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Otra temporada en el infierno

Las imágenes del escándalo: García en el auto que lo llevó ante el juez, García rodeado de micrófonos.
Mercedes Sosa pidió que �no lo ataquen a Charly, que él no tuvo la culpa de nada de lo que pasó�.

Por C.P.
Desde Mendoza

t.gif (862 bytes) La segunda parte de una nueva agitada visita de Charly en Mendoza comenzó a desarrollarse en la madrugada, ante escasos testigos, pero cobró repercusión nacional, con la palabra escándalo presidiéndola, durante buena parte del día de ayer. García y su corte estaban a primera hora de la madrugada en un hotel internacional del centro de Mendoza cuando el dueño de un bar, ubicado a pocas cuadras, los invitó a visitarlo. Les explicó que La Reserva era una especie de Morocco vernáculo. La troupe partió hacia allí, para sorpresa de medio centenar de personas que mataban el tiempo bebiendo. La policía, que seguía con discreción casi todos los movimientos de García, puso dos patrulleros en la puerta. El gobernador por la Alianza, Roberto Iglesias, había pedido que se le informase en caso de que la llegada del músico originase algún tipo de problemas, conocedor de la larga serie de incidentes que coronan la relación de García y Mendoza. Una vez dentro del local, García ejecutó una guitarra y un piano, rodeado de jóvenes fans y cholulos, que tenían cara de no creer lo que estaban viviendo. El músico cantó incluso viejas canciones acústicas de Sui Generis, entre ellas �Necesito� y �Aprendizaje�. Todo iba bien. Mario Serra lo acompañaba �tocando� con sus palillos sobre un balde de hielo. A las 5, cuando la troupe García se marchaba y el alcohol había corrido en exceso para todos, una mujer en edad de ser madre de varios de los fans presentes en el recital le pidió un autógrafo, en medio del revuelo. García le hizo un gesto de distancia, con la mano, casi sin mirarla. La mujer le contestó estrellándole un vaso en el rostro. El rostro del músico se llenó de sangre. García corrió hacia una combi sobre la calle Rivadavia, mientras dos personas de su entorno sujetaban a la mujer. Una de ellas levantó una silla y la golpeó, tras lo cual ascendió a la combi. La mujer marchó hacia una comisaría, y presentó una denuncia contra García por agresión, y luego fue internada, con conmoción, en el Hospital Central. Lo que siguió fue la habitual comedia del escándalo fogoneado por �Crónica TV�.
García, Serra y el manager Marcelo Levalle, a quien algunos testigos identificaron como el agresor, fueron llevados a declarar a un juzgado a las 11.30, ante un notable revuelo de medios provinciales y nacionales. Previamente, un médico del Same porteño había diagnosticado que sufría un pico de presión. En Tribunales, el juez Gonzalo Guiñazú les tomó declaración y los dejó en libertad, sin perjuicio de que la causa continúe. La organización del ciclo Argentina en Vivo, a cargo de la Secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación, siguió a prudente distancia el desarrollo de los hechos, que desrelacionó del show de la noche anterior. Sin embargo, sus responsables sólo abandonaron la provincia, rumbo a San Luis, donde mañana tocan Los Caballeros de la Quema, una vez seguros de que García y los suyos no estaban detenidos.
�Todo esto fue una payasada que demuestra el costado enfermo de algunas personas�, definió García, quien anoche se disponía a volver a Buenos Aires. �La gorda me tiró un vaso, el vaso me pegó en la frente y me denunció por abuso sexual, lo cual es una cosa increíble�, relató. En una entrevista televisiva con la señal TN, García reveló que había recibido un llamado del ex presidente Menem (e incluso miró a cámara y dijo �Chupete, ponete el brazalete�), y se puso serio al decir que �esto puede ser fanatismo, envidia, bronca o una �cama� local. Estoy bien pero necesito una reparación, porque en este país no se respeta nada. En Mendoza hay una Justicia muy rara�. Mercedes Sosa, por su parte, pidió que �no lo ataquen a Charly, que no tuvo la culpa de nada. Hay mucha gente que quiere sacarle plata, y él no es tan rico como para sacarle dinero�.
El músico ha tenido en Mendoza numerosos encontronazos con la policía y la ley en los últimos veinte años; algunos de ellos famosos por el boca a boca. Inspirado en hechos que protagonizó en el mismo hotel donde estuvo esta vez, el Aconcagua, escribió su clásico �Demoliendo hoteles� (aquella vez arrojó un televisor por la ventana a la pileta y destruyó varios cuadros). Años después, fue detenido luego de un recital en el Estadio Pacífico y una vez dentro de la comisaría en que intentaban tomarle declaración rompió un vidrio arrojándole la máquina de escribir, se hirió y luego denunció que había sido torturado. Ese día, cuando le arrojó un balde de agua al oficial que iba a detenerlo, y recibió una advertencia consistente en el grito de �¡Soy un comisario!�, García respondió: �¿Y yo que culpa tengo de que usted no haya estudiado...?�. Una porción del público mendocino, que no es obviamente aquella que va a ver sus shows, tiene una relación traumática con García, cuya lógica se le escapa. El ex líder de Seru Giran muchas veces reaccionó aquí contra eso, sobre todo a impulso de agresiones verbales, y otras sobreactuó su papel de freak y dio motivo a repudios varios. De hecho, es todo un tema para quienes organizan sus actuaciones conseguirle alojamiento en Mendoza. La mayoría de los hoteleros prefieren celebridades menos escandalosas.
Esta visita no hizo más que confirmar la tirantez de una relación casi folklórica. Aunque también puede pensarse que la notoriedad que toman hoy hechos como éste tiene que ver con el lugar que García y el rock ocupan en el imaginario colectivo. En 1977, de hecho, se bajó los pantalones aquí en un recital de La Máquina de Hacer Pájaros, y eso jamás salió publicado. Eran tiempos de códigos, de rock de ghetto. Ayer, �Crónica TV� informó de los hechos de la madrugada, desde Buenos Aires, a los músicos de Charly alojados en el mismo hotel de él, que no se había enterado de nada de lo ocurrido.

 

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