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San Lorenzo se empató a sí mismo

Ganaba cómodo y los paraguayos igualaron. Se puso las pilas y pasó al frente, pero volvió a especular y le sacaron un punto.

Todos con Romeo en el festejo del primer gol.
San Lorenzo dejó hacer a Cerro Porteño y lo pagó carísimo.


Por Ariel Greco

t.gif (862 bytes) La calculadora de Oscar Ruggeri necesita pilas nuevas. Donde debía sumar con facilidad, restó dos puntos claves y las próximas pueden ser peores. El técnico planificó ganar los tres partidos como local y sacar algún punto afuera, por eso pone aquí lo mejor que tiene y lleva remiendos al exterior. Le salió bien con Universitario, perdió en Barranquilla y anoche se le complicó el panorama en el Grupo. Hasta anoche, todos habían ganado sus compromisos en casa, pero ahora San Lorenzo va en desventaja a Lima y a Asunción. En cambio, Cerro Porteño, inesperadamente, le sacó jugó a su partido de visitante.
La primera idea de San Lorenzo salió bien: presionar a los paraguayos y hacer rápido el primer gol. A los 12 y por una avivada de González que sacó rápido un lateral, llegó el desborde de Estévez y el toque a la red de Romeo. Pero desde entonces, San Lorenzo resignó el ataque sostenido y la presión, cedió la pelota a los visitantes y se refugió atrás para responder con contraataques. Cerro no parece un equipo paraguayo: juega por abajo, no tira pelotazos y no abundan los ollazos. Sin embargo es muy flojito y su dominio de la pelota no produjo muchas situaciones. Apenas un tiro de Richard Gómez desde afuera que contuvo sin problemas Campagnuolo y una entrada por izquierda que cortó a tiempo Ameli, uno de los de mejor rendimiento. San Lorenzo, mezquino, tampoco pasaba sobresaltos y así siguió durante el primer cuarto de hora aunque la gente reclamaba el segundo gol que liquidara el partido y espantara a los fantasmas. Pero llegó el castigo en un tirito de Struway en un tiro libre para poner el 11 parcial. Entonces San Lorenzo despertó y volvió al ataque. Como al principio del partido encontró el gol rápido. Cinco minutos después del gol de Struway, Pusineri volvió a desequilibrar. Y volvió a cometer el mismo pecado. Especuló contra un equipo menor que se conformaba con irse de Buenos Aires con esa derrota mínima y que apostaba al milagro mientras San Lorenzo sólo esperaba que no ocurriera un accidente. Como suele pasar, el accidente ocurrió a tres minutos del final. Se durmió la defensa, Coener por derecha quedó solo y tocó por arriba para empatar 2-2 y desatar la bronca de la platea.

 


 

ESTUVO DOS GOLES ARRIBA PERO AMERICA LO DIO VUELTA
Perdio un Central ciclotímico

Pocas veces se dan partidos como éstos. Central tenía dos goles arriba y a un América cerca del nocaut cuando iba media hora pero le empataron al concluir el primer tiempo con dos goles en un minuto, le hicieron el tercero apenas reanudaron y recibió el cuarto cuando promediaba la etapa. Desde entonces se expuso a la goleada y encontró un mínimo premio con el descuento de Latorre porque no le dio para llegar a una igualdad de hazaña. Antes, cuando Latorre había clavado el segundo de emboquillada, parecía que traía una victoria histórica. Pero faltó experiencia internacional, picardía para manejar el resultado y desatenciones imperdonables en momentos decisivos.

 

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