Por Adriana Meyer
El fiscal Miguel Angel Osorio pidió la declaración indagatoria del empresario Arnaldo Martinenghi, ex presidente de Astilleros Alianza, porque retiró, con autorización del propio juez federal Juan José Galeano, un libro contable que estaba como prueba en la causa por enriquecimiento ilícito contra María Julia Alsogaray y nunca lo devolvió. En ese documento está la única constancia del pago de 500 mil dólares que habría hecho ese astillero a la ingeniera en concepto de �honorarios�. El ingreso de esa suma en el patrimonio de la ex funcionaria es parte de la investigación de Galeano.
Osorio hizo su requerimiento el 17 de febrero pero aún no tuvo respuesta del juez federal Rodolfo Canicoba Corral. El fiscal solicitó la indagatoria del empresario �que es amigo de Carlos Menem y alojó en su estancia al general paraguayo Lino Oviedo�, del abogado del astillero, Carlos Ambrosini, y del depositario judicial de la empresa Luis María Ambrosini por �incumplimiento al pedido de restitución de documentación oportunamente secuestrada�. El síndico de la quiebra de Astilleros Alianza había responsabilizado a un contador fallecido por la �pérdida� del libro contable. Galeano decidió abrir una investigación por separado, que cayó en manos de Canicoba Corral.
Martinenghi aseguró ante la Justicia que le pagó 500 mil dólares a María Julia en diciembre de 1991, cuando ya era secretaria de Medio Ambiente, por tareas de �asesoramiento� relacionadas con la privatización de empresas públicas. Galeano ordenó una pericia sobre los convenios con que el empresario avaló sus dichos. El secretario del Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales, Eduardo Laurence, informó que encontraron en el Libro Copiador de Diario número 34 un pago efectuado a la ingeniera María Julia Alsogaray de 500 mil dólares. Pero en el párrafo si- guiente aclaró que �el asiento mencionado no tiene respaldo documental�, como tampoco lo tiene el ingreso de un préstamo de una empresa panameña llamada Zeal International Corporation �casualmente� por la misma suma. Los investigadores leyeron claramente que la falta de �respaldo documental� indicaría que esos movimientos no existieron. El responsable de Zeal en Buenos Aires declaró que en 1991 no firmó ninguna documentación y otro perito contador que analizó los libros de la empresa sostuvo que �nada surgía� de los 500 mil dólares y que tampoco comprobó que la plata hubiese entrado desde el exterior.
Los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia concluyeron que existe una �desproporción� entre los sueldos que Alsogaray recibió del Estado desde 1989 y los ingresos y las inversiones que concretó la ex funcionaria en el mismo período. Galeano ya citó a María Julia a indagatoria pero no le puso fecha a la convocatoria porque está esperando exhortos de Estados Unidos sobre el departamento que tiene en Nueva York y sobre la cuenta detectada en las Islas Caimán.
EL FISCAL OSORIO SE QUEJO POR LA FILTRACION
Allanamientos con suerte fallida
Por A.M.
�Los operativos no existieron, fueron negativos�. Así, de manera terminante, fueron evaluados los allanamientos realizados en la causa que inició la Oficina Anticorrupción contra María Julia Alsogaray, por las irregularidades detectadas en las obras de refacción de las oficinas destinadas a un programa de desarrollo ambiental. Los investigadores encontraron estudios jurídicos �vaciados� de papeles y en los domicilios de las empresas implicadas en la maniobra no había ni rastros de ellas.
�No sabemos aún si son �sellos de goma� o funcionan en otro lado. Lo cierto es que no encontramos nada�, confió un funcionario que participó de los cuatro allanamientos. El fiscal Miguel Osorio no ocultó su molestia por el fracaso, y lo atribuyó a la difusión pública que tuvieron los operativos y a la tardanza en concretarlos, dado que habían sido pedidos por él hace dos días.
La ex funcionaria preferida de Carlos Menem gastó dos millones de dólares en esas obras. Y las adjudicó en forma directa a distintas empresas y profesionales, con algunos de los cuales mantenía relación personal. Los directores del proyecto fueron Arturo y Santiago Bignoli.
El primer allanamiento se hizo en el estudio de uno de ellos y el segundo no pudo concretarse porque Santiago Bignoli se había mudado. El tercero debía producirse en la constructora Del Río pero en Viamonte 1336 sólo había un estudio jurídico. Y en Moreno 1954, donde supuestamente estaba la empresa Con Mag encontraron un departamento en el que viven dos estudiantes. Una de ellas es la sobrina del dueño de la empresa buscada.
Canicoba Corral resolverá mañana si se queda con el expediente o lo remite al juez Juan José Galeano por conexidad. Pero Osorio no está de acuerdo. �Las dos causas tienen enormes diferencias y es necesario que la investigación avance antes de tomar esa decisión�, opinó ante Página/12.
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