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HOY SE DECIDIRIAN EN EE.UU.LOS CANDIDATOS PRESIDENCIALES REPUBLICANO Y DEMÓCRATA
El Supermartes de la República Imperial

En dieciséis estados se eligen candidatos  que competirán en noviembre por quedarse  con la Casa Blanca al menos hasta el 2005. 

Página/12    
en Estados Unidos 

Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York

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Es a todo o nada. O casi. Aunque George W. Bush se imponga hoy, como han apuntado las encuestas, en las primarias más cruciales de este Supermartes --California, Nueva York y Ohio-- y se apropie de los delegados necesarios para obtener la candidatura presidencial republicana, John McCain eventualmente podría disputar aún la nominación en la convención. Pero sólo si saca un número extraordinario de votos en esta multiinterna. Para los demócratas esta jornada será, sí, la definitiva. Los sondeos indican que Al Gore derrotará aplastantemente a Bill Bradley en California e inclusive en los estados del nordeste, Nueva York y los de Nueva Inglaterra, donde el ex basquetbolista había colocado un resto de esperanza. Se pronostica que mañana Bradley se retiraría de la carrera. Con esto, el actual vicepresidente norteamericano y dilecto de Bill Clinton quedaría como único aspirante demócrata a la Casa Blanca.

  En las 12 primarias y caucuses republicanos de hoy están en juego 588 delegados, más de la mitad de los 1034 que se necesitan para elegir al candidato definitivo en la convención partidaria. En el lado demócrata, se realizan 16 internas que aportarán 1315 delegados de los 2168 requeridos para la nominación. Además de los tres estados clave, se disputan primarias y caucuses en Connecticut, Georgia, Maine, Maryland, Massachusetts, Missouri y Hawai, entre otros.

  Bush y McCain son los protagonistas exclusivos del combate más excitante. Ayer hicieron campaña en California, un estado que, con 162 delegados, hace el aporte más abrumador a la convención partidaria. La interna californiana es abierta, con lo que pueden votar independientes y demócratas. Como ya ha venido ocurriendo, McCain es el favorito de los extrapartidarios y Bush el de los republicanos propiamente dichos. Pero, por abierta que sea la primaria, en este estado del oeste sólo los votos republicanos cuentan para elevar delegados a la convención partidaria. Y el ganador se lleva, además, todos los delegados (en inglés este procedimiento electoral se conoce con la expresión "winner takes all"). Con lo cual el resultado que incluye a la totalidad de los votantes, con los extrapartidarios, tiene apenas el valor de una encuesta. O, como se dice con humor, de un "concurso de belleza".

  Más allá de la cantidad de delegados obtenidos, si el total de votos (incluidos los extrapartidarios) es muy contundente, influye. Y el candidato que perdió los delegados queda bien ubicado para liderar una revuelta en la convención. Dadas las condiciones actuales, el de McCain podría convertirse en un caso vagamente similar al del general Dwight Eisenhower en 1952, cuando el héroe de guerra que contaba con una popularidad nacional arrasadora y había quedado en segundo puesto, persuadió a la convención de que lo eligiese a él y no a Robert A. Taft, el candidato del aparato partidario que poseía el mayor número de delegados.

  No hay seguridad de nada, sin embargo. McCain necesitaría ganar dos de las tres primarias más importantes para mantener su campaña viva. Y la gente de su equipo, se dijo, ya estaba haciendo planes por si ocurría lo peor. McCain sostuvo en el fin de semana que si se retira apoyará a Bush y negó versiones de que podría separarse del partido republicano y enfrentar a su antagonista en noviembre con un tercer partido.

  Coherente con su estrategia para atraer demócratas desencantados e independientes irritados, McCain criticó a su rival diciendo que el estilo del gobernador de Texas "era tan 'clintonesco'" que "asustaba". Cuestionó también la forma de conseguir dinero del hijo del ex presidente, a través de donaciones de magnates. Que gastó en una campaña publicitaria de ataques que ha costado 2,5 millones de dólares. Bush desestimó las críticas de su adversario. Dijo que no tenía nada que ver con esos avisos, nacidos de la libre iniciativa de sus admiradores. "Mi respuesta es que los independientes y los republicanos van a nominarme", resumió.

