DEPORTE Todos, por una u otra causa, habían pasado alguna temporada en la cárcel. Ya en libertad, decidieron utilizar el deporte para confraternizar. El picado, cuyo perdedor debía pagar el asado, se organizó en una canchita de Santa Fe. Pierna va, codazo viene, el partido de fútbol degeneró en una batalla campal entre los ex presidiarios. Hubo un muerto, un herido grave y anoche seguía el operativo policial buscando al resto de los jugadores que huyeron tras la pelea.
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