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SE ESTRENARA UNA VERSION CINEMATOGRAFICA DE �AMERICAN PSYCHO�
Bateman ataca de nuevo

Casi diez años después de la primera edición de la novela de Bret Easton Ellis, Patrick Bateman ha vuelto. No es precisamente un regreso con gloria, pero la adaptación de un texto que se creía imposible de llevar a la pantalla nunca podía pasar inadvertida.

Christian Bale encarna al sanguinario agente de Bolsa Patrick Bateman, el célebre �American Psycho�.
En algún momento Hollywood soñó con Leo DiCaprio para el personaje, pero la estrella se negó.  ( Der ).

Willem Dafoe es el detective que sigue las huellas de Bateman.
El productor Edward Pressman manejaba el proyecto desde 1992.


Por Luciano Monteagudo

t.gif (862 bytes) �Yo tenía todas las características de los seres humanos �carne, sangre, piel, pelo�, pero mi despersonalización era tan intensa, se había hecho tan profunda, que la capacidad habitual para sentir compasión había quedado erradicada. Me limitaba a imitar la realidad, tenía un tosco parecido con un ser humano y sólo me funcionaba un oscuro rincón del cerebro. Estaba pasando algo horrible y sin embargo no lo podía determinar con claridad...�
¿Recuerdan esa voz? Sí, es Patrick Bateman, el célebre American Psycho, el más siniestro asesino serial de la literatura contemporánea, el monstruo creado por Bret Easton Ellis como la encarnación in extremis del brutal materialismo surgido al amparo del boom financiero de fines de los años 80. Si los exitosos yuppies de Wall Street ignoraban a los pobres, Bateman directamente los mataba a cuchillazos; si un rival en la Bolsa le ofrecía competencia, Bateman lo descuartizaba con un hacha; si entre su grupo de pertenencia era común despreciar a las mujeres, Bateman llegaba hasta el fondo: les cortaba la cabeza y las guardaba de recuerdo en el congelador.
Bueno, sucede que casi diez años después de la primera edición de la novela de Ellis, ahora Bateman ha vuelto. No es precisamente un regreso con gloria, pero la versión cinematográfica de un texto que se creía imposible de llevar a la pantalla nunca podría haber pasado inadvertida. Y eso fue seguramente lo que tuvo en cuenta el reciente Festival de Berlín cuando incluyó en su programación oficial del Berlinale-Palast American Psycho, el film dirigido por Mary Harron y protagonizado por Christian Bale.
Ya en 1992, el productor independiente Edward R. Pressman (que supo respaldar, entre otros directores, a Terrence Malick, Oliver Stone y Abel Ferrara) se había entusiasmado con American Psycho, pero no sabía muy bien qué hacer con ese material que contenía sexo y violencia explícitas como ningún otro texto que hubiera llegado a las puertas de Hollywood. De hecho, la editorial Simon & Schuster, que originalmente le había adelantado a Ellis una jugosa suma por la publicación de su novela, fue la primera en rechazarla cuando recibió los originales (en Estados Unidos, la novela finalmente la editó Vintage Books y en los países de habla hispana, Ediciones B). Por lo menos tres adaptaciones diferentes llegó a manejar Pressman cuando la directora Mary Harron entró en el proyecto y ofreció su propia versión. Corría 1997 y Harron ya tenía a sus espaldas el éxito de su primera película, I Shot Andy Warhol, premiada de Sundance y honrada con la apertura de la �Quincena de los realizadores� del Festival de Cannes. Parecía la persona indicada.
Las cosas, sin embargo, no le fueron fáciles. Su primera opción para el personaje de Patrick Bateman parece que siempre fue el actor inglés Christian Bale (el niño de El imperio del sol, el periodista de Velvet Goldmine). Pero el estudio Lion�s Gate, asociado con Pressman, quería a Leonardo DiCaprio, por entonces ocupado en Titanic. Si al finalizar la superproducción de James Cameron DiCaprio hubiera dicho que sí, no sólo Bale habría desaparecido de escena, sino también Harron, al mismo tiempo que el presupuesto se hubiera elevado por las nubes. Pero después de muchas cavilaciones, el joven Leo se echó atrás, quizá porque interpretar a un sanguinario serial killer hubiera decepcionado a millones de adolescentes del mundo. Prefirió irse a La playa con Danny Boyle y American Psycho quedó entonces tal como estaba, con Harron y Bale al frente del proyecto y un módico presupuesto de seis millones de dólares, poca cosa para las cifras que habitualmente maneja Hollywood.
El resultado es previsiblemente decepcionante. Es verdad que el comienzo no está nada mal, por ejemplo los títulos, que discurren elegantemente mientras la cámara enfoca unos típicos platos de la nouvelle cuisine, en los que no se sabe bien si la decoración es alguna sofisticada salsa deguindas o más bien un chorro de sangre. La primera mañana que vemos de Bateman frente al espejo, mientras se aplica una máscara facial, también está en el espíritu de la novela, con esa frenética enumeración de marcas y productos para embellecer el cuerpo, esa obsesión por la perfección exterior, que no alcanza a ocultar el horror que se esconde detrás de todas esas lociones y tónicos. La música que pide la novela también está, particularmente ese infierno pop �Genesis haciendo �In Too Deep�, �Susudio� por Phil Collins; Huey Lewis con �Hip to Be Square�� que le dio un sonido a su época. �Encontré que la música que le iba mejor a la película �declaró Harron en Berlín�, era el pop más rítmico, brillante y satinado, que simboliza el anhelo de los años 80: ser rico, despreocupado y pasarla bien�.
Lo que le falta a American Psycho como película es la ferocidad sin atenuantes de la novela. Es verdad que el texto de Bret Easton Ellis tiene humor �un humor más oscuro que el negro�, pero eso no convertía necesariamente a la parábola de su protagonista en una sátira. En todo caso, la novela era un diagnóstico, un análisis clínico de un determinado momento de la sociedad de consumo, llevada hasta sus últimas consecuencias. Por el contrario, lo que intenta el film es una sátira, algo obvia (Ronald Reagan dando un discurso desde una TV, para que nadie se confunda de momento histórico) y demasiado ligera para lo que proponía el libro. Allí donde la novela operaba por acumulación �de nombres, de marcas, de lugares de moda� la película trabaja necesariamente por sustracción, intentando sintetizar un texto aluvional, que esencialmente se resiste a la síntesis.
Por lo demás, ya se sabe que en Hollywood �el último imperio puritano� algunos temas siguen siendo tabú. Como el sexo, por ejemplo. A tres semanas de su estreno en Estados Unidos (el 14 de abril) ahora se viene a saber que, a pesar de las precauciones de Mary Harron �¡filmó una orgía escondiendo a sus participantes bajo una sábana!�, la compañía productora Lion�s Gate eliminaría un ménage à trois entre Patrick y dos prostitutas, para que la película no sea alcanzada por la calificación NC-17 (no apta para menores de 17), que le restaría una importante porción de público. Eso sí, nadie parece haberse molestado por el uso que el bueno de Patrick le da a su motosierra.

 

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