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Un juez evaluará si Ricardo Iorio merece condena por antisemitismo

El INADI presentó una denuncia contra el líder de Almafuerte y los editores de "Rolling Stone". El manager del músico dice que "es una locura".


Por Fernando D'Addario
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Ricardo Iorio fue denunciado ayer ante la Justicia federal por supuesta violación a la ley antidiscriminación, a raíz de una serie de polémicas declaraciones que formuló a la revista Rolling Stone. El líder del grupo de rock duro Almafuerte, propenso a los exabruptos, atravesó sus propios límites de incontinencia oral cuando dijo: "Si vos no sos judío no me vengas a cantar el 'Hava Naguila' en la fiesta judía. Y si vos sos judío no me vengas a cantar el Himno, la concha de tu madre". Esta expresión del músico, que en la misma entrevista se definió como "un perro cristiano", provocó que varios ciudadanos lo denunciaran ante la INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). Su titular, Víctor Ramos, instruyó a la abogada Susana Elsa Torres para que presentara la demanda, que recayó en el Juzgado Federal número cinco, el mismo que estaba a cargo de Norberto Oyarbide (actualmente en uso de licencia médica) y ahora tiene a Gabriel Cavallo como juez subrogante.

  Iorio prefirió no realizar nuevas declaraciones periodísticas. En su lugar habló el manager, Marcelo Caputo, quien lo defendió así: "Lo que le están haciendo a Ricardo es una barbaridad. El tiene muchos amigos judíos, Toto Rotblat de los Cadillacs, Gustavo Rowek, que era el baterista de V8, y no tiene nada contra el pueblo judío". En diálogo con Página/12, Caputo anunció que Iorio querellará a los responsables del ciclo "Memoria": "Pusieron un cartel con Ricardo al lado de Hitler y de Haider. Gelblung dijo que habían invitado a Iorio y que éste no había aceptado ir a su programa porque el conductor era judío. No se puede creer...". Iorio será defendido por los abogados de Universal, el sello discográfico que tiene contratado al grupo desde hace dos años. Con esta compañía multinacional Almafuerte grabó dos discos, Almafuerte y el flamante A fondo blanco, donde despliega su arsenal de consignas que navegan entre un nacionalismo populista (aunque no xenófobo en las letras) y un costumbrismo suburbano plagado de denuncias sociales. Iorio es, para las tribus metálicas, algo así como un gurú criollo, y es ese espíritu mesiánico lo que alarma a la gente de la INADI: "Los neonazis no son tan peligrosos como Iorio, porque a ellos la sociedad los repudia, son casi payasescos. Pero Iorio es un líder juvenil. Su opinión es importante para miles de pibes".

  Entre los particulares que hicieron la denuncia ante la INADI, Pablo Lerner hizo hincapié en otro detalle de la entrevista publicada por la Rolling Stone, aquella donde Iorio puntualiza: "Lo que no me gusta es que a mi país traigan guerras intestinas de otros lares. Y eso se evita siendo argentino. Ojalá los políticos se dieran cuenta". En su nota dirigida a Ramos, Lerner sostiene que "no trajimos guerras intestinas (quizás el Sr. Iorio quiera responsabilizarnos de los ataques a la embajada de Israel y a la AMIA), nuestros abuelos trajeron sueños, compromiso de trabajo y esperanza de libertad (...), aquella que el Sr. Iorio pretende destruir en nuestro país al sostener que la solución pasa por ser argentino, desconociendo nuestra nacionalidad y nuestra dedicación cotidiana con esta tierra (...). Al proponer una solución e incentivar a la clase política a tomar conciencia del 'problema', cae bajo la norma del artículo tres de la ley 23.592".

  Este artículo especifica en su último párrafo: "En igual pena incurrirán quienes por cualquier medio alentaren o incitaren a la persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas". En opinión de Ramos, "la sola lectura de las expresiones del querellado Iorio revelan per se su aptitud criminal". Juntamente con el músico fueron denunciados por supuesta discriminación Víctor Hugo Ghitta --director editorial de la revista-- y el editor responsable, Publirevistas SA. Ninguno corre riesgo de ir a la cárcel, ya que la pena prevista va de uno a tres años.

 

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