Por Cristian Alarcón
Los
Guanacos se llama el campo patagónico donde Wenceslao Casares aprendió a
caminar, a montar a caballo, a esquilar las ovejas de su padre, y a salir
de travesía con sus hermanas María y Azul hacia el oeste, donde empieza
a haber montañas, después de una llanura inmensa llena de matas y
siempre atravesada por el viento. �Nosotros tres, que teníamos menos de
seis años y éramos nuestros únicos amigos, nos despertábamos y
caminábamos hacia las montañas altas de verdad.� Así lo cuenta, desde
las oficinas de Patagon en Miami, María Casares, una de aquellas
criaturas, ahora instalada en el piso que la compañía compró en el
Barrio Sillicon donde los Casares suelen cruzarse, en jeans y remera, con
otros nuevos empresarios de la red, tan jóvenes y tan fervorosos. Es una
generación de emprendedores que no paran de crecer desde la época en que
las reuniones de directorio se hacían tomando mate sobre la cama de un
monoambiente de Palermo. Allí donde los hermanitos se hicieron lugar
hasta que se mudaron a sus nuevas y propias casas en South Beach, a sólo
seis cuadras del trabajo en el que la adrenalina suele picar en estampida
con operaciones que tienen más de seis ceros.
Wenceslao Casares es el cerebro de Patagon.com y sus hermanas menores lo
secundan, desde siempre, en roles claves dentro de la empresa. El fue
quien tuvo la idea de abrir un sitio para realizar operaciones financieras
cuando todavía era un alumno becado de la carrera de Administración en
la Universidad de San Andrés en 1997. Wenceslao tiene 26 años y en sus
manos las grandes decisiones de Patagon, pero no es el hombre que pone la
cara ante los medios interesados en el fenómeno de una empresa que
comenzó con la venta de una bicicleta y dos computadoras caseras en
departamento prestado. Wenceslao no da notas y su jefa de prensa en Buenos
Aires explica que la única foto suya la tiene la agencia Reuters.
El rostro de Patagon es su amigo Constancio Larguía, 24, de una familia
de varias generaciones de médicos, criado entre el departamento en
Talcahuano y Arenales de sus padres, dueños de una inmobiliaria, y la
chacra de 20 hectáreas en la que pasó la mayoría de sus fines de
semana, rodeado de caballos y una veintena de perros, desarrollando una
particular pasión telúrica, que también se ha llevado a su departamento
en la Bahía de Biscayne, en el que suele mirar el mar mientras escucha a
Mercedes Sosa o Los Hermanos Barrios o Los Chalchaleros. Ayer Constancio y
Wenceslao eran imposibles de taclear en las oficinas de Miami. Desde
Buenos Aires, saliendo hacia San Pablo, Pablo, 22, el único hermano de
Constancio y dueño de su propia empresa de recursos humanos en la red,
contó cómo es que ese muchacho promedio 5, uno de los más bajos de la
carrera en San Andrés, con varios bochazos en el medio y terminando dos
años después que el resto, se convirtió en el exitoso entrepreneur que
maneja la corporativa de Patagon.
Los Larguía fueron siempre alumnos del Champagnat y dice Pablo que su
hermano mostró tempranas condiciones de líder. Era de los que �juntaba
el dinero de los cumpleaños para criar sus propios potrillos�. Y
sorprendió a la familia domando él mismo a su primer caballo, de nombre
inequívoco: Cacique. Cuando en 1993 entró a la facultad tuvo que formar
su primer empresa ideal. 25 alumnos que no se conocían debían elegir un
gerente: él. Larguía, un joven al que jamás le interesó la noche, el
alcohol, ni los excesos mundanos, siguió interesado en el campo, el
folklore y las inversiones. Todavía como alumno de San Andrés fundó una
empresa de desarrollo de invenciones, dedicada a �patentar proyectos
interesantes�.
