aspiraciones en el Grupo 2 de la Copa Libertadores
al vencer 2-1 a una Universidad Católica que pareció más dedicado a
buscar el empate que a aspirar a una victoria. Boca volvió a mostrar
fallas en la definición, y sus individualidades sufrieron altibajos. Con
este resultado, Boca suma 3 puntos, uno menos que Peñarol �que venció
2-1 a Blooming en Montevideo� e igual cantidad que los bolivianos,
mientras los chilenos quedaron últimos con una unidad.
En el arranque quedó clara la postura visitante, que no presionaron y
dejaron muchos espacios: buscar el puntito. Pero aún con esas
facilidades, al equipo de Bianchi se le hizo muy difícil encontrar la
fórmula para definir. Quizá si el planteo hubiese sido otro, si La
Paglia no se hubiera ido lesionado a los 4 minutos con una contractura en
el muslo izquierdo (tras 40 días sin jugar), el trámite habría sido
distinto, más entretenido. Es cierto que la Católica les dio espacios a
los volantes de Boca, pero por más que éstos tuvieron la pelota, el
equipo no encontró precisión en el último tramo de la cancha.
Sus recursos quedaron reducidos a los centros, una fórmula que ya quedó
demostrado que no le da resultados. Navas no rindió en lo individual como
en los partidos del verano y Basualdo se ocupó más en ayudar en la
creación a Pérez, que no se enchufó en el partido, con las lógicas
consecuencias del caso.
Así, el partido se hacía malo. Los chilenos resignaron su papel,
buscando el empate, muy tirados atrás, y dejaron venir a Boca, al punto
que Arruabarrena e Ibarra, subiendo por sus laterales, se destacaron.
En el peor momento de Boca, cuando ya estaba perdiendo el rumbo, un error
defensivo de la Católica abrió los grifos del gol. Un mal rechazo de
Bautista fue a parar a los pies de Navas, quien habilitó a Pérez. El
volante, encimado por el arquero Tapia, llegó al fondo y mandó el
centro, que Barijho conectó con facilidad al arco.
La U generó tres situaciones, la más clara a los 20, un remate de
Núñez que Córdoba paró en dos tiempos. Dos tiros libres de Gorosito no
generaron tanto peligro.
En el segundo tiempo la Católica salió con más decisión, y en los
primeros 10 minutos llegó con mucha claridad. Pero Gorosito se fue
cansando, y en ese momento llegó el penal de Bautista a Barijho, que
definió Guillermo, fuerte y abajo. Inatajable.
Después del gol, Boca empezó a dar vuelta el trámite, porque mejoraron
las individualidades, aunque mostró ingenuidad para romper el achique: le
cobraron alrededor de 25 posiciones adelantadas. Aun así, tuvo
posibilidades de agrandar el resultado, cuando a los 60 Barijho perdió un
mano a mano con Tapia, tras un desborde de Ibarra en sociedad con
Basualdo. Más tarde, habilitado por el volante, Barijho enfrentó al
arquero y chocaron: eso motivó el cambio del delantero.
Una distracción de la defensa de Boca, que no tomaba conciencia de que
había que marcar más de cerca a Gorosito, significó el descuento, tras
un pase del ex San Lorenzo a Hormazábal, cuyo centro Núñez conectó de
cabeza. Después del 2-1 a Boca se le complicó porque los chilenos
buscaron el empate, y a los 80 Norambuena se lo perdió de cabeza. El
ingreso de Marchant le dio aire a Boca para tener más pelota y aguantar
el resultado.
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