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PROPONEN QUE LAS TIENDAS TENGAN TODOS LOS TALLES
La batalla contra el small

Un proyecto en el Senado prevé obligar a los locales de moda que ofrezcan a sus clientas todos los talles y no sólo los chicos y extrachicos. Busca evitar trastornos de bulimia y anorexia.

La iniciativa fue elaborada por María del Carmen Banzas y presentada por el senador Leopoldo Moreau


Por Mariana Carbajal
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La tiranía de los talles diminutos podría llegar a su fin en el reino de la moda. Con la intención de prevenir trastornos como la bulimia y la anorexia, el senador Leopoldo Moreau quiere obligar a los fabricantes de ropa para adolescentes a confeccionar sus modelos en "todos los talles", de manera que no sólo le entren a las más delgadas. Si prospera la iniciativa, presentada en la Cámara alta, los locales de indumentaria para teenagers deberán ofrecer prendas de todas las medidas antropométricas de la joven argentina. En caso contrario, las casas de ropa podrían ser sancionadas con multas de hasta 10.000 pesos y si el incumplimiento es reiterado, con la clausura temporaria del local. Mientras especialistas en trastornos de la alimentación recibieron con buenos ojos el proyecto, diseñadores de moda lo calificaron como "impracticable" e "insólito".

  "Los talles que se están ofreciendo son más chicos que los reales. En el fondo, lo que intentamos es crear conciencia, porque existe una presión cultural muy grande por la delgadez extrema. Hasta las chicas flacas no encuentran ropa y esto las pone en riesgo de desarrollar trastornos del comportamiento alimentario", explicó a Página/12 la diputada bonaerense María del Carmen Banzas de Moreau, esposa del senador y autora real de la iniciativa. "El proyecto se inspiró en legislación similar vigente en Francia y Cataluña", señaló. Recientemente, el Senado español propuso una suerte de pacto social contra el imperio de los talles extrachicos (ver aparte), pero, a diferencia de la iniciativa de Moreau, apunta a lograr un gran consenso sobre la necesidad de vender ropa acorde con el tamaño de la gente.

  El proyecto local, en cambio, impulsa la transformación en forma compulsiva. Prevé un plazo de 240 días, una vez promulgada la ley, para que los diseñadores "cubran todas las medidas antropométricas de las adolescentes" en sus prendas y los comercios tengan la variedad de talles en su stock. Para los infractores, establece multas de 100 a 10.000 pesos, y el cierre de la fábrica o el local por un máximo de cinco días, si son reincidentes.

  "No se puede sujetar a toda la industria a los mismos talles. No creo que el proyecto tenga una base sólida. Es impracticable porque cada marca tiene un estilo, apunta a un tipo de mujer. Además, la gente elige el modelo de acuerdo con la contextura de su cuerpo. Una mujer que mide 1,60 metro y es robusta, por ejemplo, no se pone un shorcito que deje ver la cola: busca una prenda que le afine la silueta", cuestionó Santiago Jovenich, director creativo de la marca Vitamina. Jovenich precisó que Vitamina viene realizando estudios antropométricos del cuerpo femenino desde hace cinco años. "En base a los resultados, cada dos años y medio adaptamos los talles. Antes hacíamos tres --small, medium y large--. Con los estudios, agregamos dos más: extra small y extra large, e incluso, en algunos productos, como pantalones y camisas, también tenemos XXL", señaló.

  El diseñador Roberto Piazza también criticó la iniciativa. "No creo que sea viable. Los senadores deberían preocuparse por pensar campañas para que las mujeres se sientan más valoradas, más allá de encontrar un talle que les entre", opinó.

  Para la jefa de Nutrición del Hospital Italiano, Susana Gutt, y la psiquiatra María Ester Strada, del equipo de Trastornos de la Alimentación del Hospital Durand, la propuesta es "favorable". Tanto Gutt como Strada coincidieron en que la estrechez de los talles es un planteo recurrente en sus consultorios por parte de adolescentes, e incluso, mujeres más crecidas que buscan bajar de peso. "Sin duda --aseguró Gutt--, el tamaño de los talles hace que algunas mujeres quieran adelgazar aun siendo delgadas. Hay mujeres que quieren empezar una dieta porque usan un large." Sin embargo, Strada aclaró que este conflicto en el probador puede "influir en el desarrollo de un trastorno alimentario, pero no es su causa desencadenante. La bulimia o la anorexia tienen un basamento psicológico y familiar. El problema con la ropa es colateral", precisó.

 

Pacto social por los talles 

El problema de los talles extrachicos para las adolescentes fue el tema central de un profundo estudio del Senado español durante 1999. La Comisión de Educación y Cultura del cuerpo concluyó que atajar eficazmente trastornos como la anorexia y la bulimia exige que las mujeres jóvenes encuentren ropa de su talle en las tiendas. Para ello, propuso que varios ministerios se involucren en la problemática. Pero apostó a que los cambios sean asumidos en una suerte de pacto social por los implicados y no impuestos por ley. Además de pedir a los diseñadores una amplia variedad de talles, el Senado español propuso reforzar los planes escolares de educación para la salud, que las revistas dirigidas a los adolescentes no incluyan regímenes para adelgazar, que la industria de la moda evite emplear a menores de 18 años para exhibir ropa de adultos en las pasarelas, que el gobierno financie y favorezca la creación de grupos de autoayuda dirigidos a jóvenes mayores de 16 años y que se desarrollen campañas informativas dirigidas a los padres, entre otras medidas.

 

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