Por Gustavo Veiga
Jorge
Ferro mide cada una de sus palabras con el arquetípico estilo de los
árbitros. Sus respuestas son escuetas pero firmes. Sus pensamientos
transmiten la convicción de quien está dispuesto a ratificar, una y otra
vez, su denuncia pública contra el gobernador tucumano Julio Miranda,
quien irrumpió en su vestuario para amedrentarlo la noche del jueves 17
de febrero. El referí que sufrió ese apriete tras dirigir el partido
Atlético de Tucumán 0-Atlético Rafaela 1, también es el secretario
general de la Asociación Argentina de Arbitros (AAA). El viernes por la
noche, tras una reunión en la sede de su gremio con un legislador
tucumano, atendió a Página/12 para reflexionar sobre lo que hizo y lo
que continuará haciendo junto al juez de línea Raúl Bravo, quien
recibió un golpe de José Miranda, el hermano del gobernador barrabrava.
�¿A qué se debió el encuentro que mantuvo con el legislador Jorge De
Faveri?
�El vino en misión oficial a recabar información acerca de los hechos
que acontecieron aquel día 17 en Tucumán. Digamos que ésa fue la
función que vino a cumplir esta persona, a título de lo que a él le
compete como legislador.
�¿Qué tipo de información le brindó usted?
�Por ejemplo, le dimos comunicados de prensa del sindicato que en su
momento fueron públicos. Se llevó las copias oficiales, notas que
elevamos al Ministerio del Interior, la AFA y el Comité de Seguridad de
la Nación.
�¿Le bastó para sentirse tranquilo que el secretario de Seguridad
Interior, Enrique Mathov, les diera garantías a los árbitros para
dirigir en Tucumán y que la AFA levantara la medida de suspender
transitoriamente los partidos en esa provincia?
�Con esto entendemos que el ente más importante en materia de seguridad
nacional en el fútbol, mediante el comunicado que dio a conocer, está
brindando las garantías necesarias. En base a eso, nosotros nos
remitiremos a dirigir. Lo que es a nivel político es otro tema. Nosotros
recurrimos con una carta a la Secretaría de Seguridad para que tomara
cartas en el asunto y, evidentemente, lo hizo.
�¿Los satisface el resultado que han tenido hasta ahora las
repercusiones y decisiones que se tomaron sobre el caso Miranda?
�Yo no puedo opinar, por ahora, sí estoy satisfecho. De pronto, si
están dadas o no las garantías se comprobará con los hechos. Si me
remito a la Secretaría de Seguridad Interior que oficialmente dice:
están dadas las condiciones para dirigir en Tucumán, yo me tengo que
conformar con esa actitud.
�¿Las conversaciones que mantuvieron ustedes, los árbitros, con los
funcionarios del Estado, implicaron que, a cambio de un desenlace que los
conformara, tenían que levantar la denuncia?
�No, en absoluto. Ese trámite continúa su camino, no está cortado
para nada.
�¿Tampoco hubo un pedido del legislador tucumano De Faveri?
�No, de nadie recibimos una solicitud así.
�O sea, ¿la causa judicial contra el gobernador Miranda seguirá?
�Exactamente.
�Desde que usted, Bravo y el otro juez de línea se presentaron ante la
Justicia tucumana, ¿hubo algún nuevo paso procesal en la causa?
�No, que nos hayan notificado o informado, ninguno. A nosotros nos
asesoran los doctores Garay y Cornaglia, que son los abogados de la
Asociación Argentina de Arbitros.
�En todo este proceso, ¿se sintieron respaldados por la AFA?
�No... O sea: oficialmente no hemos tenido ninguna respuesta a todo lo
que nosotros manifestamos. Tuvimos sí adhesiones de muchos compañeros,
deprofesores de la Escuela de Arbitros y del Colegio de Arbitros en forma
verbal o por vía telefónica.
�¿Recibieron la solidaridad del otro sindicato que reúne a los
árbitros, el SADRA?
�No, de manera oficial no.
�¿Hubieran esperado un gesto de ese tipo?
�No, no esperábamos nada.
�Si se toma en cuenta que ustedes siguieron un camino similar al de
Javier Castrilli en el sentido de denunciar al poder, aunque en este caso
un poder externo al de la AFA, ¿cree que la actitud les puede ocasionar
algún costo en el futuro?
�Ni me detuve a pensar en eso, aunque yo estoy tranquilo con mi
conciencia de que denuncié lo que era correcto denunciar. Si esto trae
aparejado o no otro desenlace, ya escapa a lo que pueda hacer. No creo que
genere algún tipo de consecuencia, pero sólo el tiempo será el que
dictamine si esto tuvo algo que ver con nuestro futuro en la carrera
arbitral.
�¿Julio Grondona los citó en algún momento para interiorizarse sobre
este tema, se mostró ante ustedes preocupado por el episodio de Tucumán?
�No, no nos citó Grondona y la única convocatoria que tuvimos fue a
través del Tribunal de Disciplina Deportiva que nos llamó para ratificar
el informe el martes pasado. Concurrimos los tres jueces del partido y
ésta fue la única citación oficial que tuvimos de la AFA por este tema.
�¿Qué reflexión puede hacer sobre el comportamiento de los políticos
a partir de la situación que le tocó vivir?
�Lo primero que puedo mencionar es mi actitud de sorpresa ante un hecho
como éste, de esta magnitud. Yo hace quince años que estoy en el fútbol
y nunca imaginé que iba a tener que vivir algo así. Y además, repito lo
que ya dije con anterioridad. Este es un tema que, más allá de las
consecuencias que me acarree, de ninguna manera puede dejar de ser
denunciado y es porque también el reglamento de la AFA a mí me obliga a
denunciar este tipo de irregularidades. Y, por lo pronto, lo he hecho. A
pesar de la envergadura de la persona denunciada.
�¿Recibieron algún pedido de disculpas de parte del gobernador Miranda
por lo acontecido?
�No, nada.
�¿Volvería a dirigir en Tucumán?
�Entiendo que sí, porque el Comité de Seguridad y la AFA están dando
las garantías. Yo no tengo ningún tipo de problemas, yo no fui el
causante de esta situación tan engorrosa.
�Si el día de mañana tuviera la oportunidad de dialogar con ciudadanos
tucumanos y le preguntaran sobre el gobernador Miranda, ¿les sugeriría
que lo voten?
�Me reservo esa respuesta.
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