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La empresa de dos pibes con ideas que ahora prohíben las corbatas

Casares (26) comenzó con la venta de una bicicleta y dos computadoras en un departamento prestado.
Constancio Larguía (24), su socio, se recibió con un promedio de 5 en la San Andrés. ¿Y ahora qué importa?


Por Cristian Alarcón

t.gif (862 bytes) Los Guanacos se llama el campo patagónico donde Wenceslao Casares aprendió a caminar, a montar a caballo, a esquilar las ovejas de su padre, y a salir de travesía con sus hermanas María y Azul hacia el oeste, donde empieza a haber montañas, después de una llanura inmensa llena de matas y siempre atravesada por el viento. �Nosotros tres, que teníamos menos de seis años y éramos nuestros únicos amigos, nos despertábamos y caminábamos hacia las montañas altas de verdad.� Así lo cuenta, desde las oficinas de Patagon en Miami, María Casares, una de aquellas criaturas, ahora instalada en el piso que la compañía compró en el Barrio Sillicon donde los Casares suelen cruzarse, en jeans y remera, con otros nuevos empresarios de la red, tan jóvenes y tan fervorosos. Es una generación de emprendedores que no paran de crecer desde la época en que las reuniones de directorio se hacían tomando mate sobre la cama de un monoambiente de Palermo. Allí donde los hermanitos se hicieron lugar hasta que se mudaron a sus nuevas y propias casas en South Beach, a sólo seis cuadras del trabajo en el que la adrenalina suele picar en estampida con operaciones que tienen más de seis ceros.
Wenceslao Casares es el cerebro de Patagon.com y sus hermanas menores lo secundan, desde siempre, en roles claves dentro de la empresa. El fue quien tuvo la idea de abrir un sitio para realizar operaciones financieras cuando todavía era un alumno becado de la carrera de Administración en la Universidad de San Andrés en 1997. Wenceslao tiene 26 años y en sus manos las grandes decisiones de Patagon, pero no es el hombre que pone la cara ante los medios interesados en el fenómeno de una empresa que comenzó con la venta de una bicicleta y dos computadoras caseras en departamento prestado. Wenceslao no da notas y su jefa de prensa en Buenos Aires explica que la única foto suya la tiene la agencia Reuters.
El rostro de Patagon es su amigo Constancio Larguía, 24, de una familia de varias generaciones de médicos, criado entre el departamento en Talcahuano y Arenales de sus padres, dueños de una inmobiliaria, y la chacra de 20 hectáreas en la que pasó la mayoría de sus fines de semana, rodeado de caballos y una veintena de perros, desarrollando una particular pasión telúrica, que también se ha llevado a su departamento en la Bahía de Biscayne, en el que suele mirar el mar mientras escucha a Mercedes Sosa o Los Hermanos Barrios o Los Chalchaleros. Ayer Constancio y Wenceslao eran imposibles de taclear en las oficinas de Miami. Desde Buenos Aires, saliendo hacia San Pablo, Pablo, 22, el único hermano de Constancio y dueño de su propia empresa de recursos humanos en la red, contó cómo es que ese muchacho promedio 5, uno de los más bajos de la carrera en San Andrés, con varios bochazos en el medio y terminando dos años después que el resto, se convirtió en el exitoso entrepreneur que maneja la corporativa de Patagon.
Los Larguía fueron siempre alumnos del Champagnat y dice Pablo que su hermano mostró tempranas condiciones de líder. Era de los que �juntaba el dinero de los cumpleaños para criar sus propios potrillos�. Y sorprendió a la familia domando él mismo a su primer caballo, de nombre inequívoco: Cacique. Cuando en 1993 entró a la facultad tuvo que formar su primer empresa ideal. 25 alumnos que no se conocían debían elegir un gerente: él. Larguía, un joven al que jamás le interesó la noche, el alcohol, ni los excesos mundanos, siguió interesado en el campo, el folklore y las inversiones. Todavía como alumno de San Andrés fundó una empresa de desarrollo de invenciones, dedicada a �patentar proyectos interesantes�.
Para ese entonces Wenceslao ya había pasado un año en Estados Unidos por un intercambio cultural. Trabajó como mozo de bar, chico de los mandados y botones del Hotel Hyat, mientras ganaba el concurso para ingresar becado a la carísima San Andrés. Poco tiempo después abrió uno de los primeros proveedores de Internet del país que funcionaba desde el departamentito de Palermo. Su conciencia informática venía desde mucho tiempo atrás. Apenaslos Larguía se mudaron a una casa en el pueblo de Esquel para poder ir a la primaria, el padre, amante del campo pero también fanático de la tecnología, les instaló una computadora en cada cuarto. �No era ni siquiera la Comodore, pero las puso en red, algo increíble para ese momento, ese fue nuestro inicio.�
Después de vender Internet Argentina, que llego a tener cinco mil abonados atendidos caseramente, es que �Wence un día se iluminó�. No habían hecho dinero con el proveedor, así que con la idea de Patagon en la mano y dando clases de informática a los que leyeron el pequeño anuncio que publicaron en La Nación, comenzaron la búsqueda de inversores. �Fue la época de los rebotes�, recuerdan ahora. Constancio vendió aquella famosa bicicleta a 180 dólares, y mudaron las computadoras a un ambiente de los Larguía, en Santa Fe y Cerrito. Durante un año se sentaron ante 24 inversores. �Era un día que sí, y otra vez que sí, y parecía que ya estaba y había que volver a empezar, siempre con esos trabajitos extra�. Wence y María dejaron la facultad. Hasta que un empresario puso el primer millón. �Cambió la empresa pero no cambió en nada nuestra situación. Lo único es que ya no teníamos que hacer los trabajitos. La situación siguió ajustada, seguimos en el departamentito.� Todo fue vertiginoso desde entonces. Del ambiente en Palermo se mudaron a Miami. Trabajan mucho. Suelen ir a una disco que se llama Macarena donde pasan música latina parecida a las que hay en Buenos Aires. Hacen surf, aprenden golf, a veces navegan en un velero alquilado por las islas, �viven �según su jefa de prensa� acelerados pero no tanto�, y prohibieron en su empresa el uso de corbatas.

