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Bussi zafó de un juez tucumano pero cayó en manos de Servini

El juez federal de Tucumán, Ricardo Maturana, se declaró incompetente para juzgar a Bussi

El magistrado Ricardo Maturana se declaró incompetente en la causa por falsedad ideológica que se le sigue al ex dictador. El caso lo llevará Servini de Cubría. Las razones. Otras causas.


Por Felipe Yapur
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Al ex dictador Antonio Bussi le surgió una sonrisa, pero no podrá acostumbrarse. El juez federal tucumano Ricardo Maturana se declaró ayer incompetente para continuar con la causa por falsedad ideológica de instrumento público que se le instruye al militar luego de que se determinara que en la declaración jurada de sus bienes, cuando fue diputado nacional en 1993, no inscribió las abultadas cuentas bancarias que poseía en el Credit Suisse First Boston de Suiza. Pero a pesar de la automarginación del juez, la causa no muere. La alegría de Bussi no durará cien años porque la investigación retornará al juzgado original, el que conduce María Romilda Servini de Cubría.

  "Recién puedo expedirme en esta causa porque durante dos años envié oficios a las autoridades de la Cámara de Diputados de la Nación (se refiere a Alberto Pierri), para que abran la declaración jurada de Bussi y se determine dónde fijó domicilio. Nunca lo hicieron hasta hace pocos días", se quejó ayer el magistrado tucumano cuando explicó por qué demoró tanto tiempo en determinar si le correspondía a él o a los tribunales porteños investigar la falsedad ideológica.

  Recién hace dos semanas, el actual titular de la Cámara baja, Rafael Pascual, accedió al pedido del magistrado por el cual determinó que el ex gobernador había dado una dirección de Buenos Aires a pesar de ser diputado por Tucumán. Esta es la razón por la que Maturana decidió inhibirse de continuar con la causa por entender que el delito se cometió en otra jurisdicción.

  Todo comenzó cuando en febrero de 1998 la fiscal suiza Carla Del Ponte confirmó la existencia de cuentas bancarias a nombre de varios militares argentinos en ese país. Varias de ellas pertenecían, y pertenecen, a Bussi. Todo esto derivó en la apertura de una causa por enriquecimiento ilícito. Maturana solicitó entonces la remisión de la declaración jurada de Bussi que entregó al Parlamento cuando fue diputado. La intención era determinar la coherencia entre los bienes declarados y los realmente pertenecientes. Cuando en una sesión especial del Congreso se concretó la apertura del sobre, se confirmó que las cuentas bancarias de Suiza no estaban registradas. Inmediatamente se inició una causa por falsedad ideológica que recayó en el juzgado de Servini. Pero en su momento la jueza se declaró incompetente. Entonces remitió el expediente a Maturana ya que consideró que existían razones de conexidad entre el presunto delito investigado y el enriquecimiento ilícito, que sigue en manos del magistrado tucumano.

  Con respecto a esta última causa, Maturana está esperando que se resuelva el recurso de casación que presentó la defensa del anciano general luego de que la Cámara Federal de Apelación rechazara la recusación que habían presentado contra el juez. En caso de que la respuesta fuera negativa, los abogados de Bussi prevén dilatar más el tratamiento de la causa ya que presentarán un recurso de queja.

  En cuanto a la desaparición de la menor Mónica Alarcón, de 2 años de edad, ocurrida en marzo de  1977 en Tucumán, el juez anunció que la causa se reactivará a partir de la semana próxima cuando cite a los querellantes a ratificar la denuncia.

  Por otro lado, Maturana se encontrará con Bussi el próximo 14 de este mes, de no mediar otra triquiñuela maquinada por los abogados del dictador. Ese día el juez lo interrogará sobre el destino final de los restos de los ex comandantes del ERP, Mario Santucho y Benito Urteaga, desaparecidos en 1976. Bussi habría expuesto el cuerpo embalsamado de Santucho en 1979, cuando se inauguró un Museo de la Subversión en Campo de Mayo, estando el entonces general a cargo del destacamento. 

 

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