|
Ayer por la mañana, las calles
del centro de Río, en los accesos al sambódromo, el tradicional lugar de
los desfiles, estaban en plena efervescencia. Vendedores ambulantes ofrecían
caretas, pelucas y otros accesorios indispensables para festejar el
Carnaval en las calles, mientras que batallones de basureros barrían los
residuos dejados por los juerguistas de la ciudad. De esa manera, se
despejaba el paso para los gigantescos carros alegóricos, salidos de los
talleres de la zona portuaria, y que debían estacionarse desde temprano
en la avenida que llega al sambódromo.
Carabelas gigantescas del siglo
XVI, el trono del rey Joao VI, cabezas de indígenas y de esclavos negros,
son algunos de los motivos de los carruajes, que intentarán recrear la época
del Descubrimiento, ocurrido precisamente el 22 de abril de 1500, cuando
el navegante Pedro Alvares Cabral llegó al sur del Estado de Bahía, en
el nordeste del Brasil.
Los carros de las siete escolas
do samba que desfilaron anoche, a partir de las 19 hora local hasta el
alba, comenzaron a estacionarse en sus lugares desde la mañana, por orden
de entrada. Cada una de ellas tiene siete carros, que corresponden a siete
``capítulos'' del desfile. Hacia el final de la tarde, los bailarines
--entre 3500 y 5600 por cada escuela-- comenzaron a ubicarse junto al
carro que les correspondía y esperaron el momento de entrar en la
pasarela del sambódromo. Cada una de las catorce escuelas que participan
del desfile esperan ganar el título de ``Campeona del Carnaval''.
Los representantes de las
escolas do samba afirman que "el Carnaval del 2000 es el de la
prosperidad": 13 millones de dólares fueron invertidos en total por
la Liga de Escuelas de Samba (Liesa) en los desfiles. Este año, la alcaldía
de Río donó 300.000 dólares a la Liesa, y espera recuperar esa inversión
con la respuesta del turismo: se estima que llegaron unos 315.000
turistas, un record según las autoridades.
El Estado, sin embargo, no es
el único sostén de los festejos. Se sabe que algunas escolas do samba aún
están patrocinadas por mafiosos de la lotería clandestina, aunque su
influencia está perdiendo vitalidad, y ahora son las propias escuelas las
que se autofinancian con la venta de discos compactos con sus sambas y las
camisetas que las identifican, verdadero merchandising del carnaval
carioca. Las escolas más ricas gastaron 1,3 millones de dólares y las más
pobres 560.000 dólares.
El puntapié inicial lo dio
Porto da Pedra, una de las escolas más modestas, fundada en 1978. Durante
unos 80 minutos, desfiló por la avenida de 700 metros de largo del sambódromo,
rodeada de gradas y galerías con capacidad para 80.000 espectadores y
donde está ubicado el jurado, que tomó nota de su evolución por la
pista. El título del desfile es ``Orden y progreso, amor y locura en el
milenio de la felicidad''.
La noche terminó con el paso
de Portela, una de las escuelas más tradicionales, fundada en 1923. Su
desfile recordó la próspera época del presidente Getulio Vargas
(1930‑45). Entre ambas se presentaron Grande Río, Vila Isabel,
Caprichosos, Tradiçao y Mocidade Independente.
Esta noche está reservado el
lugar para los platos fuertes del Carnaval de Río: Tijuca, Mangueira,
Salgueiro, Imperatriz Leopoldinense, Uniao da Ilha, Beija‑Flor y
Viradouro.
El domingo de mañana, las
playas de la zona sur (Copacabana, Ipanema y Leblon) estaban colmadas de
gente. ``Nada mejor que un baño de mar bajo un sol de 35 grados para
despedirse de los excesos de la víspera y prepararse para los próximos'',
dicen los carnavaleros. EN
TOTAL, HUBO 170 MIL PERSONAS
El Carnaval de Gualeguaychú, el más importante de los que se llevan a
cabo en la Argentina, concluyó este fin de semana con un notable éxito,
según sus organizadores: más de 170 mil personas asistieron en sus once
noches de celebración. El festejo, desarrollado en el corsódromo de esta
ciudad entrerriana, quedó clausurado el sábado con un espectáculo de
luces y colores, que puso fin a una fiesta que comenzó el 15 de enero y
tuvo su pico máximo de atracción en febrero.
El paso de la comparsa Papelitos marcó el fin del espectáculo,
que volvió a demostrar su poder de convocatoria. El martes próximo, en
el Concejo Deliberante de Gualeguaychú, se abrirán los sobres con el
veredicto de los jurados, para determinar cuál de las comparsas será la
ganadora de la edición 2000 del Carnaval. La comparsa O Bahía se llevó todos los premios individuales en juego, el jueves pasado, ya que recibió el galardón al mejor traje, mientras que María Paz Esnaola se convirtió en la reina del Carnaval. Los organizadores destacaron que hubo más de 170 mil entradas vendidas, un 20 por ciento menos respecto de la edición anterior, aunque recordaron que una de las jornadas, correspondiente al 12 de febrero, debió suspenderse por un violento temporal, cuando habían llegado a la ciudad más de 30 mil turistas.
|