El
rector de la Universidad de Formosa hizo circular una nota proponiendo un
recorte voluntario de los sueldos de este mes.Dice que el Gobierno no le
gira fondos. Los docentes, en huelga. |
Por Javier Lorca Por
los pasillos de la Universidad Nacional de Formosa circula una curiosa
notita, repartida
por el Rectorado, que insta al personal a autoejecutarse una reducción
salarial. A los que accedan se les promete una pronta devolución en cómodas
cuotas. A la vez, el mismo Rectorado recortó los sueldos de unos noventa
profesores. Las medidas provocaron la previsible indignación de los
docentes, que ayer se declararon en huelga. El rector Antonio Prieto, que
integra el bloque de rectores justicialistas, le despachó la
responsabilidad al gobierno nacional: "El Ministerio de Educación sólo
nos entregó el 90 por ciento del presupuesto. No alcanza para pagar los
sueldos de febrero", dijo a Página/12 desde la sede de
la UNaF, donde estudian más de cinco mil alumnos.
"Es
muy grave", protestó Beatriz Malvitano, titular de la local
Agremiación de Docentes Universitarios. "El rector decidió, sin
consultar a nadie, ni a los órganos de gobierno de la universidad, hacer
girar esa nota y, además, les rebajó los sueldos a todos los docentes
con dedicación exclusiva." De hecho, a esos profesores se les pagó
lo correspondiente a dos dedicaciones semiexclusivas, por lo que cada uno
perdió 300 pesos, según el gremio. "Prieto ignora que a la
universidad la gobierna un Consejo Superior. Se porta como si fuera el
patrón de una universidad privada", disparó Malvitano. El paro por
tiempo indeterminado, que comenzó ayer, no afecta la toma de exámenes.
Pero sí amenaza el inicio de las clases.
Las autoridades universitarias
retrucaron que el gobierno nacional tiene una deuda de 330 mil pesos con
la UNaF y que con 64 mil pesos podrían pagar completos los sueldos de
febrero. El presupuesto anual de la UNaF es de poco más de 10 millones.
El rector Prieto aseguró que
la reducción salarial voluntaria sólo está sugerida al personal con
cargos jerárquicos y que únicamente el sector de mayor ingreso, incluido
él mismo, sufrirá una merma temporaria de sus sueldos, del 10 por
ciento. "El descuento voluntario es para los funcionarios que tienen
sueldo fijo --detalló--. La mayoría de ellos firmó y aportó cada uno
un poco para permitirnos pagar los sueldos de quienes tienen bajos
recursos." La nota del Rectorado, con una prudente línea punteada,
deja en manos del firmante la elección del monto a descontar.
Pese a los dichos del rector,
los docentes aseguran que el sugerido autodescuento también les llegó a
ellos. "No vamos a decir los nombres de los que recibieron la
propuesta por temor a un castigo. Pero nosotros nos enteramos de la nota
porque les llegó a nuestros compañeros", dijo Malvitano. La titular
del gremio reconoció que solamente firmaron "algunas autoridades
superiores". "Si ellos quieren armar un club de fans del rector,
que lo hagan --comentó, irónica--, pero los demás no vamos a
firmar." Y advirtió: "De este procedimiento puede derivarse una
persecución ideológica de quienes no colaboraron con él. Se va a trazar
una línea entre los que aportaron y los que no".
Respecto de los docentes con
dedicaciones exclusivas, que, aclaró Prieto, son 90 sobre un total de 900
cargos, "se decidió directamente postergar parte del pago",
dijo. Todas las medidas fueron tomadas sólo por él: son resoluciones del
rector. Explicó: "El Consejo Superior está de receso. Esto lo
consulté con lo que yo llamo el miniconsejo, que son los decanos y los
presidentes de las comisiones internas". Mientras, anoche, una
asamblea de docentes y consejeros decidía cómo seguir la protesta.
EL
MERCHANDISING LLEGO A LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Por
Cecilia Sosa
"Estoy convenciendo a
Oscar (por Shuberoff, el rector de la UBA) de comprar un nuevo
edificio", dice Marcos, director del Rojas. Que el espacio ya le
queda chico al centro cultural lo prueban los 20 mil alumnos que hacen
largas colas para inscribirse en los cursos de capacitación, cultura y
tercera edad, que este año tuvieron que ampliar en un 15 por ciento su
oferta. "La necesidad de espacio se debe al crecimiento de la
cantidad de alumnos. Tenemos que salir a alquilar salas. Antes se usaban
salones de la facultades, pero en los horarios pico tampoco tienen
aulas", explica.
El proyecto no se agota con la
expansión espacial. En poco tiempo, los visitantes extranjeros, los
estudiantes locales o cualquier persona podrán llevarse un flamante
souvenir de la universidad, adquirido en un local seguramente cercano al
de Corrientes 2038, donde está el Rojas. Desde escuditos y abrigos hasta
cuadernos y lapiceras, "todo el merchandising institucional de la UBA
--dice Marcos-- podrá medirse con los buzos de Harvard, populares en
otras latitudes".
"Merchandising y
franchising son palabras globalizadas --sigue--. Pero sirven: a la
universidad pública le cuesta mostrarse y conectarse con toda su dimensión
y sus posibilidades de producción." La marca "UBA" (¿habrá
que agregarle, de ahora en más, una pequeña r encerrada en un círculo?),
abogados mediante, ya fue registrada. "No podía ser que una
institución de más de 180 años no lo estuviera --dice--. Vamos a cuidar
la marca, fiscalizar su uso y comercializarla." Y, por supuesto,
engrosar los ingresos de la casa de estudios.
Con el nuevo edificio se
concretaría un viejo sueño: la Librería de la UBA. "Un lugar donde
mostrar toda la producción bibliográfica de la universidad. Que es
impresionante, en cantidad y en nivel", dice Marcos. Además de las
ediciones de Eudeba, la librería ofrecerá un servicio de consultas y
nucleará la producción de todas las facultades, carreras, centros
estudiantiles e institutos de investigación. Habrá un sector especial
dedicado a las conferencias y seminarios dictados por los dos mil
especialistas extranjeros que, por año, suelen visitar la universidad.
"Todo estará reunido en una buena base de datos, en conexión con
universidades de primer nivel de Estados Unidos y Europa", apunta. En
la librería, se podría adquirir, con grandes descuentos, el material
producido en Columbia, La Sorbona y Oxford, entre otras instituciones.
También funcionarán un café
literario, un cibercafé y nuevas salas para presentaciones de libros y
debates. No faltarán los stands de venta de la colección del Rojas (que
lanza cerca de 20 títulos al año), ni una biblioteca dedicada a la gestión
y la crítica cultural.
¿Cómo financiar todo esto? "El crecimiento de los alumnos
nos permite contar con saldos que pueden destinarse al equipamiento
--asegura Marcos--. Necesitamos un financiamiento por 18 meses, después
ya podríamos pagarlo."
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