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EL FISCAL PIDIO TRES MESES DE PRISION PARA ASTIZ
"Estuve en el lado adecuado"

El ex marino represor hizo su alegato y reivindicó su actuación durante la dictadura. Su abogada pidió la absolución rescatando la "vocación por la democracia que existe" en el Angel Rubio.

Astiz hizo ayer un breve descargo. Dijo que, "desde que la guerra terminó", buscó la reconciliación.


Por Victoria Ginzberg
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"Fui oficial de Marina por vocación, dedicando mi vida a una institución a la que respeto y quiero. Por causa del Servicio Naval me tocó participar de un enfrentamiento lastimoso en el que creo haberme comportado correctamente y en el lado adecuado", dijo Alfredo Astiz en su descargo en el juicio por apología del delito en su contra. Antes, el fiscal Gerardo Di Masi había solicitado que se condenara al represor a tres meses de prisión y la defensora oficial Perla Martínez de Buck había pedido la absolución.

  Di Masi comenzó su alegato asegurando que durante el juicio oral se constató que el 13 de enero de 1998 se llevó a cabo una entrevista entre Alfredo Astiz y Gabriela Cerruti. El represor destapó una botella de agua mineral y escuchó las frases que fueron publicadas en la revista 3puntos un día después de su encuentro con la periodista. "¿Sabés por qué mata un milico? Por un montón de cosas: por amor a la patria, por orgullo, por machismo, por obediencia". "Soy el hombre mejor preparado para matar a un político o a un periodista." "Todos los días vienen camaradas a pedirme que encabece una sublevación", fueron, entre otras, las palabras que le valieron a Astiz más de diez denuncias por apología del delito.  

  El fiscal consideró que las pruebas reunidas durante el proceso --los testimonios de Cerutti; Héctor Timerman, ex director de 3puntos; Claudia Acuña, ex editora de la revista; el capitán Aurelio "Za Za" Martínez, nexo entre Cerruti y Astiz y el decreto de destitución del represor-- confirmaban que Astiz "reivindicó hechos del pasado reciente sabiendo que sus dichos iban a ser publicados". Di Masi, que expuso rápidamente su alegato, fundamentó el pedido de condena en que el represor "no desconocía el carácter de periodista de Cerruti" y, al menos, "consintió la posibilidad de publicación" de la entrevista.

  "No puedo dejar de señalar que en mis 25 años y tres meses de experiencia en Tribunales quizá difícilmente haya estado frente a un caso en que los términos justicia y derecho fueran dejados de lado de manera tan burda", abrió la defensora de Astiz. Martínez de Buck, que pronunció su discurso con energía y convicción, intentó pintar al Angel rubio como un perseguido y recordó que catorce testigos --la mayoría marinos-- declararon acerca de la "vocación por la democracia que existe en el pensamiento y sentimiento del señor Astiz, mal que les pese a algunos."

  Finalmente Martínez de Buck repitió los razonamientos que desplegó a lo largo de las cuatro audiencias anteriores, es decir, que Astiz no concedió un reportaje a Cerruti, sino que mantuvo una "charla informal" con ella y que, además, la periodista desvirtuó y cambió sus palabras. Si Cerruti pudiese recordar dos horas de conversación sin tomar nota "figuraría en el libro Guinness", dijo.

  Según Martínez de Buck, el marino que se infiltró en las agrupaciones de derechos humanos durante la dictadura y que participó en el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada no pudo haber dicho lo que se le atribuye porque sus valores son, entre otros, "el respeto al poder político, subordinación a la Constitución, amor a la patria, desinterés, espíritu de sacrificio, entrega constante y capacidad de morir por los ideales ajenos". Sobre el final de su alegato, la defensora oficial acusó a Cerruti de ser parcial por haber cantado, según consta en uno de sus libros, "son todos asesinos los milicos del Proceso" y por ser la mujer de un hijo de un desaparecido.  

  Astiz leyó su descargo de una hoja manuscrita. En primer lugar agradeció la "capacidad, dedicación y la valentía" de su abogada y afirmó que, desde que "la guerra" terminó, buscó "el camino de la paz y la reconciliación de todo el pueblo argentino". El represor manifestó además que no está de acuerdo con que "el fin justifica los medios".     

  El juez Claudio Bonadío anunciará la sentencia el miércoles. Se trata del mismo magistrado que, cuando procesó a Astiz en mayo de 1998, consideró que el represor era consciente de que su conversación con la periodista iba a ser publicada.  

 

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