Por Raúl Kollmann
Desde San Nicolás
Cuando
el auto salió del banco, los primeros en disparar fueron policías.
Integrantes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y del Grupo Halcón de
la Policía Bonaerense. Los delincuentes recién respondieron varios
segundos más tarde. Al gerente del banco Carlos Chávez lo mataron de dos
tiros de fusiles FAL, ambos de policías bonaerenses del grupo GEO de
Zárate-Campana. Las dos armas de las que salieron esos disparos están
identificadas y por lo tanto el juez sabrá cuál de los integrantes del
grupo GEO las usó. Al contador del banco, Carlos Santillán, también lo
mataron con dos tiros, los dos efectuados por policías bonaerenses del
GEO de Zárate-Campana. Un disparo pudo ser identificado; el otro, no. Al
delincuente Javier Hernández lo mataron de un solo tiro, que entró por
el baúl y le pegó en la nuca. El disparo también lo hizo un policía
bonaerense del mismo grupo GEO, pero no se lo puede identificar porque el
proyectil tuvo orificio de salida y quedó hecho añicos. El tiro del
final, el que se escuchó después del tiroteo, no se sabe dónde pegó.
Por de pronto no mató a ninguno de los que estaban dentro del auto. Estas
son las conclusiones de la profunda pericia que hizo la Gendarmería sobre
el caso Ramallo y que hoy está en manos del juez. Con esos resultados, es
muy posible que el magistrado procese por homicidio a los policías que
tenían los fusiles que mataron a las víctimas y que también procese a
los jefes del grupo GEO.
Los nombres de los procesados no se conocen todavía porque, cuando se
hace una pericia, los especialistas no saben quién utilizó cada arma.
Los peritos sólo reciben los fusiles con indicación del número y la
fuerza que los utilizó y el juez se guarda la lista en la que se enumera
qué efectivo tuvo el arma entre sus manos ese día. O sea que hoy, cuando
el magistrado reciba el estudio sabrá quiénes fueron, con nombre y
apellido, los responsables de las muertes.
El trabajo que hizo la Dirección de Pericias de la Gendarmería, a cargo
del comandante José Luis Artiñán, fue muy minucioso. Recibieron los
fusiles de todos los que estuvieron en el operativo de ese día;
recibieron también el auto e hicieron un prolijo rastrillaje de toda la
zona en la que se produjo la masacre. Con esos elementos se determinó
quiénes dispararon la mayoría de los tiros y cuál fue la trayectoria
del proyectil.
Estas son algunas de las conclusiones:
El auto tenía
43 impactos de bala. Pero con los tiros que erraron, muchos difíciles de
contabilizar, el total de los disparos efectuados rondó los 70. Esto de
por sí ya es una barbaridad, ya que supuestamente se trata de recuperar a
los rehenes. En lugar de búsqueda de precisión hubo fuego
indiscriminado, una masacre. Debe tenerse en cuenta que se usaron armas de
extraordinaria potencia, que perforan cualquier automóvil.
Según los
especialistas la cantidad de tiros indica una reacción desproporcionada
y, encima, contra un blanco totalmente desaconsejado. La teoría sobre
estos casos indica que no debe dispararse contra un automóvil porque
nunca se sabe si incluso al atravesar el vidrio el proyectil toma otra
trayectoria o si se parte y va para cualquier lado. Además, en el caso
Ramallo se hizo de noche. Un verdadero desastre.
Está probado
que quienes dispararon inicialmente fueron policías bonaerenses del grupo
GEO de Zárate-Cámpana y también policías bonaerenses del grupo
Halcón. Los que provocaron las muertes con disparos identificables fueron
del grupo GEO. Está probado que el Grupo Especial de Operaciones de la
Policía Federal (GEOF) no disparó.
El gerente
tiene dos tiros. Los dos fueron identificados y está claro de qué
fusiles salieron. En ambos casos integrantes del GEO de ZárateCampana.
El tesorero
Carlos Santillán también tiene dos tiros. Uno de los proyectiles no es
identificable por lo que sólo se conocerá el nombre de uno de los
policías que disparó.
Al delincuente
Javier Hernández lo abatieron con un tiro, en el marco de una ráfaga de
tres disparos que entraron por el baúl. Según la pericia, el que tiró
fue el mismo efectivo, pero el disparo que ingresó por la nuca de
Hernández tuvo orificio de salida y no se puede determinar exactamente
cuál es el proyectil y quién lo disparó.
El famoso tiro
del final no aparece. En la causa judicial hay un oficial que declara que
uno de sus subordinados se acercó al auto y �se le escapó un tiro�.
Por de pronto, la pericia de la Gendarmería y los estudios hechos por la
Asesoría Pericial de la Corte se señala que en los cuerpos de los
muertos dentro del vehículo no hay ningún disparo hecho de cerca.
Con todos estos datos en la mano, el juez Villafuerte Ruzo tendrá que
tomar decisiones en los próximos días. Hay tres policías bonaerenses
del GEO �que tenían los fusiles con los que se provocaron las muertes�
que son responsables directos, pero todo indica que los principales
imputados por homicidio serán los jefes, los que dieron la orden de
disparar o los que no dieron una orden precisa para que no se dispare sin
ton ni son.
UN OFICIAL ASALTABA BANCOS
Otro caso de poliladron
Un oficial
principal de la comisaría 11ª de La Matanza fue detenido ayer junto a
otras seis personas acusadas de integrar una banda dedicada a asaltar
bancos y realizar �salideras� con las que financiaban sus golpes más
importantes, en los partidos de Lanús y Avellaneda. A los detenidos se
los investiga por el robo de al menos cuatro bancos de la zona sur del
Gran Buenos Aires. La documentación secuestrada durante los allanamientos
realizados hace presumir a los investigadores la existencia de una
vinculación entre los siete detenidos y la banda de Luis �El Gordo�
Valor.
Las detenciones fueron realizadas por efectivos de la comisaría 2ª de
Lanús y de la Departamental de Lomas de Zamora, en cuatro procedimientos
realizados en las localidades de La Matanza y Luis Guillón. De acuerdo
con lo que informó a Página/12 el comisario Horacio Módola, los
operativos se enmarcan dentro de un conjunto de investigaciones que �se
iniciaron hace 90 días, con escuchas telefónicas� para esclarecer los
robos de varias sucursales bancarias, entre ellas, la del Banco Francés
de Lanús, y la del Banco Provincia de Remedios de Escalada, ocurridos a
fines del año pasado.
La policía secuestró 27 mil pesos, 18 mil dólares, armas, automóviles,
teléfonos celulares y una cédula verde original a nombre de Luis Valor,
que se encontraba en poder de los detenidos, y que hace sospechar a los
investigadores una conexión con el líder de la superbanda.
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