  En Nueva York, donde la primaria es cerrada, Bush se imponía a McCain en algunas encuestas por entre seis puntos y nueve puntos. Pero según un sondeo realizado por la agencia Reuter y el canal MSNBC, los dos candidatos estaban parejos en la puja. En una coincidencia inusual (ver recuadro), los cinco diarios de Nueva York y Long Island, que generalmente se pronuncian en favor de candidatos diferentes, respaldaron unánimes al veterano de Vietnam.

  Esta ciudad de los rascacielos fue ayer el escenario en el que los  candidatos demócratas realizaron sus esfuerzos electoralistas de último minuto. Bill Bradley comenzó el día haciendo campaña en el ferry que une Staten Island con Manhattan. Reconociendo implícitamente que su suerte está echada, el ex senador de Nueva Jersey dijo que apoyaría a Gore si él es el candidato demócrata y que no le interesaba compartir la fórmula como vicepresidente. Insistió, sin embargo, en que la participación de Gore en los escándalos de la recaudación de fondos partidarios en 1996 puede "poner en peligro toda la agenda demócrata" en la elección presidencial.      En su recorrido neoyorquino, Gore discutió temas de salud pública en Brooklyn, visitó un centro de asistencia a gays y lesbianas en Greenwich Village, y se reunió con líderes de la comunidad judía en el West Side, a quienes dijo que una de sus preocupaciones en política exterior era garantizar la seguridad de Israel. Y dijo que como el tono del basquetbolista Bradley se había suavizado, él quería actuar con reciprocidad y disminuyó su virulencia. Así exhibió Gore la magnanimidad de los que perciben que el triunfo está próximo y es de ellos.

 

La avalancha de la prensa

Por M. F. C. 
El "fenómeno McCain" produce curiosas coincidencias entre tendencias diferentes y hasta opuestas. Una de ellas ha sido el respaldo que consiguió el político de Arizona para la primaria de hoy en Nueva York  por parte de dos matutinos tradicionalmente antagónicos: el liberal New York Times y el pro republicano New York Post. Como si esto fuera poco, los otros dos diarios de la ciudad y de Long Island también se pronunciaron en favor de McCain en una avalancha de editoriales dominicales.

  En el caso del New York Times y del New York Post, hasta hubo coincidencia en la manera de describir al veterano de guerra. Es "una brisa de aire fresco", opinaron en perfecta armonía. Pero el New York Post fue un poco más lejos en su apuesta y proclamó que era el único candidato conservador capaz de derrotar a Al Gore en noviembre. "Es el antídoto a los efectos de la sórdida gestión de Clinton", dijo el diario de Rupert Murdoch en un editorial escrito en su clásico estilo llano y populista. "No se puede decir lo mismo de Bush", señaló sin agregar mayores explicaciones a esa afirmación tajante. Según el Wall Street Journal, todo el grupo Murdoch, dueño también de la cadena televisiva Fox, está detrás de McCain.

  Históricamente, el New York Times suele apoyar a los demócratas. Por ello resultó sorprendente no sólo su respaldo a un republicano sino que lo hiciese en una primaria, ya que nunca se había pronunciado en favor de un candidato en una interna partidaria. La razón principal que dio el New York Times para este apoyo es que McCain tiene como propuesta principal la reforma al sistema de financiación de las campañas políticas. Algunos suspicaces opinan mefistofélicamente que lo del Times es un tiro por elevación. Si McCain gana en noviembre, dicen, y lleva adelante lo prometido, será el último presidente republicano de la historia. Porque la reforma terminaría con su partido, sostenido fundamentalmente por sus millonarios contribuyentes.

 

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