 

¿Por qué un portal de Internet vale tanto?

Carlos Tomasino.
Cámara de Comercio Electrónico
�¿Cuánto?�

�¿Usted me puede confirmar cuánto se pagó?�, le preguntó sorprendido a este diario. �Es evidente que todavía nos cuesta reconocer el valor del intangible de estas empresas. Todos estamos de acuerdo en que es el negocio del futuro, que es lo que viene, pero esta explicación no alcanza para justificar las valuaciones. Que una empresa como el Banco Santander Central Hispano invierta en el paquete mayoritario de un portal financiero casi 600 millones de dólares muestra que la adquisición forma parte de una estrategia más global que quienes estamos afuera no alcanzamos a ver, no alcanzamos a reconocer. De lo que no cabe duda es que esto será muy bueno para la actividad.�

Fernando Alonso.
Gartner Group Consulting
�Primeros�

�La clave de las valuaciones actuales de las empresas de Internet se puede comprender con un ejemplo: las firmas que primero ingresan a la red con un negocio novedoso tienen la posibilidad de apoderarse de todo el canal, de todo el mercado digital de este producto, por ejemplo la librería virtual Amazon. Esto se debe a que cada vez que alguien entra a un portal y hace una operación satisfactoria no se pasa a otro sitio, pues la búsqueda tiene un costo. Además, luego de la primera operación te van conociendo, tienen tus gustos, tu número de tarjeta y tu dirección, te van fidelizando y luego no hace falta más que hacer un click para realizar una compra.�

Oscar Messano.
Cámara de Bases de Datos
�Contenidos�

�El valor al que fue adquirida Patagon.com muestra el reconocimiento para una empresa que se preocupó en desarrollar contenidos. En este sentido, además de una tendencia, representa un gran aliciente para quienes piensan en desarrollar portales. También representa la consolidación de una tendencia: en la medida que la provisión del servicio de Internet tiende a ser gratuito se vuelve necesario desarrollar otros elementos de ingreso de los usuarios a un portal. Y en el caso concreto de Patagon se trata de contenidos completamente afines a los del banco adquirente, con lo que seguramente presenciaremos un rápido desarrollo de la banca argentina en Internet.�

 

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