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Mientras los titulares de los
diarios locales anunciaban con orgullo que la Fiorentina podría comprar
por 33 millones de dólares a Perico Ojeda, un delantero puntano que
actualmente juega en el pequeño Numancia de España, los Caballeros de la
Quema probaban sonido en una ciudad dormida en el silencio de un sábado a
la hora de la siesta. En sus diez años de carrera, es la primera visita
del grupo a San Luis. "La verdad es que no sé por qué tardamos
tanto en venir. Espero que tardemos menos en volver", dijo Noble
antes de despedirse.
Después de la actuación del
grupo local Los Vatos de la Parca (unos pibes que habrán pasado buena
parte de su adolescencia escuchando discos de Sumo y The Clash), los
Caballeros salieron con "Pejerrey" y su habitual solidez sonora.
Y aunque Iván no estaba en su noche más inspirada (le costó rugir en
algunos estribillos, como el de "Primavera negra"), manejaba la
escena como suele hacerlo. Bermuditas de jean, musculosa negra, los rulos
sueltos, el cantante salió algo frío a la noche del barrio Bajo Chico y
fue subiendo la temperatura al paso de las canciones. Una curiosidad: en
el oeste argentino, Noble sigue siendo un emblema de rock suburbano, antes
que un sex symbol para las masas.
"Todos atrás y Dios
jugando de 9", "Huelga de princesas" y
"Malvenido", tres infaltables de La paciencia..., generaron un
pogo leve en la primera línea de fuego de la audiencia. El blues de amor
maldito de "Besos de mala muerte" cambió el tono de las cosas,
y "Hasta estallar" (canción que grabaron con León Gieco) cerró
el breve capítulo íntimo. El reggae del viejo y oxidado hit "No
chamuyes" sirvió para el bamboleo, y la orquestación disco con que
abrieron "El culo del asunto" (mezclada con fragmentos de Kool
& The Gang, Sumo y Charly García) preparó la pista para los grandes
éxitos.
Los primeros acordes de
"Avanti Morocha" arrancaron ovación, y ya no hizo falta que
Noble explicara nada, como a veces tiene que hacerlo ante su público
porteño más ortodoxo (cosas como "este tema también lo sentimos
nuestro" no fueron necesarias). "Oxidado" acentuó el clima
romántico-épico, roto al instante por la furia de "Rajá
Rata". Aunque la "rata" ya rajó (el tema se refiere al ex
ministro del Interior Carlos Corach), el grupo sigue tocándola con la
misma revulsión. "Patri", una de sus canciones viejas más
logradas, abrió el dueto de bises, que se completó con
"Carlito". El mismo show que cada tanto puede verse y preverse
en Buenos Aires, acaso sin las dosis de aguante que (quiérase o no) se
volvieron imprescindibles para el suceso de una noche de rock nacional y
popular.
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