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Por Raúl Dellatorre El nuevo aumento de los combustibles dispuesto el último fin de semana por Shell volvió a poner en alerta a la conducción económica. Habiendo reconocido públicamente que carece de herramientas para frenar el alza de los precios, la Secretaría de Energía sólo atinó ayer a realizar una ronda de consultas con los �formadores de precios� de las compañías refinadoras. El precio del crudo alcanzó un nuevo pico ayer en el mercado mundial, a su máximo nivel en la última década. Sólo Repsol-YPF logró calmar en parte la ansiedad de los funcionarios, comprometiéndose a �aguantar� el precio por un tiempo más. Esso, en cambio, no asumió ningún compromiso, al igual que Shell, que no retrotraerá el aumento. La cotización del petróleo llegó ayer a nuevos máximos en los principales mercados del mundo. El crudo Brent (calidad del hidrocarburo del Mar del Norte) para entrega en abril se movió en torno de los 29,50 dólares por barril, 50 centavos por encima de su cierre del viernes. En el mercado de Nueva York la variedad light sweet llegó a 32,18 dólares para entrega en la misma fecha, contra 31,50 dólares del viernes. La división entre los miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) sobre la conveniencia de un alza en la producción, que se discutirá en Viena el próximo 27, agregó tensión a los mercados. Estos niveles de precios son los más elevados que se registran desde noviembre de 1990, en las semanas previas a la guerra del Golfo. Irán, Libia y Argelia representan la �línea dura� de los países petroleros, contrarios a un aumento de la producción, posición que mantiene la incertidumbre sobre el futuro. Un informe del Departamento de Energía de Estados Unidos advirtió ayer que el precio de la nafta seguiría aumentando en las próximas semanas. El precio actual se ubica en el equivalente a 40 centavos por litro, el nivel más alto de la última década. En tanto, el gobierno nacional pugna por encontrar la fórmula para alinear el precio local de los combustibles al nivel internacional, hasta ahora sin suerte. Con el nuevo ajuste, Shell ubicó el litro de sus naftas ecológicas (V-Power) en prácticamente 1,20 peso, y el gasoil por encima de los 53 centavos por litro. Los pedidos de colaboración a las petroleras han caído en saco roto hasta ahora, y el paquete de medidas lanzado hace un par de semanas para generar competitividad en el mercado, se sabe, tendrá efecto nulo en el corto plazo. En forma muy reservada, funcionarios de la Secretaría de Energía mantuvieron encuentros y contactos telefónicos con directivos de las tres principales petroleras locales desde la mañana de ayer, tratando de encontrar algún mecanismo de consenso para contener el alza de precios. Pero sólo consiguieron la promesa de la española Repsol-YPF de postergar un nuevo ajuste del precio en surtidores, a la espera de que cambie la tendencia alcista en el mercado mundial. Pero el panorama internacional es incierto. Ayer, un estudio realizado por la Oficina de Información Energética de Estados Unidos pronosticó que la cotización del crudo podría retroceder apenas hasta los 25,50 dólares por barril si la OPEP decide aumentar la producción en el segundo trimestre. En cambio, si tal hipótesis no se cumple, el valor del barril podría superar los 35 dólares. La rápida reducción de existencias en las principales economías occidentales pone en cuestionamiento los pronósticos de crecimiento mundial para este año. Algunos de los �halcones� de la OPEP, como Irán, prefieren esperar al comportamiento de la demanda del Hemisferio Norte en los meses de primavera y verano, cuyo decaimiento haría retrotraer los precios sin necesidad de un aumento de la producción de crudo, según señaló ayer el ministro de Energía iraní, Bijan Zanganeh. Arabia Saudí y Venezuela, en tanto, encabezarán la postura proincremento de la producción en la reunión de la OPEP del día 27. Montadas en este cuadro de situación internacional, las petroleras que controlan el mercado local mantienen la sartén por el mango en materia de precios, aun a riesgo de las críticas que les imputan hacer abuso de su posición dominante.
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