Para ese entonces Wenceslao ya había pasado un año en Estados Unidos por
un intercambio cultural. Trabajó como mozo de bar, chico de los mandados
y botones del Hotel Hyat, mientras ganaba el concurso para ingresar becado
a la carísima San Andrés. Poco tiempo después abrió uno de los
primeros proveedores de Internet del país que funcionaba desde el
departamentito de Palermo. Su conciencia informática venía desde mucho
tiempo atrás. Apenaslos Larguía se mudaron a una casa en el pueblo de
Esquel para poder ir a la primaria, el padre, amante del campo pero
también fanático de la tecnología, les instaló una computadora en cada
cuarto. �No era ni siquiera la Comodore, pero las puso en red, algo
increíble para ese momento, ese fue nuestro inicio.�
Después de vender Internet Argentina, que llego a tener cinco mil
abonados atendidos caseramente, es que �Wence un día se iluminó�. No
habían hecho dinero con el proveedor, así que con la idea de Patagon en
la mano y dando clases de informática a los que leyeron el pequeño
anuncio que publicaron en La Nación, comenzaron la búsqueda de
inversores. �Fue la época de los rebotes�, recuerdan ahora.
Constancio vendió aquella famosa bicicleta a 180 dólares, y mudaron las
computadoras a un ambiente de los Larguía, en Santa Fe y Cerrito. Durante
un año se sentaron ante 24 inversores. �Era un día que sí, y otra vez
que sí, y parecía que ya estaba y había que volver a empezar, siempre
con esos trabajitos extra�. Wence y María dejaron la facultad. Hasta
que un empresario puso el primer millón. �Cambió la empresa pero no
cambió en nada nuestra situación. Lo único es que ya no teníamos que
hacer los trabajitos. La situación siguió ajustada, seguimos en el
departamentito.� Todo fue vertiginoso desde entonces. Del ambiente en
Palermo se mudaron a Miami. Trabajan mucho. Suelen ir a una disco que se
llama Macarena donde pasan música latina parecida a las que hay en Buenos
Aires. Hacen surf, aprenden golf, a veces navegan en un velero alquilado
por las islas, �viven �según su jefa de prensa� acelerados pero no
tanto�, y prohibieron en su empresa el uso de corbatas.
¿Por qué un portal de Internet vale tanto? |
Carlos Tomasino.
Cámara de Comercio Electrónico
�¿Cuánto?�
�¿Usted me puede confirmar cuánto se pagó?�, le preguntó
sorprendido a este diario. �Es evidente que todavía nos cuesta
reconocer el valor del intangible de estas empresas. Todos estamos de
acuerdo en que es el negocio del futuro, que es lo que viene, pero
esta explicación no alcanza para justificar las valuaciones. Que una
empresa como el Banco Santander Central Hispano invierta en el paquete
mayoritario de un portal financiero casi 600 millones de dólares
muestra que la adquisición forma parte de una estrategia más global
que quienes estamos afuera no alcanzamos a ver, no alcanzamos a
reconocer. De lo que no cabe duda es que esto será muy bueno para la
actividad.�
Fernando Alonso.
Gartner Group Consulting
�Primeros�
�La clave de las valuaciones actuales de las empresas de Internet
se puede comprender con un ejemplo: las firmas que primero ingresan a
la red con un negocio novedoso tienen la posibilidad de apoderarse de
todo el canal, de todo el mercado digital de este producto, por
ejemplo la librería virtual Amazon. Esto se debe a que cada vez que
alguien entra a un portal y hace una operación satisfactoria no se
pasa a otro sitio, pues la búsqueda tiene un costo. Además, luego de
la primera operación te van conociendo, tienen tus gustos, tu número
de tarjeta y tu dirección, te van fidelizando y luego no hace falta
más que hacer un click para realizar una compra.�
Oscar Messano.
Cámara de Bases de Datos
�Contenidos�
�El valor al que fue adquirida Patagon.com muestra el
reconocimiento para una empresa que se preocupó en desarrollar
contenidos. En este sentido, además de una tendencia, representa un
gran aliciente para quienes piensan en desarrollar portales. También
representa la consolidación de una tendencia: en la medida que la
provisión del servicio de Internet tiende a ser gratuito se vuelve
necesario desarrollar otros elementos de ingreso de los usuarios a un
portal. Y en el caso concreto de Patagon se trata de contenidos
completamente afines a los del banco adquirente, con lo que
seguramente presenciaremos un rápido desarrollo de la banca argentina
en Internet.� |
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