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"Pinochet siempre engañó;  su enfermedad es una farsa"

Página/12 
en Chile  

Por Luis Bruschtein
Enviado especial a Santiago de Chile

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"Pinochet siempre se jactó de la forma en que engañó a sus adversarios, a Allende y a sus ministros --afirmó a Página/12 el diputado socialista Juan Bustos-- y hablando claro, creo que ahora esta cuestión de su enfermedad también fue una farsa". Bustos es el único legislador que integra el grupo de seis abogados que presentaron el pedido de desafuero de Pinochet y es uno de los pocos dirigentes de la izquierda que participa en las marchas de las organizaciones de derechos humanos. En su elegante despacho del piso 23 de una torre céntrica de Santiago asegura que el regreso de Pinochet hizo retroceder la situación política chilena.

  --¿Cómo ve usted la situación que deberá afrontar el gobierno socialista que asume el próximo sábado?

  --Es complicada sobre todo por la actitud que asumieron las Fuerzas Armadas con la llegada de Pinochet, con lo cual hicieron retroceder a la situación política. Su llegada triunfante fue un hecho político concreto y creó una situación que pone entre signos de interrogación la actitud futura de las Fuerzas Armadas y la de los partidos de derecha. Pinochet ya parecía de alguna manera un cadáver político. Por otro lado, Ricardo Lagos ha sido muy enfático en señalar que están dadas todas las condiciones para que los tribunales puedan actuar. Pero ahora todo, y en especial la relación con las Fuerzas Armadas, se va a centrar nuevamente en la discusión sobre el tema Pinochet.

  --En Argentina, los juicios a los ex comandantes produjeron algunos levantamientos. ¿Usted piensa que aquí puede pasar lo mismo cuando  enjuicien a Pinochet?

  --Yo diría que golpes es imposible. Pero sí determinados movimientos, como fue la recepción que le brindaron el viernes, que fue de un tono mayor del que se había acordado. Lo único que se logró parar fueron los discursos y la alfombra roja, pero fue un acto netamente político de apoyo irrestricto a Pinochet... No creo que se produzcan boinazos como se produjeron aquí en otro momento... que se levante algún regimiento, puede ser. Fue algo latente durante la primera época, con Pinochet fuera.

  --¿No resulta contradictoria la recepción de las Fuerzas Armadas a Pinochet, con la participación de delegados suyos en la mesa del diálogo?

  --Por supuesto. Como dijo uno de los abogados que participan en las deliberaciones, Héctor Salazar, con ese acto la mesa no tenía mayor sentido. Y más cuando una de las personas que participan en ella es el general del Ejército Juan Carlos Salgado, que también estuvo en todas las gestiones del regreso de Pinochet. Iba y venía de Londres. Es como reírse de la gente, de la comunidad internacional.

  --Usted ha dicho alguna vez que Pinochet se ha jactado varias veces de haber engañado a sus adversarios...

  --Lo ha dicho él constantemente durante toda su trayectoria. Se ha jactado de sus engaños. Por ejemplo se vanaglorió mucho de que, cuando vino Fidel Castro, él logró a través de un engaño que en verdad las Fuerzas Armadas no le rindieran honores al presidente cubano sino al ministro que estaba al lado. El siempre se mofa de lo "cazurro" que es. También se mofaba de que había engañado a Allende mostrándose muy obsecuente cuando ya estaba complotando para el golpe.

  --¿Mientras Pinochet estuvo en Londres se produjeron cambios en Chile?

  --Yo diría que aquí hubo avances increíbles desde el momento en que estuvo preso. En los mismos tribunales se presentaron numerosas demandas y hay varios militares presos. Y fue muy importante porque yo creo que en todo país tiene que haber una derecha, pero que sea una derecha democrática, y los partidos de derecha habían empezado a despegarse de Pinochet, lo que de alguna manera les valió una enorme votación.

  --También el debate sobre derechos humanos. ¿A usted le parece que ahora hay más comprensión por parte de la sociedad chilena sobre este tema?

  --Por supuesto. Permitió que todos los sectores políticos asumieran el tema de los desaparecidos, de los derechos humanos. Creo que se fue asumiendo por parte de la sociedad chilena que solamente la vía de la Justicia puede permitir una reconciliación. Yo agregaría también que la dinámica a partir de los 90 en Chile es de poca movilización de masas. Creo que esto es característico de muchas transiciones democráticas y creo que de esa manera se trata de evitar que las expectativas sean tan desmesuradas y esto provoque un desfasaje.

  --¿Cómo ve las expectativas con respecto del nuevo gobierno socialista?

  --Yo creo que hay una enorme expectativa en la gente con respecto de lo que pueda hacer Ricardo Lagos, especialmente desde el punto de vista social. En este sentido la expectativa es enorme y Lagos lo sabe, lo ha dicho varias veces. Tampoco pueden solucionarse de inmediato los problemas en salud, educación, vivienda, pero implican una voluntad muy clara desde el inicio. Y por supuesto, toda la cuestión del trabajo, toda la reforma laboral. Nuestro país tiene leyes laborales que están muy por abajo de lo que ha firmado en la OIT.

  --Entonces, por todo lo que ha dicho, usted no cree en la enfermedad terminal de Pinochet...

  --No, no, no. Hablemos claro, yo creo que todo esto ha sido una farsa. Obviamente tiene todas las cosas que puede tener una persona de 84 años: es diabético, algunos problemas en la columna, algunos problemas de memoria tendrá. Pero ni demencia senil, ni mucho menos loco o inhabilitado para tomar decisiones.

 

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