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Al otra vez suplente Romeo le
bastaron 24 minutos en el Estadio Olímpico para demostrar su peligrosidad
en el área rival, pues marcó los tantos con que San Lorenzo regresó
triunfal a la Capital Federal, luego de caer 3‑1 con el Junior en
Barranquilla, Colombia, por la Copa Libertadores de América.
Sobre el final del cotejo, el árbitro Claudio Martín le anuló un
gol a Darío Gigena, que desencadenó polémicas y airadas protestas en la
parcialidad del conjunto cordobés.
El comienzo del match se había
presentado netamente propicio para el elenco dirigido por Ricardo Gareca,
que con decisión y ambición asumió el papel protagónico, haciéndose
dueño de la pelota y dominando a su visita.
En los veinte minutos
iniciales, se lo llevó literalmente por delante a San Lorenzo, en cuyo
arco generó cuatro claras situaciones para abrir el marcador, lo cual
consiguió en la última con un golazo: Rodrigo Astudillo tocó profundo
para el ingreso de Gigena, quien apenas ingresó en el área y, de
primera, sin parar la pelota, sacó un violento zurdazo que se incrustó
en el ángulo superior izquierdo del guardavallas Gustavo Campagnuolo.
Anteriormente, un cabezazo de
Gigena se había ido apenas por encima del travesaño, un mano a mano de
Fernando Oliva también se fue desviado por centímetros sobre el
horizontal, y una acción individual de Gabriel Roth concluyó con un
remate para el lucimiento de Campagnuolo.
Pero, después del 1‑0
parcial, ese dominio aplastante se transformó en un planteo híbrido,
pues Talleres pareció conformarse con la mínima ventaja o apostó todas
sus fichas a un contraataque hasta que el mismo epílogo del partido no
surtió efecto, al disminuir el ritmo y replegarse en su área, cediéndole
al adversario la posesión de la pelota y el campo de juego.
En tanto que San Lorenzo no
supo usufructuar esos obsequios hasta después de la finalización del
primer período, reiterándose en centros aéreos inofensivos, para que el
arquero Mario Cuenca ‑-como Campagnuolo-‑ disfrutara unos
cuantos minutos sin sobresaltos.
Con similar actitud salió a
jugar la etapa complementaria Talleres, al tiempo que San Lorenzo
evolucionaba por las variantes, al ingresar Erviti por Morel Rodríguez y
proyectarse con aciertos por el lateral izquierdo; mientras que por el
derecho Adrián González también dejaba su surco y contrarios en el
camino. La entrada de Romeo sería fundamental.
Poco a poco, el anfitrión fue
arrinconado por San Lorenzo y, a los 11 minutos, luego de una serie de
rebotes en el área local, Ariel López avisó sobre lo que sucedería
después, al perderse el empate por milimétrica falta de puntería.
A los 68, tras un pase corto de
Franco para la veloz proyección de Adrián González, este último llegó
al fondo de la cancha, sacó un centro que superó a todos en el área
local e, ingresando por el segundo palo, Romeo le pegó con el taco,
marcando el primero de su cosecha. A los 76 minutos, Erviti por izquierda sacó un centro y Romeo, desde fuera del área, conectó con un frentazo bombeado que encontró adelantado a Cuenca y colocó la pelota en un ángulo superior izquierdo. Otro golazo. El de la victoria azulgrana.
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