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Charly Garcia, luego de su temporada en el infierno
�¿A Borges le hacían esto? �

El músico atribuyó a �una conspiración de mediocres, imbéciles y cholulos� la repercusión de sus andanzas en Mendoza y dijo que saltó a una pileta desde veinte metros para demostrar su buen estado físico.

Charly García atendió a la prensa en su cama de dos plazas, ataviado con look Say No More.
�¿Me dicen genio? Ahora pueden llamarme clavadista, también�, bromeó con los periodistas.


Por Pablo Plotkin

t.gif (862 bytes) No será la travesura que recuerde con mayor orgullo, pero parecía divertido Charly García al borde de su cama, con las piernas cruzadas como un faquir, disparando una cámara Polaroid al grupo de periodistas que se asfixiaba contra las paredes de su habitación. Cuando oscurecía en Buenos Aires, las redacciones y los canales de televisión fueron informados de que Mr. Say No More convocaba a una entrevista colectiva en su departamento, puesto que tenía �cuatro cosas guardadas� que mostrar. �¿A qué te referías con esas cuatro cosas, exactamente, Charly?�, le preguntó un reportero que quería ir a los bifes. �Yo a veces miento�, contestó Charly, y siguió hablando de lo que él quería: la secuencia policial/olímpica que protagonizó en Mendoza, desde que una chica le partió un vaso de vidrio en la frente, hasta que se lanzó a la pileta del hotel desde un noveno piso.
En la entrevista colectiva que lideró, Charly básicamente se dedicó a dar su versión de la detención tras un incidente de madrugada, y repitió el tono de las declaraciones que formuló en una entrevista exclusiva con Página/12 publicada el sábado pasado. En esa nota, realizada en Mendoza, García criticó con dureza al gobierno nacional que, a su criterio, lo contrató como una estrella para el ciclo �Argentina en vivo� y lo �dejó solo� después, cuando comenzaron en Mendoza los problemas con la ley. Estas son algunas de las cosas que dijo en la rueda antes de tocar el bajo a todo volumen sobre unas bases pregrabadas, ensayar un paso de baile, amagar un strip tease y usar la goma espuma de un micrófono de televisión como nariz de payaso.
  �Yo soy un genio. ¿A Borges le hacían esto? ¿Se piensan que estoy para el cachetazo? Tengan cuidado, no se metan conmigo, porque aun queriendo tanto a esta ciudad y a este país, puedo llegar a irme.�
  �Evidentemente, acá a nadie le importa la música: la policía de Mendoza le dio bola a una gorda ridícula, la gente que me llevó a tocar me dejó desamparado... Son unos atrevidos. ¿No soy yo el mejor músico de este país? Chupete, ponéte el brazalete.�
  �¿Me dicen genio? Ahora pueden llamarme clavadista, también. Me tiré de un noveno piso a la pileta y salí caminando. Estoy bien hecho, ¿saben? No soy un músico sifilítico que se está muriendo al lado de una cruz de mármol. Ni mucho menos.�
  �Desde chico siempre quise volar, pero me lo impidió la ley de la gravedad. Pero practiqué mucho, en una quinta en Paso del Rey había muchos pinos y empecé a practicar ahí. Tuve que construirme trampolines cada vez más altos.�
  �Hubo en ese salto una expresión de libertad. No me dejaban salir del hotel, estaba encerrado y me trataban como a un delincuente. Me habían hecho pasar por lugares llenos de policías que me querían convencer de que yo era igual a ellos. ¿Cómo voy a ser igual a ellos?�
  �Mendoza es una provincia maravillosa, pero por alguna razón siempre tengo problemas ahí. Son muy conservadores. Les doy bronca.�
  �¿Ustedes creen que yo le voy a pegar a una mina? Ustedes saben que no. Acá hay una conspiración de mediocres, imbéciles y cholulos.�
  (Un periodista de televisión le pregunta si cree que quieren hacerle daño o sacarle plata). �Si me sacan plata, me hacen daño.�
  (En vivo y en directo para Crónica TV, canal al que responsabilizaba de la difusión de los hechos en Mendoza). �Crónica me parece la cagada más grande que hay en el mundo, por mí se pueden hundir y pegar un... Porque todo mal, todo mal.� (El movilero del canal le pregunta si cree que Crónica tiene la culpa del vasazo en la frente). Charly: �(La chica) era de Crónica: tenía reuma crónica, idiotez crónica, busarda crónica...�
  �Yo leía Crónica, a mí me gustaba. De vez en cuando, cuando tenía ganas de vomitar, me compraba Crónica y podía vomitar tranquilo.�
En el marco de la apertura de su departamento a la prensa, García le pidió perdón al periodista de Azul Televisión, Carlos Pompas, al que agredió al llegar allí desde Mendoza. Le explicó que lo había confundido con un fotógrafo con el que se peleó en Año Nuevo, cuando éste lo comparó con Yabrán.

 

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