Por Juan Sasturain
Empecemos
por Chacarita. Era inevitable, por el clima, por la envergadura del rival,
por el escenario, que en la previa uno recordara la última vez que los
funebreros pusieron toda la carne en el asador y las ganas en la cancha
hace apenas unos meses: recibía en ese mismo Vélez colmado (al que
Barrionuevo había accedido trasladarse), al River semicampeón en los
tramos finales del Apertura. Esa tarde, en memorable reacción final, vía
Carucha Müller, hizo dos goles, alcanzó el empate y postergó la
consagración de los de Ramón. Ayer, las circunstancias eran menos
dramáticas, pero los ingredientes estaban. Bien: nada de eso se produjo.
Porque, más allá de la buena actuación de Boca ayer, fue llamativa la
decepcionante producción de Chacarita. Del equipo armado, combativo y con
gol del torneo pasado parece no haber quedado nada... Y eso que son los
mismos. Este Chacarita es una lágrima. La acaba de derramar Rivoira.
Y terminemos con Boca. Era inevitable que nadie esperara que Boca goleara
ayer. Y menos que jugara bien. El equipo venía de dos empates por el
Clausura y dos actuaciones (derrota y victoria) no demasiado convincentes
en la Libertadores, con mucha rotación de jugadores en seguidilla de
partidos y dificultades para llegar al gol. Bien: también en este caso,
nada de eso se produjo. Porque, más allá de la pésima actuación de
Chacarita, el Boca de ayer redondeó una de las mejores producciones de
los últimos tiempos, con buen funcionamiento colectivo más
individualidades crecidas: nadie defeccionó, y por lo menos un tercio del
equipo estuvo arriba de los siete puntos. Algo raro, pero que se dio. De
ahí entonces, entre un Chacarita desconocido y un Boca de algún modo
también, salió el inesperado 4-0.
El partido como tal duró 37 minutos, hasta que Alfredo Moreno convirtió
el tercer gol. El resto fue como una especie de larga cola vistosa o
deshilacha de pavo real que se arrastró durante casi una hora más. Pero
el resultado ya estaba puesto. En ese tramo inicial hubo bastante para
ver. Bianchi usó ese mediocampo de verano, con dos centrales (Traverso y
Battaglia, que salía más lejos) más dos por afuera (Marchant más fijo
por derecha y Pereda) y sin enganche fijo. Arriba, Moreno y el Mellizo no
esperaron: fueron a los costados y hacia atrás, mostrándose y
conectándose por abajo con Pereda y Marchant. De esa disposición
táctica, más la presión constante sobre los medios de Chacarita, salió
el control monopólico del juego y la buena administración ofensiva de la
pelota. A eso le sumó el tercer factor, definitivo: tuvo gol, aprovechó
buen porcentaje de las oportunidades que generó. Y de los cuatro, excepto
el primero que surge de un error de Vivaldo, los tres restantes fueron �de
jugada� y �de Moreno�. Suma de virtud colectiva y aptitud
individual.
Para señalar: la vuelta a pleno de Samuel, la prolija producción de
Pereda y Traverso, el gran partido del Mellizo �sin circo ni protesta,
pero con sacrificio y entrega� y la confirmación definitiva, en ataque,
de Moreno, la figura, de Battaglia en el medio y del juvenil Marchant por
derecha como la mejor opción para Bianchi. Un balance que suma más que
los tres puntos o el cuatro a cero.

Hubo treinta detenidos
Un saldo relativamente poco significativo, teniendo en cuenta los antecedentes, tuvo en términos policiales el partido de ayer. Treinta personas fueron detenidas por la Policía Federal con motivo del partido entre Chacarita y Boca, para el cual se había dispuesto un amplio dispositivo de seguridad debido a la rivalidad belicosa entre ambas hinchadas.
Según informaron las autoridades a cargo del operativo de seguridad, los hinchas fueron demorados antes del comienzo del encuentro por averiguación de antecedentes, tenencia de drogas y disturbios en la vía pública. La crónica de los principales incidentes refiere que minutos antes del comienzo del partido, un reducido grupo de hinchas de Chacarita se enfrentó con otro de Boca en la esquina de la avenida Juan B. Justo y Gallardo.
El incidente se produjo cuando el micro que trasladaba a los simpatizantes �funebreros� se detuvo en el semáforo y comenzó a ser apedreado por algunos hinchas xeneizes que pasaban por el lugar. Como consecuencia de ello, los hinchas de Chacarita descendieron del vehículo y contestaron la agresión, por lo que la policía tomó intervención y detuvo a diez personas.Durante todo el encuentro, ambas hinchadas se agredieron violenta y folklóricamente, pero sólo hubo un caso de detenido durante el partido, cuando la policía sacó del campo de juego a un jovencito que se había metido allí. |
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